16. Amigos

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PDV HARRY.

Me encontraba tirado en el sofá, ya que hoy Adam me dejaba descansar. Linn se encargaría de los pedidos pequeños y Adam, junto a otros chicos, de los grandes, pero como no había mucho trabajo lo terminaron en seguida.
Linn había salido a visitar a su hermano, y yo tan solo opté por quedarme en el piso.
Anoche me llamó mi madre para saber cómo me iba, y a ver cuándo iba a hacerla una visita.
Con ella seguía hablando de vez en cuando, pero con mi padre llevaba sin hablarme desde que me fui de casa.
No le echaba de menos, ya que nunca nos llevamos muy bien, y tampoco me quiso realmente, aunque mi madre me dice siempre que en el fondo me extraña.
Ella estaba bien. Mi padre perdió las elecciones el siguiente año y ahora tan solo seguía dedicándose a la política, en asuntos internos.
Y con respecto a Louis opté por no llamarle ni mandarle mensajes.
Ayer me dolió que me recordara que yo arruiné todo, porque no fue realmente así.
Si pudiese retroceder en el tiempo me hubiese encarado con su madre y con quien hiciese falta por seguir a su lado, pero en esos momentos elegí a mi familia, y es algo que nunca me perdonaré.
Sigo enamorado de él, eso es un hecho.
Me costó seguir adelante sin él, creía tenerlo superado, pero ahora que he vuelto a verle, a abrazarle, a verle sonreír y llorar, me he dado cuenta de que nunca he dejado de quererle.
El timbre suena, interrumpiendo mis pensamientos.
- ¿Louis?- digo al verle enfrente de mí- ¿qué haces aquí? ¿Te ha pasado algo?- digo preocupado.
Niega con la cabeza.
Le dejo pasar, haciéndome a un lado.
Éste se queda al lado del sofá, parado.
- ¿No trabajas?
- Tengo una clase a las cuatro, pero antes quería hablar contigo.
- Siéntate- digo apuntando al sofá, dirigiéndome hacia él, con Louis detrás.
Se sienta a mi lado, dejando su maletín en el suelo.
- Siento si ayer fui muy brusco contigo- comienza- me estás ayudando bastante, y te debo mucho. Fui injusto contigo. El pasado es el pasado.
- Es normal que estés dolido- respondo mirándole a los ojos- te hice daño, y es algo que nunca podré perdonarme- susurro.
- ¿Tú me querías? Necesito saberlo- ruega, con la mirada triste.
- Ya te dije que te quise más que a nada.
Y te quiero.
- Entonces... ¿por qué, Harry? Estábamos bien.
- Louis, por favor- ruego.
- Necesito saber por qué. ¿Quién lo arruinó, Harry?- insiste, buscando mi mirada.
- No puedo decírtelo. Te haría daño.
- Me da igual- dice rápido- necesito saberlo para...- hace una pausa, y le miro.
- ¿Para qué?
- Para cerrar ese capítulo- dice sin mirarme.
- Joder, Louis- digo pasando mis manos por mi pelo, frustrado.
- Por favor- susurra posando su mano en mi muslo, produciéndome un pequeño escalofrío.
- Fue tu madre- suelto, mirándole.
Éste retira la mano de mi muslo, frunciendo el ceño.
- ¿Co-Cómo mi madre?
- Aquella noche, cuando te presentaste en mi casa, yo estaba con un amigo. Recibí una llamada de un número que no conocía, y era tu madre- digo mirándole, y puedo ver cómo su rostro se va descomponiendo por momentos- me dijo que no era bueno para ti, y que si no te dejaba contaría a la prensa todo lo de tu contrato para hundir a mi familia. Por eso te traté así. No podía hacerle eso a mi madre- susurro.
Los ojos de Louis se cristalizan, y siento unas ganas enormes de abrazarle, pero me contengo.
- No puedo creerlo- susurra casi inaudible- mi madre...
- Lo siento- digo, intentando coger su mano, pero la aparta.
- Tenías que habérmelo dicho, hubiese hablado con ella.
- ¿Y crees que te hubiese hecho caso? Ella me odiaba, Louis, quería acabar conmigo e incluso con mi familia. No tenía otra opción.
Éste suspira, pasando su mano derecha por su rostro.
- Ya no puedo confiar en nadie- dice angustiado, levantándose del sofá, caminando por el piso.
- Claro que puedes- digo imitando su acción, poniéndome enfrente de él.
- Tienes a Becca, y a mí- susurro.
Éste me mira, con lágrimas deslizando por sus mejillas.
Las retiro delicadamente, y éste cierra los ojos, intentando calmarse.
- ¿Seguiríamos juntos?- susurra, mirándome con aquellos ojos azules que me volvían loco.
- Con lo mucho que nos queríamos seguro que sí- respondo sonriendo.
Éste llora otra vez, y esta vez no me contengo y le atraigo hacia mí, abrazándole.
- Necesito salir de allí, no puedo más- dice en mi pecho.
Le aprieto entre mis brazos, cerrando los ojos fuerte, queriendo eliminar todo el dolor que sentía.
- Vente conmigo- suelto sin pensar, haciendo que éste me mirase, sin soltarme- vale que el piso no es muy grande, pero aquí estarás a salvo.
- Me amenazó con hacerle daño a mi familia, Harry. No puedo.
- Denúnciale y vente conmigo. A tus padres no les pasará nada. Tengo contactos, pueden protegerles.
- No sé, Harry...- dice separándose de mí- no vives solo, y tú y yo... es una locura.
- ¿Por qué? Somos... amigos.
Éste levanta una ceja, mostrando una pequeña sonrisa.
- Harry, nunca hemos sido amigos. Incluso estando juntos nos llevábamos mal- bromea, sacándome una sonrisa.
- Bueno, pero hemos madurado.
- Mucho- dice riendo.
Nos quedamos en silencio, sonriendo, y pienso en lo maravilloso que sería tenerle aquí.
- Piénsalo- digo, llamando su atención- la puerta está abierta para ti siempre que quieras.
Éste me mira, y se aproxima rápido hacia mí, abrazándome fuerte.
- Gracias, Harry- susurra en mi oído, alterando mi pulso.
Necesitaba besarle.
Me separo de él y miro sus labios, que se encuentran entreabiertos.
Justo cuando quiero aproximarme hacia ellos, su teléfono vibra, y maldigo.
Louis nota mi molestia y se disculpa con la mirada, mirando la pantalla.
- Tengo que irme ya.
- Tus visitas siempre se me hacen cortas- digo sonriendo.
- A mí también- responde guardando su teléfono, acercándose al sofá y cogiendo su maletín, yendo hacia la puerta.
- ¿Cuándo podré verte de nuevo?- digo con ansias.
- Yo te llamo- sonríe, saliendo del piso.
Suspiro fuertemente, tirándome en el sofá.
- Estás jodido, Styles.

PDV LOUIS.

Una vez termino mi clase recojo mis cosas y me encamino al apartamento, despidiéndome de Thomas.
Mi plan era ir mañana a ver a mis padres y hablar seriamente con mi madre.
No podía creerme lo egoísta que fue. Sabiendo cuánto quería a Harry en ese momento y lo mal que lo estaba pasando, y en parte fue por su culpa.
Según entro a casa me encuentro a Marcus con el ordenador.
- Hola- saluda, sin mirarme, tecleando.
- Hola- respondo, cerrando la puerta- ¿llevas mucho rato aquí?
- Hoy he salido antes, me apetecía terminar el documento en casa.
Asiento, dejando el maletín y quitándome los zapatos.
Me siento en el sofá, cansado emocionalmente.
- ¿Mucho trabajo?
- No, pero los alumnos pueden ser muy cansinos- respondo quitándome el jersey.
- ¿Mañana tienes clase?
Niego con la cabeza.
- Había pensado en ir a ver a mis padres.
- Dile a tu madre que la próxima vez la visita será aquí. Hace mucho que no les veo.
Asiento, levantándome del sofá y metiéndome en la habitación.
Tampoco era necesario.
Me cambio de ropa llamo a mi padre.
- ¡Louis!- exclama, animado.
- Hola, papá- sonrío. Le echaba tanto de menos.
- ¿Ha pasado algo?
- ¿Tiene que pasar algo para que quiera hablar contigo?- respondo riendo.
- Qué va, pero como siempre llamas a tu madre.
- Ya... llamaba para deciros que mañana tengo el día libre, y había pensado en ir a comer con vosotros.
- ¡Suena estupendo! Tu madre entra de tarde y yo para comer estaré en casa.
- Perfecto, pues mañana nos vemos.
- ¿Marcus viene?
- Él trabaja, pero me ha dicho que os diga que para la próxima la comida será en el apartamento.
- Eso suena estupendo- dice mi padre alegre- mañana nos vemos, Louis.
- Adiós, papá.
Salgo del cuarto y Marcus se encuentra ahora en el sofá viendo la tele.
- ¿Tus padres bien?
- Sí, mi padre está deseando verme, y yo a él- respondo sentándome en el otro extremo.
- Louis, el otro día se me pasó preguntártelo- dice mirándome- ¿cómo contactabas con Harry?
Me quedo serio, sin saber si mentir o decirle la verdad.
- Pues, él guardaba mi número, y me llamó, pero en cuanto lo hablé contigo borré todo rastro suyo y lo bloqueé, te lo prometo.
- No tienes que prometérmelo, te creo- dice tranquilo- ayer sin querer ojeé tu teléfono y no tenías su número guardado.
- ¿Espiaste mi teléfono?- digo incrédulo.
- Suena feo eso- dice haciendo un gesto infantil con la cara- digamos que le eché un vistazo. Tu contraseña es tan simple como tú- carcajea.
Frunzo el ceño conteniéndome, y me quedo callado.
Éste vuelve su vista hacia la televisión, y yo aprovecho para maldecirle con la mirada.
Tenía que cambiar la clave.

Adore youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora