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— Mi dulce Hinata — repetía el rubio.

Besaba las mejillas de la mujer con una enfermiza ternura. La mano con la que masajeaba el muslo derecho Hinata, la subió hasta el cuello de la ojiperla. 

Estaba dispuesto a quitarle la prenda morada que usaba, pero fue detenido. 

—¡Ni se te ocurra ponerle un dedo encima Naruto! —la voz enojada de Kurama resonó con fuerza. 

Naruto se detuvo de golpe y cerró los ojos; apareciendo frente al enfurecido Bijuu. 

—Oye ¿a ti qué te pasa? —le cuestiono el rubio como si lo hubiera estado apunto de hacer fuera algo insignificante. 

Kurama se levanto mientras soltaba un potente gruñido, dando una imagen intimidante.

— No te hagas el gracioso conmigo idiota.

Ambos mantenían un rostro serio; viéndose fijamente.  

—Es mi esposa —se justifico Naruto. 

—Es una persona — habló serio Kurama —. Y lo que estas haciendo es simplemente horrible. 

Naruto rodo ligeramente los ojos. 

—No quieras venir a sermonearme Kurama — le dio la espalda al zorro y estaba dispuesto a regresar —. No es como que fueras mi padre.

El bijuu soltó un gruñido haciendo que el rubio se pusiera en posición de ataque. Pero el enorme zorro no se movió. 

—Tienes razón —habló —. No soy tu padre, jamás podría serlo después de que desee que te pasaran cosas crueles para que pudiera apoderarme de tu cuerpo —agacho las orejas ligeramente —. Pero fuiste tú quien me reconoció como compañero de esta aldea.

Naruto seguía mirándolo tratando de entender el rumbo de aquel discurso, viendo como Kurama cerraba los ojos como si estuviera meditando las palabras que diría a continuación. 

—Así que, voy a advertírtelo una sola vez—abrió los ojos y Naruto notó una fortaleza que jamás había visto en el zorro —. Atrévete a a tocar a Hinata y nunca volverás a utilizar mi chackra.

El rubio lo miró con seriedad. 

—¿Estas hablando enserio?

—¿Alguna vez he bromeado en algo?— respondió Kurama sin ninguna muestra de duda. 

El cuerpo físico de Naruto abrió los ojos y vio a Hinata. Acaricio con suavidad las mejillas; se quedó meditando unos segundos y después la tomo en brazos.

—Muy bien Kurama —susurró el rubio sonriendo —No voy a tocarla.

La llevó a la habitación y la dejo con cuidado en la cama.

—Veamos que tan listo eres Sasuke — le quitó con cuidado la prendas que cubrían la parte de arriba a la mujer.

Se mordió el labio al ver a su esposa en brassier , sintiendo como la excitación comenzaba a crecer junto con las ganas de tocar cada superficie del cuerpo de Hinata. Pero cuando estuvo por tocar el busto de la mujer, cerró el puño tratando de mantener el autocontrol. 

Respiro hondo y la metió en la cama cubriéndola con la manta que tenían ahí. Admiró la belleza de aquella mujer, recordando las veces que despertaba y ese angelical rostro era lo primero que veía. 

Con el sabor amargo en la boca que trae el arrepentimiento y la melancolía, Naruto se retiro la sudadera naranja y la playera blanca quedando con el torso desnudo. 

Princesa de mi pensar (Sasuke X Hinata)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora