Pt. 1

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- Lisa, ¿en dónde estás ahora?

Jennie estaba buscando a Lisa para después regañarla o decirle algunos insultos, ya que ella estaba en problemas porque a Jennie no le gustó como "limpió" el cuarto donde iban a grabar una coreografía.

- Ehhh ... Aquí estoy amor, ¿qué pasa?

- ¡No me digas amor!

- Pero si tú ...

- ¡Cállate! - le gritó.

- ¿Ahora qué hice Jennie? - Le contestó Lisa, triste porque su novia otra vez la iba a regañar.

- ¿Por qué mejor no ves el cuarto y te lo preguntas tú solita?

Lisa fué a mirar el cuarto y no vió nada. Todo estaba en orden.

- ¿Qué pasa con el cuarto? - No había entendido lo que su novia quería decir.

- ¡Es que eres estúpida! - Le gritó - ¡No está bien limpiado!

- Está barrido y hasta me puse a trapear. Eso fué lo que me ordenaste y lo hice. ¿Por qué te quejas?

- Te dije que hicieras una sola cosa, Lisa. ¡UNA! - La última palabra la gritó con todas sus fuerzas - Y ni eso pudiste hacer bien. Si te fijas bien, los espejos no están bien pulidos, y el bote de basura está lleno de papeles de cosas que te la llevas tragando.

- ¡Lo siento Jennie! Si quieres voy a hacerlo bien y ... - fué interrumpida por la otra chica.

- No, no te molestes. Tendré que hacerlo yo porque tú eres muy inútil como para limpiar.

Lisa comenzó a lagrimear por lo que su novia le había dicho.

- Ay no empieces a llorar, Lalisa. No aguantas nada.

- Es que ... Lo siento mucho amor, para la próxima te prometo hacerlo bien para que no te enfades conmigo, ¿sí? - Le dijo en sollozos.

- Está bien, Lisa. Te perdonaré solo porque me das lástima.

- ¡Gracias amor! Te prometo que a la próxima seré mejor haciendo eso.

- Espero que así sea. - Lisa asintió y cuando estaba apunto de salir...- ¡Una cosa más Lisa!

- ¿Sí?

- Deja de comer tanto, por favor. Al paso que vas, te pondrás gorda como una vaca. - Dijo burlándose.

- ...

- Ay amor, sabes que estoy jugando. - Se acercó a ella y le dió un beso en la frente - Estoy bromeando pero a la vez es verdad, debes de comer un poco más de verduras y hacer ejercicio. No quiero tener una novia gorda.

A Lisa le empezó a doler el pecho por las palabras de su novia. Pero, ¿pesar 45 kilos no era señal de ser delgada? Al menos para Jennie, no lo era.

- Está bien ... ya me voy ...

- Ey. ¿Y mi beso?

- ...

- Vamos Lisa, bésame. No es la primera vez que lo haces

Lisa tuvo que aceptar y besar los labios de su novia.

- Así me gusta. Te amo Lisa.

- ¡Yo también te amo mucho! - Emocionada por las palabras de su novia.

Pobre Lisa, es tan ciega y enamorada que no ve que Jennie solo quiere estar con ella para jugar y hacerle daño.

𝙱𝙻𝙰𝙲𝙺𝙼𝙰𝙸𝙻 | 𝙻𝚒𝚜𝚘𝚘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora