Princesa de mi pensar (Sasuke X Hinata)

3

Sasuke Uchiha

La actitud de esa extraña mujer me tenía sin palabras, me era imposible creer que existiera una persona como ella, que fuera tan amable con todos, incluso me parecía increíble que esforzara por no parecer triste, pero es que ella no era tan difícil de leer, esa noche que me la encontré forcejeando con aquellos ANBU abusivos, se notaba que estaba asustada y aún así no grito para suplicar ayuda, quería arreglarlo todo ella sola; sabía que algo le pasaba cuando se quedo llorando abrazándome fuertemente, en nuestra niñez jamás nos hicimos el mínimo caso, para mi ella solo era una princesita de su Clan y de seguro tampoco era relevante para ella pues estaba pérdida de amor por mi mejor amigo.
Esa misma noche después de dejarla en su hogar me dirigí al mío, quería darle una sorpresa a mi pequeña hija que era la luz en mi triste andar y para que mentía, también quería ver a Sakura después de todo era mi esposa, además de que en estos años que llevamos comprometidos me había acostumbrando a ella, realmente la quería, no sabía si la amaba pero si estaba encariñado con ella; creo que se debía a que estaba cien por ciento seguro de que jamás viviría alguna traición por parte de ella y eso era lo que me alegraba, pues no estaba seguro si sería capaz de soportar algo como eso.

Regresó a mi casa con una ligera sonrisa en mis labios, ansioso por ver sus caras de sorpresa, ansioso por ver Sarada y poder escuchar sus historias en la Academia. Toco el timbre, escucho los pequeños pasos de mi hija corriendo hacía la puerta.

- ¿Quién?- abre la puerta y sólo asoma su tierna carita llena de dudas, cuando mira hacia arriba y me ve; sus labios forman una perfecta "o" debido a la impresión.

No evitó soltar una leve risa por ver su carita, le revuelvo los cabellos con ternura y entro junto a ella.

Veo que la presencia de mi esposa falta.

- ¿Y tu madre?- pregunto suave mientras me quito la capa.
- Salió- me dijo con una enorme sonrisa por mi presencia en la casa.

Realmente no le tomó importancia pues sabía que el trabajo en el hospital era una jornada muy dura. Me la pase jugando con Sarada, hasta que el sueño la venció y se quedo dormida en mi brazo.
Al poco tiempo Sakura llegó, su cara al verme era todo un dilema, no sabía si estaba feliz, sorprendida o ¿asustada?

- Sasuke- susurró, pero a los pocos minutos se abalanzó sobre mi dándome un fuerte abrazó. Realmente me molestaba el contacto físico pero por esta vez no la aparte de mi, aunque tampoco correspondí a la muestra de cariño.

Antes de que Sakura empezara con sus coqueteos me dirigí a "nuestra" habitación para dormir; obvio mi esposa intento por un rato provocar que me excitara pero no estaba de animo y ni siquiera se cual era la razón, mi mente estaba en otro lado.

Al final cansada y molesta por que no logró nada conmigo, ella se quedo dormida a los cinco minutos, pero yo, era otra historia pues no podía dormir.

¿La razón? 

Era esa mujer; algo me decía que las cosas no estaban yendo del todo bien, no entendía las razones por las cuales, el ver su rostro cubierto de lágrimas, su cuerpo temblando posiblemente por el susto, fueron los causantes de mi insomnio.

Desperté muy temprano, sin ser capaz de soportar más esta incertidumbre; caminé en dirección a la casa de la familia Uzumaki, toqué el timbre un par de veces, pero nadie respondía. Fui hacia el área trasera de la casa, vi una ventana con la cortina abierta por lo que supuse quien durmiera ahí, estaba despierto, sin mayor dificultad subí por la pared y cuando llegué, me quede estático viendo aquella escena. Ahí estaba ella, la responsable de mi insomnio, no tardo mucho en percatarse de mi presencia, pero cuando se levantó, no podía dar crédito a todo lo que veía; Hinata Hyuga no había perdido absolutamente nada de su hermoso cuerpo, poseia aún aquella belleza con la que la recordaba las pocas veces que la había visto, realmente no supe como no me sonroje como un tomate ante aquella escena, pues sus pechos quedaban un poco al aire, esta mujer estaba logrando con solo mirarme lo que mi esposa no había conseguido ayer en sus múltiples intentos.