Capítulo 5.

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El frio viento de la noche golpea mi cuerpo desde el viejo escritorio en donde he empezado con mis deberes de la escuela, a esta hora de la noche Sarah ya ha de estar dormida; ella se ha quedado conmigo para hacerme compañía y me pregunto de vez en cuando cómo podrán estar mis pequeños hermanos, temo a que mi madre me reprenda por no haber ido con ellos, dejándolos ir sin yo haberles acompañado.

Un silbido llama mi atención así que dejo lo que estoy haciendo y me acerco a la ventana para observar de quién se trata y cuando lo descubro una sonrisa genuina se forma en mis labios, me alejo de la ventana y tomo la vela en mis manos para ir a verlo. Salgo de la habitación con cuidado para que Sarah no se despierte y cuando ya estoy afuera apago la vela ya que hay algo de iluminación y no está tan oscuro.

—¿Qué haces aquí?—pregunto cuando ya estoy frente a él.

—Me enteré de lo ocurrido en el mercado del pueblo, la gente no paraba de hablar en el gran palacio así que esa noticia llegó hasta mis oídos— responde Edwin.

Me siento algo apenada con él y no me imagino las palabras estúpidas que de seguro muchos no pararon de hablar de mí.

—Yo intenté defenderme pero ellos no me lo permitieron— susurro con la mirada baja.

Él toma mi mentón con sus dedos y luego sonríe—Ellos son unos idiotas, juzgan sin saber y sin tener conocimiento de las cosas.

—No iba a permitir que ofendieran a mi madre— confieso sintiendo un dolor en mi pecho.

—Lo sé, pero no quiero imaginar qué hubiera sucedido si ese sujeto no hubiera llegado a tiempo.

—No tengo idea de quién sea ese hombre pero siempre le agradeceré por haberme defendido, yo no hubiera podido sola, soy muy estúpida para lograrlo— mascullo un tanto apenada.

—Hey no, claro que no lo eres Eli— asegura tomando mis manos y depositando un beso en mis nudillos—. Puedes hacer cualquier cosa, solo falta que dejes tu miedo a un lado, eres más de lo que te imaginas y te juro que siempre estaré contigo para apoyarte.

Me quedo en silencio luego de recordar que tendré que irme de este lugar y aunque es lo que más deseo en este mundo, también me entristece saber que ya no veré a Edwin por mucho tiempo, no sé si el lugar en donde nos iremos es cerca de aquí o si en algún momento Edwin podría ir a visitarme, sinceramente no lo sé.

—Voy a irme, Edwin— susurro.

—¡Oh sí, ya es muy tarde!— exclama sin haber entendido mis palabras.

—No, voy a irme de Lumania y mañana será mi último día aquí, mi madre antes de irse así se lo informó a la señora Sarah.

Él me mira confundido y luego suelta mi mano, enarca una ceja y me observa como si quisiera tener respuestas más claras.

—¿Te irás? ¿es una broma, verdad?— niego con la cabeza ante su pregunta— ¿A dónde?

—Mamá se divorciará de mi padre gracias a los abogados del rey Alek de Turshdonr.

—¿Y tú quieres irte?— inquiere atento a mi próxima respuesta.

—Sí.

—Lo entiendo, sé que no puedes seguir conviviendo con un ser como tu padre— responde desviando la mirada— ¿A dónde irán?

—Aun no lo sé con certeza.

—Eli, no quisiera dejarte ir pero comprendo que es lo mejor para ti y para tu familia— masculla tomándome nuevamente de las manos.

Lo observo a detalle, sus ojos cafés mirándome y encerrándome en una oscuridad en donde solo él puede iluminarme, sus labios que yacen un tanto colorados y de vez en cuando tiemblan debido al frio de la noche, una de sus manos acunan mi mejilla y con la otra separa un mechón de cabello para llevarlo detrás de mi oído.

Verdades liberadas [Fragmentados #1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora