CAPÍTULO 20

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EN CUANTO LA REINA ABANDONÓ LA HABITACIÓN supieron enseguida que esa era su única oportunidad para salir, las nobles que ahí mismo se encontraban estaban tan asustadas y concentradas rezando que ni siquiera notarían su ausencia. La ciudad estaba en peligro, miles de soldados estaban a las puertas, así que tenían cosas más importantes en las que pensar.

En algún momento, Cassana no pudo saber cuando, Sansa de pronto se detuvo y soltó su mano.

— No lo haré. —dijo la pelirroja— Lo siento, no puedo.

Cassana tuvo que repetir esas palabras en su mente para asegurarse de que no había escuchado mal.

— Sansa, no tenemos tiempo para esto. Hay que irnos ahora.

— No. —dijo, queriendo sonar más firme— Si la reina o alguien más nos descubre estaremos en problemas. Si eso es lo que quieren, entonces están solas en esto.

La Tyrell aún no daba crédito a lo que escuchaba. Según sabía, lo que Sansa más quería era regresar a casa, estar con su familia, su hermano había iniciado una guerra para recuperarlas y, ¿de pronto decía que no quería irse? ¿Acaso estaba loca?

— No puedes estar hablando en serio. —masculla Shae con incredulidad.

"Tengo cierta responsabilidad con ella", se decía Cassana internamente, "se lo debo a Robb". Pero por otro lado los constantes reproches de Shae llegaban a opacar sus propios pensamientos. Además, le había hecho una promesa a Tyrion, no podía fallarle, y si Sansa Stark no sería la razón para hacerlo.

— Bien, como quieras. —dijo molesta, incluso más que eso— Pero luego no vengas a lloriquear diciéndome que quieres irte a casa, porque ya habrás perdido la oportunidad.

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Apenas se encontraron a las afueras del castillo, el frío impactó en su rostro, pero lo que más les preocupaba en ese momento eran los gritos desgarradores de los soldados moribundos, el como las flechas surcaban el cielo y las ardientes llamas que llegaban a impedirles el paso mientras se las ingeniaban hábilmente para encontrar una salida rápida hacía el puerto.

El barco zarparía en tan sólo unos minutos, así que debían darse prisa si querían llegar a tiempo.

Llevaba puesta la capa que su abuela le había regalado poco antes de partir a Desembarco; de un color verde menta con rosas doradas bordadas en la orilla. Antes de abandonar la Fortaleza, hizo que Shae se colocara una capa azul que era de sus favoritas, le sería útil, no sólo para recorrer la ciudad, sino también para el largo camino que tenía por delante.

Los gritos se hacían más fuertes, y se sintió asustada ante la realidad de que ahora se encontraban en la zona de guerra, donde podía ver claramente los estandartes ondeantes de Stannis Baratheon, y se preguntó si su tío aceptaría ayudarle si llegara a pedirle ayuda. Los soldados de los leones caían al suelo, uno tras otro. Si todo lo que decían sobre Stannis era cierto, y si continuaban masacrado al ejército Lannister de esa forma, la ciudad caería en pocos minutos y todos sus problemas se habrían terminado.

Ahogó un grito en cuando un hombre vestido en su armadura pasó frente a ellas, corriendo y soltando horribles gritos del dolor por las llamas que cubrían su cuerpo. Nunca antes había visto algo tan horrible y esa imagen la perseguiría para siempre como un recuerdo de lo que en verdad es una guerra; no era lo mismo leer sobre una, a presenciarla a escasos metros.

𝕷𝖎𝖔𝖓 𝕳𝖊𝖆𝖗𝖙 PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora