Final.

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Julieta, dos años después.

— ¡y con todos ustedes, Cazzu, la jefa del trap!

Gritó Geronimo, uno de mis amigos y presentadores de Colta, la fiesta más grande del país. Me subí al escenario y salude al público. Más de mil personas aplaudiendo. Muchas más. No podía creer lo lejos que había llegado en tan solo dos años de carrera. Todo pasaba dentro de dos años. Después de dos años sin el amor de mi vida, volví a encontrarlo y dos años después sin él también, me encontraba triunfando.

— ¡¿cómo están todos?! — pregunté exaltada a mis fans y estos empezaron a gritar que estaban bien — ¡¿listos para empezar a cantar?!

"No me preguntes por qué, no te atrevas a abrazarme.
Yo estuve perdida en medio del infierno y vos nunca viniste a buscarme.
Y ahora amarte es casi como un pecado Para tu amor tengo los días contados, no me mires así ni una vez más , no me permito volver a tu lado.
Y después de ti las cicatrices, no volverá a ser igual, amar no va a ser igual.
Sos lo que quiero tener y lo que siempre quise.
Y necesito dejar, yo necesito olvidar, te necesito."

Empecé a cantar la última canción que escribí para el catorce de febrero, otro San Valentín, día de los enamorados que pasaba sin él.

"No vuelvas a llamar, no vuelvas a cruzarte.
Entiende mi dolor, no quiero lastimarte.
Fuera de control solo quiero gritarte.
Dame más motivos pa' poder soltarte.
Y hasta he probado otro cuerpo, llegue a besar otra boca, quise borrar tu recuerdo, para no volverme loca.
Y ahora amarte es casi como un pecado Para tu amor tengo los días contados, no me mires así ni una vez más , no me permito volver a tu lado.
Y después de ti las cicatrices, no volverá a ser igual, amar no va a ser igual.
Sos lo que quiero tener y lo que siempre quise.
Y necesito dejar, yo necesito olvidar, te necesito."

— ¡gracias, a todos!

Saludé al público después de cantar más de cinco temas y me fui del escenario. Empecé a caminar hasta los camerinos y al intentar entrar al que me pertenecía a mi, un cuerpo impactó contra el mío.

— hola, morocha.

Escuché su voz y tragué saliva, no me animaba a levantar la cabeza pero, unas manos me tomaron del mentón obligandome a clavar mi vista en él. Después de dos años sin vernos – otra vez – volvíamos a cruzarnos.

— Tomás...

Mostré todos mis dientes y antes de que mis ojos se llenen de lágrimas lo abrace fuertemente; Me hundi en su pecho y recordé lo que era ser feliz. Lo que era respirar, lo que era vivir. Llevaba dos años sin verlo, solo a través de sus vídeos musicales, pero sino fuera por mis amigos no hubiese sabido más nada de él y ahora estaba acá, abrazado a mí.

— perdón... — solté una pequeña risa y me separé lentamente de nuestro agarre — ¿cuando viniste a Argentina?

— hace unos días, tengo un par de shows y después me vuelvo a España. — asentí con mi cabeza, triste, así me ponía la idea de que vuelva a irse — que lejos que llegaste Juli K.

— no más lejos que vos, crackero.

— ¿así que me necesitas? — preguntó y frunci el ceño sin entender — y necesito olvidar, te necesito. — cantó la letra de la última canción que subí y sonreí — me gustó mucho la letra, el video, la mano del pibe lleno de tatuajes haciendo referencia a mí.

— podría decirte que no te creas el centro del universo pero ya no tengo quince años, sí, te necesito Tomás.

— ¡y con todos ustedes, C.R.O! — gritó Geronimo y entendí que hacía el acá, venía a cantar.

— anda, dale.

— y como siempre te digo, ya nos vamos a volver a ver, morocha.

Hace cinco años atrás...

— sos el amor de mi vida Tomás.

— y vos sos el amor de la mía, Julieta.

— ¿siempre vamos a estar juntos, verdad?

— sí, siempre.

Fin.

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Lean mis nuevas novelas Reparáme y A escondidas.

dos extraños | c.r.o y cazzu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora