"Las estrellas son muy bonitas"

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¡Julián Marino!.. maldito infeliz...¡qué crees que haces con mi mujer!- Grita Gabriel muy cerca de nosotros.

-¡pero qué gusto verte, Gabriel! siglos de hecho, pero dime, ¿cómo has estado?- dice Julián sin siquiera acobardarse por la fría mirada con que lo atraviesa "mi dueño", porque en estos momentos es eso lo que se cree...mi maldito dueño...

Tomándome fuertemente de la cintura, Gabriel dice a viva voz que yo soy de él, o sea, ese que a ese vampiro machista, arrogante, abusador y celoso le pertenezco.

-Es mi mujer, y por tanto se le respeta, ¿me oíste, Marino?- dice Gabriel, poniendo su largo dedo índice en la solapa de la chaqueta del otro vampiro. Y en el momento en que el aludido iba a responder, una mujer enmascarada alza la mano en medio del gran salón y dice: ¡señores, es momento, es la medianoche..¡hora de las máscaras!!

Quedo sorprendida..¡nadie me dijo que esta elegante fiesta es de máscaras!

-Ten, aquí tienes tu máscara, Emilia- Gabriel me entrega una hermoso y delicado antifaz  negro a tono con mi vestido también negro  con bordes grises.

Luego de extenderme el antifaz, toma su máscara y se mezcla en el lugar. Al ver lo que intenta hacer, lo trato de detener tomándolo de la mano.

-¡no, Gabriel, no lo hagas! No me dejes sola de nuevo, por favor. Aquí hay mucha gente y..me podría pasar algo...no me dejes...- le suplico, pero parece que mis súplicas caen en saco roto, pues quita su mano de la mía de manera brusca, dejándome en medio de la pista sola.

Me siento perdida.

Sola en este gran cúmulo de gente...observo a mi alrededor y no reconozco a nadie.

"debes creer en ti. No permitas que el miedo te gane. Yo estoy vigilándote, nada malo te ocurrirá...es una prueba que debes afrontar sola"-volteo tras escuchar a Gabriel susurrarme al oído, pero no está... a decir verdad...la voz venía de mi cabeza...

Decido que es tiempo de salir al gran parque que tienen por jardín, pues necesito respirar ese aire fresco de la noche y sin Gabriel a mi lado, nadie me lo impedirá..."no es malo ser libre por unos minutos", pienso y sonrío para mis adentros.

Cuando estoy por salir hacia mi "pequeña libertad", alguien me jala de la muñeca hacia la pista.

-Ven, bailemos- la música comienza a sonar, "claro de luna" de Beethoven. Dulce, triste, melancólica y extrañamente atrapante melodía...siento que floto cuando me toma de la cintura y comenzamos a dar vueltas. No puedo ver su rostro, pero supongo que es Gabriel, nadie más se atrevería a tocarme sin su consentimiento (patán).

-Me gustas mucho, Emilia. Te necesito en mi vida de todas las maneras que puedas imaginar. Te haría no solo mi mujer, sino, mi reina...mi todo...- No pude contestarle, no era Gabriel, era ese vampiro que hace apenas unos momentos había conocido...¡cómo podía atreverse a tanto!.. si Gabriel se enteraba...pero él me abandonó en medio de la fiesta y desapareció...me dejó cuando le dije que no lo hiciera...por qué...

La melodía avanzada plena y melancólica.

-¡suélteme, Julián! ¡yo pensé que era mi "marido" con el que bailaba! ¡me ha tomado por sorpresa!- le digo no muy convencida del coraje con el que le hablo. Es una valentía que no siento, pero que necesito con fuerza.

-¡Es tiempo de quitarse las máscaras y antifaces y descubrir a quién tienen al lado!- la misma mujer de la vez anterior ahora ordena que nos quitemos los antifaces, cosa que hago con gusto.

"debes creer en ti. No permitas que el miedo te gane. Yo estoy vigilándote, nada malo te ocurrirá...es una prueba que debes afrontar sola"- sus palabras...debo irme de aquí. Es mi oportunidad de escapar de ese hombre tan escalofriante.

-"Gabriel" - digo en voz alta, pero la música está en su máxima expresión y al girarme a ver hacia atrás, descubro a ese tal Julián Marino mirándome como a una presa.

Tomo el ruedo de mi vestido, respiro profundo y salgo por fin del lugar para dirigirme al jardín.

Caminé por unos minutos, no encontrando nada más que árboles y flores bañados por la luna.

-La luna está especialmente hermosa esta noche-

-¡Gabriel!- digo, entre aliviada y sorprendida.- ¡me asustaste! Dios, no sabes lo que deseaba que aparecieras. Allá adentro yo...-

-Vi todo lo que pasó, Emilia- dijo a paso lento dirigiéndose a mí como un depredador.

Lágrimas de angustia brotaron de mis ojos.

-Yo...yo...no..Gabriel, no..en serio yo no- El vampiro llega hasta mí con una rapidez que no termino de acostumbrarme, tomándome del cuello y haciendo daño a propósito.

Gimo de dolor, casi no soporto la presión de sus manos sobre mi cuello. Es mi fin.

-¡Gabriel, amor! ¡aquí estás!-

¿qué está ocurriendo? no entiendo nada.

Una mujer se viene acercando desde la oscuridad...una mujer con un hermoso antifaz, curiosamente igual al mío, pero de color blanco. Ella se quita se lo quita, y nos ve directamente.

Quedo en shock.

Ella sonríe maliciosamente.

Gabriel me suelta por fin el cuello.

No puedo dejar de mirarla.

-¡Matilde, te dije que esperaras dentro!- dice con la mirada dulcificada Gabriel.

¿Matilde?... qué diablos sucede...ella es...

-¡calla, Emilia, no lo digas!-

Tomo el ruedo de mi vestido y echo a correr.

QUÉ SIGNIFICA TODO ESTO.

QUIÉN ES JULIÁN MARINO.

QUIÉN ES ESA MATILDE.

QUIÉN ERES, GABRIEL.

Me siento muy mal, como si de verdad me faltase el aire...se supone que esto no sucede a una recién convertida...pero se supone que nada de lo que estoy viviendo es normal.

Me detengo, nadie viene por mí.

Gabriel no vino a mí...

¡Qué sucede! ¡Quién soy! ¡Qué debo hacer!- grito al viento.

¿por qué me siento tal mal? El... aire...qué...me falta el aire...por qué me pasa esto, es como si...fuera a morir ¡Imposible! Soy un vampiro, los vampiros no mueren así...
Llevo mis manos al pecho y aprieto. Duele. Duele mucho.

¡Maldita fiesta! Nueva debí venir. No entiendo qué hago aquí.
No volveré,.me quedaré aquí en el jardín y si tengo que morir, lo hago aquí, en medio de la nada.

Caigo al suelo, este me cobija y pierdo el conocimiento...la última imagen es un hombre muy parecido a Julián  que me observa desde arriba...

"Las estrellas, Julián...las...estrellas son muy bonitas".

El hombre, luego de observar la escena con atención y en absoluto silencio, se acerca a la muchacha, la toma entre sus brazos, alejándose con ella en la oscuridad...

Gabriel se queda en la fiesta, con este nuevo personaje llamado Matilde...

¿Quién es ella? ¿por qué Gabriel la protege?

"Déjame Ir"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora