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CUANDO EL NOMBRE NORTEÑO DESPERTÓ. la joven de cabello castaño se encontraba a su lado, con un semblante de preocupación en su rostro. Cuando Ned trató de incorporarse, ella rápidamente intervino.
— No debería estar aquí, mi lady. —dijo un tanto avergonzado.
— Sólo quería saber cómo estaba. Mi tío no suele contarme todo.
Ned volvió a negar y nuevamente intentó incorporarse, lográndolo al menos un poco.
— Robert se enojará si sabe que desobedeció sus órdenes.
— Podrá ser el rey, pero yo no soy uno de sus soldados para darme órdenes. —replicó indignada. Aunque era costumbre suya rebelarse contra su tío de vez en cuando— Estaba preocupada. No podría estar tranquila hasta saber cómo estaba. ¿Pycelle ya ha revisado su pierna? Si no iré por él en este mismo instante, ese anciano...
Eddard palmeó su mano para calmarla, la joven podía ser un verdadero torbellino cuando se molestaba.
— Lo ha hecho, no tiene que molestarse, mi lady.
— ¿Cuando dejará de llamarme así? —cuestionó, divertida— Me aceptó en Winterfell como una hija más y aún así sigue con las formalidades que tanto odio. —el Stark sonrió soltando una pequeña risa.
— Lo lamentó, mi l... Cassana. —corrigió rápidamente.
— Mucho mejor. —aceptó sonriente. Su mirada se posó en la insignia que volvía a adornar su pecho— Veo que ha decidido quedarse.
Ned supo a que se refería, le dio un rápido vistazo al adorno de oro y suspiro.
— El rey me lo ha pedido. —explicó— Winterfell tendrá que esperar un tiempo más.
Cassana asintió. Le gustaba tener a los Stark ahí porque no se sentía tan sola, pero también sabía lo peligrosa que podía ser la capital. Miles de ratas sucias abundaban en ella y ni solo en las calles, en la Fortaleza Roja estaban las más peligrosas, dispuestas a atacar al más noble, en este caso el hombre norteño, si los rumores eran ciertos.
— Creo que regresar Winterfell hubiera sido la mejor opción.
Después de eso, y sin dar muchas explicaciones del porqué su sugerencia, regreso a su habitación. Las doncellas murmuraban en los pasillos la herida que la reina llevaba en el rostro y que el responsable no había sido otro más que el rey. Quería ahorrarse tener que enfrentar eso. Robert salió de caza hace unas horas llevando a Renly con él, así que prefería evitar tener que cruzarse con Cersei Lannister en los pasillos, al menos por ahora. Sobre su almohada se hallaba un pequeño pedazo de papel, junto a una de las nada comunes flores que se hallaban en los jardines. Pequeña, pero muy bonita.
