Planes

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Cuando desperté, me encontraba a oscuras en la misma habitación, pero atada a la cama de pies y manos.

Julián Marino.

-¡Sácame de aquí! ¡Julián, desátame!- se lo pido por piedad, pero él como si nada.

Este vampiro es loco, o algo extraño teje entre manos. Su mirada a veces vacía, me mira de una manera que me atemoriza. 

No me ha dejado ni a sol ni sombra, permanezco atada no sé por cuánto tiempo. Ya no pienso en Gabriel como una posibilidad de rescato. Él ya me olvidó, se fue con su verdadera mujer, con su verdadera "Matilde"...sí, me duele en lo más profundo esta traición, pero no puedo hacer nada. De un modo u otro, fue lo que siempre deseé, que me dejara libre. Las semanas que pasé siendo torturada por ese hombre. El pequeño al que mató, a ese inocente que no tenía culpa de nada...su familia, aquellas buenas personas que me dieron abrigo cuando más lo necesité... ellas están muertas solo por ayudarme y yo...no pude salvarlas, ni siquiera al pequeño Nicky, eso es algo que siempre llevaré en la conciencia gracias a Gabriel, aquel hombre, aquel ser que pretendía amarme con todo su ser, y que al final, resulté ser un capricho más, un juguete mientras aparecía su verdadero amor, su Matilde. Una mujer tan despreciable como él, pero que es idéntica mí, solo que su pelo es rojo...qué locura todo, qué irreal todo...

-Gabriel- digo sin pretenderlo.

-Basta, bonita, ya no lo nombres ni pienses en él más. El muy tonto no te merece, no te valoró, prefirió a la loca esa de Matilde, y a ti, la verdadera mujer, el sueño de todo hombre y vampiro, te abandonó a tu suerte...quién puede entender tanta imbecilidad...- se acerca dándome un casto beso en los labios y yo casi le correspondo...qué me pasa.

-Si...si definitivamente nadie va a venir por mí, entonces...qué vas a hacer conmigo, Julián. No pretenderás tenerme toda la vida amarrada a la cama.- 

-chica lista-me dice, instalándose cerca mío, muy cerca mío.- tengo planes para nosotros, planes que deseo llevar a cabo cuanto antes. Ya verás.

-¿ya veré qué?- pregunto tratando de mirarlo a los ojos.

-Ya verás lo bien que lo vamos a pasar, bonita. De eso puedes estar segura.

-Estás loco, mira la manera en que me tienes, si fuera a estar bien, mínimo que me sueltes, ¿no crees?

-No, bonita, no lo creo. Las reglas las pongo yo, no tú.

-Entonces, no eres muy diferente del patán que me abandonó.

-Woow! noto cierto odio por ahí escondido...

-no está escondido, está aquí, dentro. Solo necesita salir y expresarse.

-Y dime, bonita ¿por qué lo odias tanto?

-Me secuestró, me mintió haciéndose pasar por mi marido. Me convirtió en una criatura de la noche, mató seres inocentes, me torturó y violó en reiteradas ocasiones...yo...yo quiero verlo muerto...

-Debe ser difícil vivir algo así y no tener las fuerzas suficientes como para luchar.

-¡Sí! lo es, es muy difícil..¡no sabes cuántas veces quise desaparecer cuando él...cuando...cuando abusaba de mí, yo...lo odiaba y luego se presentaba ante mí como si él y no yo fuera la víctima y me enfermaba...me odiaba a mí misma por sentir algo por ese infeliz que solo arruinó mi vida con su presencia...debo odiarlo, Julián. Debo hacerlo.

- Eres valiente, bonita. Creo que podemos hacer algo, pero antes que todo, te voy a soltar. No quiero que pienses que soy igual a ese tonto que no supo valorarte. Tú y yo vamos a ser grandes aliados, solo si tú aceptas, claro.

- con una condición.

-la que tú quieras, Emilia.

-luego de lo que sea que estés tramando, me dejarás libre.

-Está bien, lo prometo.

-bien, entonces, hagámoslo. 

-¿hagamos qué?

-¡lo que sea que estés tramando, Julián Marino!

-Déjame beber de ti, bonita...

"Déjame Ir"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora