Princesa de mi pensar (Sasuke X Hinata)

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Los días continuaron con una rutina que tanto Sasuke y Hinata disfrutaban demasiado; por el momento la relación únicamente incluían roces de sus manos y besos suaves en donde Sasuke mostraba un lado cursi y delicado que solamente Hinata había conocido.

Y ella estaba experimentando una etapa totalmente nueva, pues lo poco que duro su noviazgo con Naruto fue tan distinto a estos días junto al Uchiha; tal vez era por la magia del momento que hacía que viera todo esto tan romántico y perfecto. Mientras que para Sasuke, el carácter calmado de Hinata le transmitía una calma que jamás había experimentado con Sakura; Hinata lograba sacar una versión de él que nunca creyó que existía, ella lo impulsaba a ser cariñoso, protector incluso un algo cursi.

Mientras que Naruto prácticamente no iba a la casa que compartía con Hinata, y las veces que iba se encontraba con Sasuke muy a gusto en el sofá donde antes dormía acompañado de la mujer que una vez lo amo.  Pero aparentemente el rubio estaba cumpliendo su parte del trato, de hecho cuando los veía les mostraba una sonrisa y los saludaba con esa típica emoción que lo caracterizaba, para después saludar a sus hijos y volver a desaparecerse. 

Aparentemente todo iba de maravilla para la nueva pareja, aunque era obvio que poco a poco comenzaba a notarse que ambos necesitaban más contacto que unos besos o unos roces de sus manos; pero ninguno sabía como expresarlo, pues Hinata al ser una mujer que fue educada bajo la estricta tutela del clan Hyuga, sentía literalmente vergüenza en decirle al Uchiha que deseaba llegar a la intimidad con él; mientras que Sasuke contrario a los que muchos podrían pensar, era inexperto en cuestión todo el asunto de la cuestión de las mujeres, literalmente a pesar de haber tenido múltiples admiradoras, con la única con la que había tenido relaciones había con Sakura, además de que también no sabía como tocar ese tema con una mujer tan recatada como Hinata.

Así que debido a las inseguridades e inexperiencias de ambos, las citas que tenían en la casa de la Hyuga consistían en sentarse en el sofá y ver alguna película que Hinata elegía aunque muchas veces también Sasuke podía elegir alguna; películas o series que ambos disfrutaban pues era como si incluso sus gustos estuvieran conectados. Tramas de acción, de drama o comedia incluso de romance,  no importaba el genero, ambos lo disfrutaban acurrucados en el sofá mientras comían algunas frituras que Sasuke había comprado antes de llegar a la residencia de Hinata. 

Los niños se encerraban en el cuarto de Boruto a jugar por horas en lo que duraba la cita de la pareja o muchas veces Temari se los llevaba para que jugaran con Shikadai. 

Aunque también ademas de ver películas, también el Uchiha aprendía a cocinar junto a Hinata, pues aunque tuvo que aprender a ser independiente desde muy joven, pero el sazón de la Hyuga era tan diferente a lo que el hubiera llegado a probar. Al verla cocinando con tanto amor y dedicación fue imposible que su memoria no divagara por los recuerdos de su niñez; de niño muchas veces había descubierto a su padre mirar a su madre mientras cocinaba, incluso mientras comía, la verdad no le entendía de hecho hasta llego a darle miedo. Pero ahora comenzaba a comprender el comportamiento de su padre, pues no podía dejar de admirar a Hinata incluso cuando hacía la mínima acción, desde cocinar hasta cuando recogía un mechón de su cabello para ponerlo en detrás de su oreja; jamás supo que clase de hombre era su padre como pareja, pero podía imaginarlo, un hombre reservado cuando había más ojos observándolos, pero cuando podían tener un momento de privacidad de seguro era amoroso y cariñoso. O eso quería pensar, pues de esta manera se sentía más en contacto con los fantasmas del pasado de sus difuntos padres.

Pero, en este mundo sin importar lo que quieras lograr, necesitas la idea de buenos aliados o amigos y eso era lo que les sobraba a la pareja. Por eso cuando la pareja se estaba preparando para tener de nuevo una cita como las que acostumbraban a tener , llamaron a la puerta.