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Julieta, presente.

¿tengo oportunidad con vos?

Preguntó y me quedé muda. Su mano acarició mi mano y cerré los ojos, veía al adolescente del que me había enamorado. A ese que sin conocerme me contó su historia en la terraza de una casa abandonada ¿Cómo podía decirle que no a ese chico que me hizo tan feliz? Eramos ex combatientes de un amor que nos había llenado de vida y ahora parecía como si estuviésemos en guerra. No podía decirle que no a ese Tomás de dieciséis años que tanto amé, pero sí podía decirle que no al Tomás que un año y medio después me rompió el corazón en mil pedazos. ¿Y a este qué le decía? Como le dije el día que volvimos a vernos, ahora éramos dos extraños.

— ¡acá estás! — apareció Ivo en la habitación y agradecí por dentro, fijo su vista en nuestras manos entrelazadas y me solté rápidamente del agarre de Tomás — ¿todo bien?

— sí, le estaba contando de mi hermano...

— una pinta de delincuente tiene... — comentó Khea y lo fulmine con la mirada, Tomás río triste por lo bajo — ¿podes venir? me habló Nicole.

Me levanté de la cama y me acerqué a mi mejor amigo, volteé a ver a mi ex quien estaba con la cabeza baja, me rompió el corazón verlo así, pero decidí salir de su habitación para seguir a Ivo, quien intentaba conquistar a Nicole, una nueva trapera que había conocido en un show. Nos encerramos en su pieza y yo quebre en llanto, no podía seguir ocultandolo más. Khea me miró sin entender pero corrió a abrazarme. Me apegue él y me rompí frente a mi hermano de corazón.

— negra, ¿qué pasa? — se desesperó acariciando mi espalda y yo solloze sobre él — ¿te hizo algo ese gil?

— ese gil es mi ex... — confesé entre lágrimas y mi amigo me alejó lentamente, frunció el ceño y yo tire mi cabeza hacia atrás, intentando calmar mi llanto, pero este no dejaba de salir — perdón...

— ¿cómo que es tu ex?

— ¿te acordás cuando siempre te hablaba de un chico por chat? — asintió con su cabeza — me refería a él, fuimos novios por un año y medio.

— Crackero, claro, tendría que haberme dado cuenta antes... — dijo y se sentó sobre su cama intentando procesar la información — ¿y qué pasó?

— no puedo hablar de eso todavía... — hablé cuando por fin pude detener mi llanto y me senté a su lado — solo puedo decirte que me decepcionó, me rompió el corazón y ahora que lo veo otra vez...

— te das cuenta que nunca te olvidaste de él. — me interrumpió y dije que sí con mi cabeza — ¿qué pensas hacer?

— no lo sé... — alcé mis hombros y las lágrimas volvieron a aparecer — dijo que quiere luchar por mí, que quiere que le diga que tiene otra oportunidad pero yo no soy capaz de perdonarle lo que me hizo.

— eran dos pendejos Julieta, les faltaba tomar mucha sopa para poder tener una relación seria, por eso la vida los volvió a encontrar años después, más grandes, más maduros y si es así, es porque están destinados a estar juntos, porque eran la persona correcta en el momento equivocado.

Me consoló Ivo y me acosté sobre sus piernas, mientras cambiaba de tema y se centraba en Nicole e intercambiabamos técnicas para que pueda conquistarla. Mi cuerpo estaba con mi mejor amigo, pero mi cabeza estaba con Tomás. Las palabras de Khea empezaron a sonar fuerte en mi mente. Él tiene razón, éramos dos pendejos y tal vez las casualidades no existan. Capaz, si nos volvimos a encontrar es porque este es nuestro momento de amarnos o de terminar de destruirnos.

— ¿todo bien, flaqui? — Homer apareció detrás de mí y asistí, como de costumbre Mauro estaba de joda y yo me escondía en la cocina, para llenarme de alcohol — ¿vodka con jugo, no?

— te acordaste... — sonreí por lo bajo y agarré el vaso que me había servido Lucas para empezar a tomarlo — gracias.

— ¿todavía lo amas, no? — me preguntó al verme como yo miraba a Tomás de lejos, él estaba sentado junto a una rubia que no paraba de intentar darle un beso, pero él corría la cara — vos podes ocultarselo a todos, pero tus ojos lo dicen todo flaquita...

— con toda mi alma H. — le confesé y mis ojos se cristalizaron al verlo besar a la rubia que tanto le había estado insistiendo por un beso — ¿qué carajo hago acá? dios...

— él también te ama negra, no te olvides de eso.

Lucas dejó un beso sobre mi cabeza y se fue a sentar al lado de su amigo, quien levantó su cabeza y clavó su mirada en mi. Volví a servirme un vaso de vodka, esta vez puro y me fui al patio, donde no había tanta gente. Me saqué los zapatos y sumergi mis pies en el agua de la pileta de Mauro, mientras tomaba el alcohol de mi vaso.

— que raro vos escapandote de la gente... — apreté mis ojos al escuchar su voz detrás de mí y me corrí un poco cuando se sentó a mi lado y me imitó metiendo sus pies también en el agua — la flaca esa a la que besé...

— no importa, no me des explicaciones. — lo interrumpí y de un trago me vacíe el vaso — ¿cómo no van a querer besarte? si sos el facherardo del grupo. — repeti las palabras de Khea cuando me lo presento y él negó con la cabeza y una risa en sus labios — todas las pibas se te tiran encima C.R.O

— pero no la que yo quiero que lo haga...

— a esa la tuviste encima tuyo durante mucho y vos le rompiste corazón.

— fue una sola vez Julieta... — cerré mis ojos y negué con la cabeza, no quería recordar eso, no podía recordar el final — ¿nunca me vas a perdonar no?

— no lo sé... — mi voz se hizo un hilo y él soltó un largo suspiro — ¿podemos hablar de otra cosa?

— ¿qué onda Joaquina y Franky, sabes algo de ellos?

— tuvieron una hija... — le conté y él se sorprendió — a veces nos mensajeamos, pero con una bebé no tiene tiempo para nada.

— parece que al final, todos tienen un final feliz... — dijó y me encogi de hombros — todos menos nosotros.

— hace unos días me dijiste que querías empezar de cero conmigo y yo no puedo hacerlo si cada vez que hablamos me recordas nuestro pasado juntos.

— perdón... — su voz se quebró y yo levanté la cabeza rápidamente al escucharlo — ese año y medio que estuvimos juntos, me sentí vivo. — se sinceró y agarró mi mano, dejando un beso sobre esta — perdón si siempre te hablo de nuestro pasado, es que tu recuerdo es lo único que me queda, lo único que me hace sentir con vida.

Soltó mi mano y sacó los pies del agua para levantarse de lugar y volver a la mansión, dejándome sola y completamente confundida.

dos extraños | c.r.o y cazzu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora