Lo hice.

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Traté de borrarte de mi mente para siempre, trate de olvidar tu cara, tus ojos, tus labios, tu sonrisa, tu voz, tu acento, tus celos, tus valores, tus defectos y virtudes, tu forma de escribir y expresarte, tu forma de preocuparte, las cosas que me decías, las canciones que me dedicabas, las publicaciones que me compartías, los "te amo" que me decías, las promesas vacías... Traté de olvidar como si en un abrir y cerrar de ojos todo desapareciera, como si vos y yo nunca hubiéramos existido. A veces me pregunto si de verdad lo hicimos. Nos abandonaste llegando a destino, pude ver cómo todo se desmoronaba a mi alrededor, cómo de repente me faltaba el aire, cómo me arrebataban algo que me parecía tan necesario, que creía que había encontrado y que se quedaría para siempre; de repente todo eso yo no estaba, y estaba sola, confundida, con miedo, triste, y hundida en una melancolía y una nostalgia estáticas, a tal punto que contaba estrellas en la noche esperando que alguna de ellas me diera una respuesta de por qué lo nuestro no podía ser. Miraba la Luna esperando que vos hicieras lo mismo. observaba y pedia respuestas al cielo por mucho tiempo, hasta que me cansé de esperar respuestas que nunca iban a llegar. Te habías ido, me habías dejado, nos habías dejado. Lo habías decidido así y no había nada que pueda hacer al respecto, ya estaba hecho. Quise convencerme de que era una pesadilla y dormir muchas horas al día, porque quería encontrarte en mis sueños. Lastimosamente ahí también empezaste a ser cruel. Tan hermosa cínica y fríamente cruel. La droga perfecta para cualquier masoquista como yo. A pesar de que yo misma te dije que no me amabas y que nunca lo habías hecho, a pesar de que te enojaste, me maltrataste por eso y hasta me amenazaste, diciéndome que yo tendría la culpa si vos me hacías daño. A pesar de que todo eso fue en base a la bronca, inconscientemente lo sabía, sabía que nunca me habías amado. Y lo sé porque el amor no duele, no se desgasta con el tiempo, prevalece. Tu amor por mí lo único que hacía era ir en picada hacia abajo. Quién diría que todo empezó por una fiesta, esas fiestas que tú tanto odiabas que yo asista. Después de un tiempo, pude entender por qué te molestaban tanto o por qué te daban celos cada vez que yo salía y es porque tenías miedo de que yo sea igual a vos, que de un día para el otro vaya a bailar y desee otros cuerpos, otras bocas y como las tendria más cerca que la tuya decidiera dejarte atrás, pero en eso, y en muchas otras cosas sobre mí, te equivocaste. Dijiste que no me tomé el tiempo de conocerte, pero fuiste vos el que no se tomó el tiempo de conocerme a mí, porque yo se mucho más de vos de lo que pensás, hasta estoy segura que te conozco más de lo que vos te conoces a vos mismo, estoy segura de que yo sé mucho más de lo que sos capaz. Todavía tengo pesadillas en las que apareces, venís a verme como habías prometido hacer en el pasado, esas promesas tan importantes para mí... que tampoco cumpliste. Venís a presentarme un amor de verano, así como yo había dicho al principio, y digo que son pesadillas porque es tu propuesta y aceptar tu propuesta quiere decir que acepto todos tus demonios y sufro diariamente gracias a todos ellos. Traté de buscarte en otras personas traté de encontrar el color de tus ojos, el brillo de tu pelo, el tono de tu piel, tu estatura. Aluciné con escuchar tu voz, tu risa. Me estoy volviendo completamente loca y eso era exactamente lo que no quería. Me había prometido que no iba a permitirme caer así por alguien que no me quería. Me costó mucho más de lo que soy capaz de imaginar. Había empezado a mirar tus historias desde otra cuenta, una cuenta vieja mía, una secundaria, para que no la viera mi familia, como era privada y en la foto no se veía mi cara, pude mandarte solicitud, como era de imaginar, la aceptaste así de inmediato.  Obviamente, creo yo, que ni siquiera imaginarás que fui yo. Vi tus fotos, leí todas las cartas que había debajo de ellas, una de ellas, una de las malas, me dejó muy confundida porque creía que hablabas de mí, pero no podía estar del todo segura, porque hablas de una persona fría de una persona que te hizo lo que vos me hiciste a mí, era como si la historia la estuvieses contando pero los papeles fueran invertidos. También pude ver que estabas de novio con una chica rubia, compañera tuya de la facultad, encaja perfectamente con vos, porque es de tu mundo burgués, donde lo único que importa es el auto que vas a portar, ese que te dé tu papi, o el nuevo iPhone o las vacaciones que vas a tener en Egipto en Miami.
También existe otra carta donde decías que tratabas de olvidarme, pero no podías, que recordabas lo feliz que eras conmigo y lo bien que te hacía a pesar de estar lejos. Podías sentir mi compañía y ninguna persona que tuviera cerca te hacía sentir así. Tu soberbia, tu ego, te hacen creer que aún tienes la razón, que tomaste la decisión correcta, que la que estaba equivocada fui yo, que yo cometí un error... todo para no aceptar que tomaste una decisión horrible, porque no sólo te alejaste, heriste a la persona que más feliz te hizo y te iba a ser en tu vida. Dañaste, rompiste, usaste y te reíste de mí como si no fuese nada. Esperaste tanto alguien así y cuando lo tuviste lo destruiste, porque no pudiste esperar, y es que definitivamente lo tuyo no era amar. Lo que más bronca me da, es que con tu chica nueva te hagas el novio ejemplar, incluso mejor que el que te hacías conmigo, subís posts queriéndote hacer el humilde. Pero con tanto egoísmo no se puede ser humilde. Me hiciste esperarte durante meses, me hiciste conocerte y amarte y esperarte durante meses, te entregué mi tiempo, te entregué mi amor, te entregué mi poesía, te dediqué mis canciones favoritas, conté todos y cada uno de los días para verte, confié en que ibas a venir a verme, porque para vos era fácil, sólo tenías que tomarte un avión, ni siquiera tenías que pensar en cuanto te salía, para vos tomar un vuelo era como para mí tomar el autobús. No sé en qué mundo remoto pensé que alguien como vos iba a poder encajar en mi mundo. Ya que definitivamente yo no era parte del tuyo. Si hablamos de rencor no es algo que te guarde, la verdad, es que ya no siento nada y vos sos el único responsable.

Cartas que nunca di.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora