PDV LOUIS.
- Louis, cariño, me voy a trabajar- dice Marcus cogiendo las llaves.
- No te canses mucho- respondo mientras me acerco a él, dejando un corto beso en sus labios.
Éste me da una pequeña nalgada, sacándome una pequeña sonrisa.
- Marcus- digo rápido, haciendo que se girase para mirarme- ¿vendrás directo a casa?- susurro.
Su sonrisa desaparece de su rostro.
- No lo sé, Louis. Si no estoy aquí para cenar métete en la cama.
Asiento, relamiendo mis labios.
Marcus me echa una última ojeada, saliendo del piso.
Acabo rápido mi desayuno y termino de arreglarme, cogiendo mi maletín y las llaves del coche, de camino al instituto.
Miro el reloj, las siete y media.
Hoy empezaba el nuevo curso, y aunque se cumplían 2 años desde que ejercía como maestro, me seguía poniendo nervioso como el primer día.
Lo bueno también es que era jueves, así que al menos el fin de semana ya estaba cerca.
No era fácil dar clases a adolescentes, con las hormonas revolucionadas y con ganas de todo menos de estudiar, pero por otra parte me gustaban mis alumnos, ya que me recordaban aquellos años no tan lejanos en los que yo me comportaba igual.
Desbloqueo mi móvil, observando la foto que tenía con Marcus, y suspiro, mirando la hora y volviendo a bloquearlo.
Aparco el coche y cojo el maletín, saliendo y entrando en el centro.
- Buenos días, señor Tomlinson- dice una chica a mis espaldas.
- Eva, os tengo dicho que no me llaméis así. Louis está bien- digo cálidamente, haciendo que la chica asintiese sonriendo.
Camino por los pasillos, observando los rostros de los alumnos, unos más morenos que otros, como de costumbre.
Entro en el aula de profesores, saludando a todos y dejando mi maletín en mi sitio, sacando los apuntes y libros.
- ¿Qué tal el verano?- dice Maggie a mis espaldas.
- Tranquilo, la verdad. Me fui con Marcus unas semanas a casa de sus padres y luego estuvimos aquí, ¿y tú?
- Todo el verano con unas amigas en el sur de España, aunque también fuimos a Madrid, es precioso- dice sonriendo- ¿has estado alguna vez?
Jamás lo olvidaría.
Asiento, sonriendo.
- ¿No fuiste a ver a tus padres?
- Fui pocos días alternos, se me hace difícil planificarme todavía.
- Bueno, es normal. No llevas mucho aquí. Pero bueno, siempre pueden venir ellos a verte también.
Asiento.
El director entra por la puerta, cerrando y preguntándonos a todos por nuestro verano, para seguidamente darnos los formularios y los horarios del curso, deseándonos suerte para este curso.
Miro la clase de las 8. Tenía clase con los de 4º de la eso.
- Bueno, nos vemos a las 11- le digo a Thomas, el cual asiente sonriendo, palmeando mi hombro.
- Suerte con las fieras.
Carcajeo, saliendo del aula.***
Las tres primeras horas se me pasan rápido, y ya me encuentro en el descanso tomándome un café con Thomas, un compañero que conocí el primer día que llegué aquí.
El teléfono de éste suena, lo que hace que se ausente a responder la llamaba, así que aprovecho para llamar a Mark.
- ¡Louis! No esperaba tu llamaba- dice con algo de ruido de fondo.
- Sí bueno, he aprovechado el descanso, ¿te pillo mal?
- Me pillas trabajando, pero puedo atenderte- dice alegre.
Cuando Mark terminó su curso de formación le ofrecieron un trabajo en un hotel de recepcionista en el norte de Italia, y claro, no pudo negarse, así también dejó el bar y se fue, y no le va nada mal.
- ¿Cómo llevas el italiano?
- Cada día mejor- dice orgulloso, sacándome una sonrisa- ¿sabes que en un mes aproximadamente tengo días libres? Había pensado en ir a ver a mis padres y ya de paso hacerte una visita, y así me presentas al famoso Marcus.
- Sí suena genial- digo fingiendo una sonrisa, aunque él no podía verla- ¿y tú sigues viéndote con aquel rubio?- le pregunto cambiando de tema.
- Qué va, resultó ser una joyita...- dice algo más serio- no tenía otro lío más, si no dos.
- ¿Estaba con dos mientras estaba contigo?-digo algo sorprendido.
- Ya ni de los italianos puedes fiarte- dice con una pizca de humor.
Río cálidamente, observando cómo Thomas regresaba.
- Oye Mark, en nada tengo que volver a las clases, ¿hablamos otro día?
- Sí claro, te llamo. Pasa un buen día- dice alegre.
- Igualmente- respondo sonriendo, colgando el teléfono.
- ¿Tu chico?- pregunta Thomas sentándose enfrente de mí.
- Un amigo- respondo terminando mi café.
- Si te digo una cosa prométeme que no dirás nada a nadie- susurra.
Frunzo el ceño.
- Claro, no abriré la boca- prometo haciendo que cierro mi boca con una cremallera.
Thomas asiente, sonriendo.
- Creo que mi chica está embarazada.
Abro los ojos, sorprendido.
- Oh dios mío, ¡enhorabuena!- exclamo alegre, levantándome y acercándome hacia él, abrazándole.
- Gracias- responde riendo- aún es pronto para confirmarlo- dice separándome de mí- tiene un retraso de 3 semanas, y según el test da positivo, pero queremos esperar a que el ginecólogo nos lo confirme.
- ¿Lo estabais buscando?
Asiente.
- Hace un año más o menos lo hablamos, y después de casi 8 años de relación decidimos que ya era hora de dar el paso.
- ¿8 años? ¿Pero cuántos años tienes?
- ¿Cuántos me echas?- dice elevando las cejas.
- Pues unos 24.
Thomas carcajea, echando la cabeza hacia atrás.
- Tengo 31, pero gracias por el alago.
- Te conservas bien.
- Mi trabajo me cuesta- dice orgulloso.
Sonrío, negando con la cabeza.
El timbre suena, a lo que Thomas y yo cogemos los respectivos libros de nuestra próxima clase, despidiéndonos y dirigiéndonos al aula.***
Según entro por la puerta me quito los zapatos y dejo el maletín en un lado del sofá, sentándome.
El primer día siempre es duro, ya que las mentes de los alumnos siguen de vacaciones, y es complicado que te presten atención, pero en general el día había ido bien.
Me encamino hacia la cocina y saco el táper de la pasta que sobró ayer, sirviéndolo en un plato y calentándolo un poco.
Aprovecho para cambiarme de ropa, poniéndome directamente el pijama. No tenía pensado salir de casa.
Miro la hora, las siete y media. Marcus ya debería de haber salido del trabajo hace más de una hora.
Trabajaba en un bufete de abogados desde que terminó la carrera. Tan solo era 4 años mayor que yo, aunque no lo aparentaba.
Nos conocimos cuando llegué aquí, el segundo día que salí con Thomas y su pareja a conocer un poco el centro, y entramos a un bar a tomar algo, y ahí estaba Marcus, con unos amigos tomando algo.
Fue él el que se acercó después de unas cuantas mirabas que nos echamos, y después de un rato hablando me pidió su teléfono, hasta ahora.
Aún lo recuerdo con una sonrisa.
El microondas suena, y me dirijo hacia la cocina sacando mis macarrones, sirviéndome un poco de agua y sentándome en el comedor, encendiendo la tele.
Suspiro. Intuía que esta noche también dormiría solo.***
La una de la madrugada. Un golpe seco en el salón me despierta, haciendo que me reincorporase un poco en la cama, observando que a mi lado derecho seguía vacía.
Bostezo, frotándome los ojos.
La puerta del dormitorio se abre despacio, mostrándome a un Marcus algo despeinado, con la corbata en la mano y los ojos ligeramente rojos.
- Louis- dice a duras penas, intentando caminar recto hasta la cama, sentándose.
- Mañana tendrás resaca- digo secamente, levantándome, dirigiéndome hacia la cocina, cogiendo un trapo y mojándolo con agua fría.
- Se me hizo tarde- dice de una forma inentendible.
- Como siempre- susurro, dejando el trapo en su mesilla, volviendo a la cama.
Marcus se reincorpora, quitándose el pantalón como podía, dejándolo en el suelo junto con su camisa.
Se acuesta a mi lado, acercándose hacia mí.
Por favor que no me toque.
- No te enfades- susurra dejando un beso en mi nuca, haciendo que mi piel se erizase.
- Marcus, quiero dormir- digo pausadamente, a lo que éste resopla, alejándose de mí.
Respiro hondo.
- Llevamos más de una semana sin follar- dice serio.
- Cuando te dignes a venir a casa sobrio entonces a lo mejor tienes suerte- suelto sin contenerme, arrepintiéndome al momento.
Marcus se aproxima hacia mí y me gira bruscamente, a unos centímetros de mi rostro.
- No se te ocurra volver a hablarme así, Louis. Nunca- dice calmado, pero sin soltar mi brazo.
Retiro mi mirada, apartándome despacio de él, volviendo a mi posición, dándole la espalda.
- Buenas noches- comenta.
- Buenas noches- susurro, intentando conciliar el sueño.Luke Grimes como Marcus
Alex Pettyfer como Thomas
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Adore you
FanfictionSEGUNDA PARTE DE "HABIT" Pasados cuatro años, aquellos en los que Louis por fin pudo cumplir su sueño junto a su pareja, Marcus, el destino hará que vuelva a reencontrarse con Harry, el cual lleva una vida completamente diferente a la que tenía, la...