Julieta, hace dos años y dos meses.
— déjame curarte por favor, por última vez...
Dijo el adolescente del cuál me enamore y supe que todavía se encontraba ahí dentro, simplemente que se había perdido por culpa de la droga.
Asentí con mi cabeza y él fue en busca del botiquín que ya nos habíamos acostumbrado a usar después de tantos golpes. Al volver, me desabroché la campera y el sacó suavemente mi remera. Sonrió al verme en ropa interior y golpee su hombro. Nos extrañaba tanto. Extrañaba cuando nos hacíamos el amor y no ahora que nos hacemos mal.
— prométeme que nunca más te vas a lastimar así. — rompió el silencio cuando terminó de curar mis heridas y dejó un beso sobre mis brazos — ni tu viejo, ni yo valemos la pena como para que te cortes las muñecas.
— siempre creyéndote el ombligo del mundo vos. — solté una pequeña risa y volví a vestirme — prométeme que vas a dejar la cocaína.
— te lo prometo, al fin y al cabo por su culpa te perdí. — bajé mi cabeza y depositó un beso en mi frente — mi culpa. — corrigió — fue mi culpa, tenes razón pero Julieta vos..., sos un ángel, no tenes porque hacerte daño.
— ¿realmente me amas? — pregunté y él me miró sin entender — porque si de verdad me amas, vas a lograr salir de esta mierda, tenes dieciocho años Tomás, deja de arruinarte la vida que ya bastante te la cagaron los demás.
— sigo arruinándome, sigo perdiéndome en tu mirada, sigo arruinándome, sigo cayendo en la nada.
Empezó a cantar una de las canciones que había escrito y subido a Youtube hace unos meses, que tuvo la suerte de llegar a más de diez mil reproducciones. Él comenzaba a hacerse conocido ¿Y cómo no? Sí tenía un talento inmenso, uno que me mataría que lo eche a perder por culpa de la droga. Tomás creía que no valía la pena, pero si que lo hacía, él valía mucho más que la pena. Él, no el personaje en el que se había convertido gracias a la cocaína.
Agarró la guitarra y empezó a cantar "Amarte", tema que había escrito para mí, según él; Yo por mi parte cerré mis ojos y me perdí en su voz, que tanta paz me daba.
— ¿me das un autógrafo? antes de que te hagas famoso, digo.
— ¿para qué querés un autógrafo? si en todas mis canciones estás vos, reina.
Inevitablemente mostré todos mis dientes y él dejó su guitarra a un costado. Tragué saliva. Volví a sentir las mariposas en mi estómago y cuando creí que iba a capturar mis labios, impactó su cuerpo contra el mío formando un abrazo. Respiré; Después de días con un nudo en la garganta, pude respirar y es que solo en sus brazos me sentía viva.
— quédate a dormir, por favor... — suplicó y negué con mi cabeza separándome lentamente de su agarre — hoy nada más, te necesito.
— si me quedo hoy, no me voy más.
— y no te vayas...
— Tomás... — tomé su rostro con ambas manos y clavé mi vista en él, quien tenía los ojos rojos de tanto haber llorado cuando nunca lo había hecho, al menos no frente a mí — no podemos estar juntos, nos hacemos mal.
— yo te hago mal, vos lo único que haces es salvarme, siempre. — le regalé una sonrisa sincera y ahora era yo quien dejaba un beso sobre su frente — ¿algún día vas a poder perdonarme?
— no lo sé.
— prometo que nos vamos a volver a ver, morocha. — dijo y se acercó a mi para besar mis labios — vos y yo estamos destinados a estar juntos.
— no creo en el destino, lo único que creo es que te tenes que querer a vos mismo y salir de esta mierda que te está consumiendo. — hablé sobre sus labios y volví a alejarme de él, colgué mi mochila en mi espalda y me acerqué a la puerta de su habitación — recupera tu vida Tomás.
— mi vida, no es vida sin vos Julieta.
Fue lo último que escuché de su parte antes de abrir la puerta e irme de su pidza, de su casa, de su vida, para siempre. Y aunque me haya hecho la dura, yo también tengo la esperanza de que la vida nos vuelva a cruzar y tengamos la suerte de volver a conocernos, porque desde ahora nos convertiamos en dos extraños.
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comenten para el próximo cap!
las ♡
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dos extraños | c.r.o y cazzu
Fiksi Penggemarvos y yo nos amábamos y después vos me rompiste el corazón.