Pt. 25

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Pov. Lisa.

Me encontraba sentada y tranquila en el sillón del living. Estaba comiendo porquerías mientras acariciaba a Lagartijo, quién estaba acostado en mis piernas.

Estaba pensando en Jisoo. Mi preciosa Jisoo, que hace algunas horas había salido con Rosé a una junta de última hora con YG.

Significa que me quedé sola con Jennie.

No sé cómo no entiende Jisoo que no me gusta quedarme sola con esta jodida loca depravada.

Pero... No ha pasado nada. Estoy horas aquí sentada y ella no se ha parado a molestarme. Tal vez esta vez no me haga nada.

Traté de pensar en cosas bonitas para despabilar mi mente de todo esto.

Recordé lo que Jisoo me dijo cuando salió :

- Si ocurre algo, puedes llamar a mi celular y yo vendré lo más rápido que pueda, ¿sí? Y por favor, no tengas miedo. He hablado con ella para que no te haga nada. Estate tranquila. - Dijo. - Ya me voy. Te amo. - Tomó mi cuello y me acercó a sus labios. Formando un lindo beso.

Me encantas, Jisoo.

Me separé de ella. - Yo también te amo. Ten cuidado.

Y salió con Chae.

Me pregunto qué le habrá dicho a Jennie. Cuando vuelva de esa "junta", le preguntaré.

Escuché un ronroneo por parte de mi gato blanco y peludo.

- ¿Tienes hambre? - Le pregunté.

Me levanté y dejé las bolsas de comida a un lado y me levanté para ir hacia la cocina para darle de comer a Lagartijo.

En la mesa estaba la bolsa de croquetas para gato. Del piso, tomé el plato de comida del gato y serví una pequeña porción.

Terminé de hacerlo y volví a guardar la bolsa donde estaba.

Tomé el plato con el alimento y ya iba para allá, pero escuché algo ser azotado contra el piso.

Me asusté y rápido fuí a revisar, no sin antes dejar el plato de comida en la mesa.

Era Jennie, y lo que azotó fué mi celular. ¿¡Qué le pasa!? Me costó muy caro y era nuevo.

- ¡¿Qué te pasa?! - Grité.

Ella solo ignoró mis palabras y fue tras mi gato blanco, quien estaba debajo del sillón escondido por el miedo que le causó gracias al ruido que hizo mi celular al estrellarse con el piso.

- Mira que bonito gatito. - Sonrió y tomó bruscamente a mi gato.

- ¡Ey, cálmate! Deja al gato en paz. - Traté de quitárselo, pero ella lo tenía bien agarrado, y solo provocaba que el gato se aplaste por la fuerza que las dos empeñabamos.

- No, no, no. Antes respóndeme algo.

- ¿Qué carajos quieres?

- ¡Háblame bien!

Con sus dos manos, apretó el estómago del gato, haciendo que este se queje.

- ¡No! - Lo miré sin poder hacer nada. Mi corazón comenzó a partirse.

- Respóndeme pues... Dime, ¿qué tanto quieres a este gatito bonito? - Lo miró.

- Lo amo como no tienes idea. - Dije.

- Ohhh, se nota. Entonces, ¿harías lo que sea por tener a tu gatito?

¿Qué?

- ¡Déjalo en paz! - Comencé a sudar. Mi flequillo color negro se comenzaba pegar a mi frente gracias al sudor.

𝙱𝙻𝙰𝙲𝙺𝙼𝙰𝙸𝙻 | 𝙻𝚒𝚜𝚘𝚘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora