CAPÍTULO 17

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TODOS LOS MIEMBROS DE LA CORTE se reunieron para despedir a la princesa Myrcella, pues partiría a Dorne luego de ser comprometida con el hijo menor del príncipe Doran. Arreglo que fue realizado por Tyrion, lo que hizo que la reina estuviera a punto de matarlo por tan semejante acción.

Cassana y Sansa asistieron sin temer mucha opción de negarse. Fue una pena tener que ver partir a una de las pocas personas amables que quedaban en el palacio. La joven Tyrell siempre sintió un gran aprecio por la princesa, y  pasaba mucho tiempo con ella cada vez que tenían la oportunidad de reunirse. Pero eso fue antes de que su tío muriera y ella fuera hecha prisionera.

El pequeño Tommen no dejaba de sollozar ante la partida de su hermana, algo muy propio de un niño.

— Suenas como un gatito maullando por su madre. —reprendió Joffrey sin ninguna consideración por las emociones del menor— Los príncipes no lloran.

— Te vi llorar. —susurró Sansa. Seguramente quiso gritárselo a la cara, pero se contuvo.

— ¿Dijo algo, mi lady? —cuestionó el rey en tono amenazante. Pobre de Sansa si se atrevía a repetírselo.

— Mi hermano pequeño lloro cuando deje Winterfell. Parece algo normal.

— ¿Tú hermano pequeño es un príncipe? —inquirió el rubio. Sansa negó lentamente— Entonces no es relevante, ¿o si?

Cassana rodó los ojos.
Odiaba a Joffrey, odiaba que despreciara los sentimientos de los demás, odiaba que Sansa se encogiera cada vez que se dirigía a él, odiaba tener que cuidar sus palabras para no meterse en problemas, lo cual, muchas veces era casi imposible.

— Es sólo un niño, Joffrey. —replicó la Tyrell— Si fueras capaz de al
menos comprender eso, quizá serías un mejor rey.

El rubio se giró molesto hacía ella. Su ceño estaba fruncido y su mentón rígido. Pero al final, sonrió con burla.

— ¿Acaso tienes hermanos, Cassana?

La pregunta la tomó desprevenida. Ni siquiera era necesaria, Joffrey estaba muy bien informado de los miembros que componían a su familia.

— No.

— Entonces no te metas en temas que no conoces.

Tuvo que guardarse sus insultos al tener a Meryn tan cerca de ella.
Era difícil tener que admitir que su infancia fue algo solitaria, lo más cercano que tuvo a un hermano fueron Margaery y Loras, pero al final del día cuando ellos se iban, ella terminaba sola.

Los meses en Winterfell fueron una salvación al estar rodeada de una cariñosa familia, con niños pequeños jalándola de la falda de su vestido para que jugara con ellos y las veces que solía estar presente en los entrenamientos y los chicos querían lucirse frente a ella. Si ella hubiera podido decidir, se habría quedado en Winterfell para siempre. Por lo menos ahí no hubiese tenido que soportar el rígido y poco flexible carácter de su padre.

Durante el trayecto de regreso al palacio, los capas blancas se encargaban de mantener a raya a los habitantes, quienes se encargaban de gritar insultos al rey cuando lo veían pasar.
Sintió la mano de Sansa aferrarse a la suya, estas situaciones la ponían bastante nerviosa. Tyrion miraba con atención a su alrededor, si esto llegaba a salirse de control, era mejor mantener a todos a salvo tan pronto como pudieran.

𝕷𝖎𝖔𝖓 𝕳𝖊𝖆𝖗𝖙 PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora