Tomás, hace tres años atrás.
— ¿sos pelotudo Cenfe? — me preguntó Lucas de mala manera y encogi mis hombros — ¿cómo le vas a decir lo de la apuesta?
— tenía que saber la verdad, se lo merece, ella siempre está ahí para salvarme.
— no entiendo porque nunca fuiste capaz de decirme que Julieta te gusta posta... — dijó y bajé mi cabeza un poco apenado por la situación — ¿por qué?
— porque era más fácil seguir mintiendo que admitir que me enamoré de la morocha.
Solté un largo suspiro y apagué el cigarrillo que estaba fumando. Julieta no quería hablarme. Después de pedirle perdón cientos de veces, se fue, dejándome solo. Y la entiendo. Rompo todo lo que toco.
— bueno, cambia esa cara y haceme algo de comer que me muero de hambre. — me pidió Lucas y asentí con la cabeza entre risas — ¿te haces unas tortas fritas?
— ¿qué te pensas que soy máster chef boludo?
— ¡harina, grasa, sal, aceite y agua lleva pendejo!
Revolee mis ojos, costumbre que me había pegado de la morena y me fui a la cocina a buscar los ingredientes para hacerle las tortas fritas a mi mejor amigo.
— soy un desastre.
Murmure para mi mismo cuando vi toda la cocina manchada con harina. Mi cara también estaba llena de esta. Terminé de fritar las tortas fritas y las puse todas en una bandeja después de echarles azúcar por encima. Sonreí victorioso de mi creación y cuando me di vuelta para mostrarle a mi hermano, descubrí que este ya no estaba conmigo.
— ¿H? — pregunté extrañado y me tranquilice al ver su silueta en el comedor — ¡che, al final soy un capo cocinando eh, me salieron re piolas! — exclame detrás de Lucas y al levantar la cabeza me quedé paralizado — Julieta...
Estaba golpeada. Toda su preciosa cara, estaba golpeada. Tenia moretones en sus brazos. Su nariz sangraba. Sus pómulos estaban colorados y sus ojos empapados de lágrimas. Automáticamente un nudo se formó en mi garganta. ¿Quién fue el animal qué le hizo daño a mi chica? Ella clavó su mirada en mí y yo abrí mis brazos. Corrió hasta donde yo estaba y me abrazó como si tratara de arreglarme, cuando ahora yo tenía que arreglarla a ella. Rodee su cuerpo con mis brazos y aprovechó para hundirse en mi pecho. Quebró en llanto. Apreté mis ojos y besé fuerte su cabeza. Volverla a tener en mis brazos, era volver a estar en paz. Sentirme como en casa; Julieta, era mi hogar.
— me pegó Tomás... — por fin habló y tiré un poco hacía atrás mi cabeza para poder mirarla a los ojos — mi papá.
Cerré mis ojos, amaba que coincidieramos en todo, pero no en tener una mierda de vida, de familia; Si es que así se puede llamar a las personas que me trajeron a este mundo y que la crearon a ella, quien no se merecía para nada todo este sufrimiento. Ella era un ángel. Mi ángel.
— descubrió que le faltaba plata y me acusó a mí. — negué con mi cabeza, esto era mi culpa, si yo no hubiese terminado preso ella no habría tenido que robarle plata a su papá para pagarme la fianza y ahora estaría bien y no rota como se encontraba — mi papá, es la primera vez que me pega y me hizo mierda To.
— tranquila amor... — hablé como pude, la situación me estaba matando, verla a ella así, me estaba matando — ya estás conmigo, estás sana y salva.
Dejé un beso sobre su frente y me separé lentamente de nuestro agarre para tomarla del rostro con mis ambas manos y acercarla a mí para besar sus labios, los cuales también tenía lastimados. Lucas miró la escena con tristeza y ternura al mismo tiempo. Era la primera vez que me veía abrazado a una chica. Que me veía amar. Y era la primera vez que yo me había atrevido a hacerlo. Amar. Y la amo a ella.
— ¿me puedo quedar acá? — volteó a ver a Lucas y él asintió con su cabeza — unos días, no quiero volver a mi casa, ni ir así al colegio.
— ni siquiera tenes que preguntarlo flaquita, nuestra casa, es tu casa.
— ¿tenes hambre? — le pregunté y volvió a verme, asistió — hice torta fritas y no quiero agrandarme pero me quedaron geniales... — ella sonrió por lo bajo y volvi a dejar un beso sobre su frente, necesitaba protegerla, demostrarle que yo siempre iba a estar para ella, como ella me salva a mí constantemente yo tengo que salvarla a ella — voy a buscar el botiquín para curarte esas heridas primero.
Le avisé y fui hasta el baño. Busqué las cosas necesarias para limpiarle las heridas a Julieta para que así puedan cicatrizar más rápido. Agarré la fuente de tortafritas y el azúcar y caminé hasta el comedor. La observé sentada en el sillón, mirando a la nada. Lucas estaba cruzado de piernas en el suelo, con la cabeza baja. Supuse que estaban hablando y me quedé quieto para poder escuchar.
— ¿entonces, vos sabías lo de la apuesta? — apreté mis ojos ante esa pregunta.
— si negrita... — respondió mi mejor amigo avergonzado — perdón, pero Tomás te ama de verdad y se enamoró de vos, me di cuenta en su cumpleaños. — frunci el ceño y él levantó la cabeza encontrándose con mi mirada — por más que intentara ocultar sus sentimientos, cuando se emocionó con la torta que le hiciste y al verlo sonreír tanto en la fiesta, me di cuenta que estaba completamente enganchado con vos, pero no le dije nada porque sabía que el chico bardero me lo iba a negar.
— lo estoy. — hablé entrando al comedor y dejando las cosas sobre la mesa — además de enganchado, enamorado, estoy muerto de amor por vos.
— ya sabía. — dijó H y solté una carcajada, se tiró de cabeza hacía las torta fritas y empezó a devorarlas — ah no, están muy buenas ¿viste que no era difícil?
— yo estoy muy bueno, toma amor come. — me agrande y le alcance una torta frita a Julieta, quien empezó a comer y sonrió al terminarla — no creo que estén más ricas que tus tortas, pero lo intenté.
— me encantaron, amor.
Mostré todos mis dientes al oír como me había llamado y volví a respirar. Agarré el botiquín y me puse frente a ella para empezar a curarla después de que Lucas nos dejara solos y advertirle que le iba a doler el alcohol sobre su piel. Gritó después de que le pasara el algodón con alcohol para desinfectar y después el agua oxigenada. Terminé de limpiarla y capturé sus labios nuevamente. Estábamos bien, otra vez. Y no podía permitirme destruir eso.
— igual, es un cliché que hayas terminado enamorado de mí después de apostarme.
— perdón amor... — ella negó con su cabeza y acarició mi rostro con sus manos — te juro, que te amo con toda mi alma ¿sabes? con vos me siento como en casa.
— yo también te amo y la familia que me tocó a excepción de mi primo, es una mierda pero, te elijo a vos como mi familia.
— te prometo que voy a intentar dejar la cocaína.
.
Juli bebé.
Espero que les haya gustado!
Las amo!
almavieja.
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dos extraños | c.r.o y cazzu
Hayran Kurguvos y yo nos amábamos y después vos me rompiste el corazón.