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Por todo el camino Hinata lloraba, sintiendo un fuerte dolor en el pecho por lo acontecido hasta hace unos momentos, el recordar la mirada de tristeza y confusión de Sasuke le taladraba el pecho haciendo que pusiera una mueca de dolor, miró los dedos con los que había tocado la frente del mayor, recordando como su cuerpo tembló ante su toque, no supo si era por sentirse siendo tocado por alguien más o si era por recordar a su amado hermano.

- Perdóname Sasuke- susurro con dolor a la Luna, como si sus murmullos fueran arrastrados por el viento.

Se sentía una persona horrible por lo que había hecho, por utilizar el secreto de Sasuke para alejarlo; una parte egoísta dentro de ella, le decía, mejor dicho le suplicaba que diera media vuelta y corriera a el brazo del ultimo Uchiha, que entre lagrimas le contara la verdad de Naruto y Sakura, que así como le había hecho su esposo, ella pudiera iniciar de nuevo y lo mismo aplicaba para él, decirle que ninguno de los dos tenia porque soportar esa traición, pero por desgracia, esa voz de su impulso era callada por la imagen de sus hijos y de Sarada, ellos no tenían la culpa de nada; los pequeños amaban a su familia, admiraban la historia de supuesto amor que implicaba que sus padres estuvieran juntos; y en la mente de Hinata quien se crió en un ambiente en donde la mujer debía soportar de todo únicamente por la familia,  criada bajo el cuidado de un clan que guardaba las apariencias y que por todas las aldeas se corriera un rumor sobre que ella era tan poca mujer que el Hokage se vio obligado a buscar a otra mujer como compañía; las aldeas y su propio clan no analizarían que en realidad, Hinata hizo de todo, puso todo su corazón tratando de vivir una vida feliz, pero se dio cuenta demasiado tarde que todo eso en realidad era una falacia; una ilusión que ella creyó que era realidad y es que por fin se daba cuenta que Uzumaki Naruto jamas la amo, que si estaban juntos actualmente era porque cuando ocurrió todo la situación de Toneri, le invadió el temor de quedarse solo, pues Sakura aun gritaba a los cuatro vientos que deseaba quedarse con Sasuke Uchiha. 

¿Ella seguía enamorada de Naruto?

Muchos dirían que si, que los sentimientos no cambian de un día para otro, pues aquí no cambiaron de la noche a la mañana, años en los que Hinata pasaba las tardes en soledad, donde por más que se esforzaba por preparar comida deliciosa cada que Naruto llegaba a casa, este pasaba sobre de ella con la excusa de que estaba demasiado cansado como para comer; años en los que no recibía ni siquiera un beso y así, el amor se confundió con la costumbre, acostumbrada a ese trato indiferente y frió, acostumbrada a que su corazón ya no latiera con fuerza al ver a su marido entrar a la casa; en pocas palabras acostumbrada a su matrimonio, fuera algo de costumbre que de amor.

Ya no lo amaba...

Fue a la triste conclusión que llego, el rubio se había encargado de que hasta la más pequeña partícula de amor que tenia, muriera sin que se pudiera hacer algo; la suave brisa volvió a golpear su rostro para secar las lagrimas que salieron de nuevo; sonrió con melancolía mirando la Luna.

Iba a continuar su camino pero el sonido de los arbustos moviéndose hizo que se detuviera, no hizo falta voltear o activar el Byakugan para saber quien era, sus voces eran algo que cualquiera pudiera identificar, pensó en irse de manera silenciosa, como era su especialidad, pero esas personas al parecer la buscaban a ella.

- Hinata- Sakura la llamo.

Maldijo en voz baja, algo bastante raro por cierto, miro a Naruto y a Sakura que se paraban enfrente de ella; no había que ser un experto en lenguaje corporal para darse cuenta de que ambos se encontraban molestos y podía notarse más en el rubio. 

- ¿Y Sasuke?- pregunto la de cabellos rosados cruzándose de brazos y recorriendo todo el cuerpo de la ojiperla con la mirada, para ver si había alguna señal de "infidelidad".

Hinata comenzó a caminar para pasarlos de largo, pero Naruto la sujeto del brazo.

-Sakura te hizo una pregunta- 

La de ojos perlados los miro con seriedad.

- Supongo que ya se fue- contesto simple soltándose del agarre del rubio y volvió a caminar, escuchando como la seguían, ella suspiro cansada, al parecer le tocaría regresar a casa  con esos dos de compañía. 

-Hinata esos colores son bastante serios- comenzó a hablar Sakura. - Aunque supongo que es típico de ti- 

Intento no escucharlos pero le fue imposible.

-Cierto, Hinata siempre ha usado colores tristes- dijo Naruto. - No como tú Sakura - le sonrió.

Esos comentarios ya no le afectaban en realidad, incluso una sutil sonrisa apareció en su rostro al recordar que Sasuke le había dicho lo contrario, obvio al recordar al Uchiha, la culpa la invadió de nuevo.

(...)

Tuvo que soportar las palabras de Naruto y Sakura en todo el camino, hasta que logro separarse de ellos, pues al parecer iba a dejar a la de cabellos rosas hasta su casa, ella se fue directamente a la casa de la familia Nara; al tocar la puerta fue Shikamaru quien le abrió, pudo ver que la miraba con tristeza.

-Sasuke vino por Sarada- dijo, dándole a entender el porque de su mirada.

 Hinata miro el piso en una expresión de tristeza.

-Gracias Shikamaru, y bueno, sobre Sasuke, tal vez lo mejor sea pues dejar las cosas como están- dijo bastante bajito.

El hombre de coleta suspiro y negó con la cabeza.

-Hinata, al verlos, créeme que me doy cuenta que eso no es lo mejor- 

La ojiperla amenazaba con llorar de nuevo, hasta que vio a Temari llegar con sus pequeños; aprovecho la oportunidad para huir de esas miradas tristes y los posibles discursos que le dirían.

Le fue difícil cargar a sus dos pequeños pero logro llegar a su hogar, las luces estaban prendidas, por un momento, suplico que fuera Sasuke, pero al activar el byakugan se dio cuenta que se trataba del rubio. Sin muchas ganas entro a la que era su casa, se quito los zapatos como pudo, e ignorando por completo a su marido subió a la habitación de sus hijos y les puso ropa para dormir para después arroparlos y darles un beso en la frente a cada uno; regreso solamente para agarrar sus zapatos e irlos a guardar a su habitación, pues al no ser un calzado que usara diario no tenían que estar en la entrada. 

- ¿No no me ofrecerás un café?- pregunto Naruto quien no se había movido del comedor.

En otro momento la Hyuga hubiera atendido a el rubio sin rechistar, pero ya estaba cansada, la fiesta había sido la gota que derramo el vaso.

-Estoy cansada Naruto, si quieres café, puedes apartártelo tú- 

No volteo a verlo, de hacerlo hubiera notado la mirada anonada del rubio.

(...)

Una vez que se recostó en la cama no volvió a abrir los ojos hasta el día siguiente que sus hijos irrumpieron en su habitación diciéndole que tenían hambre; se coloco su ropa habitual que escondía todas sus curvas y comenzó a preparar el desayuno, agradeciendo que Naruto no estuviera.

Cuando termino de servir la comida e iba a sentarse a comer con sus pequeños, el timbre insistente de la puerta hizo que totalmente confundida fuera a abrir.

Ni tiempo le dio de preguntar quien era pues con solo abrir la puerta,fue abrazada por el fuerte cuerpo de Sasuke Uchiha, fue tan repentino que ambos cayeron al suelo.

-¿Sasuke?- sintió como con su brazo la sujetaba de la nuca y se restregaba contra ella.

Miro hacia afuera, y lo supo todo, ya no había necesidad de preguntar; ahí parado estaba Shikamaru con cara de preocupación y tristeza; cerro los ojos al comprenderlo todo y es que ya no había duda.

El engaño, acababa de ser descubierto. 


Princesa de mi pensar (Sasuke X Hinata)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora