28. Lo siento, pollito

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1 MES DESPUÉS

PDV HARRY.

- ¿Qué tal en el trabajo?- me pregunta Louis quitándose el abrigo, con la nariz roja.
- Me han cambiado el turno, ya no trabajaré más por las noches- digo sonriendo, a lo que éste me mira feliz, abrazándome.
Hace un mes que llevo trabajando de recepcionista en un hotel. No es el trabajo de mis sueños, pero para ir tirando está bien, y más ahora que solo trabajaría por las mañanas.
Louis estaba mucho mejor. Apenas tenía marcas en el cuerpo y rostro, y ya había vuelto al instituto, en el cual le hicieron una pancarta de bienvenida, idea de Thomas, cómo no.
Con respecto a mis padres, nos hemos visto unas cuantas veces. Siempre en periodos cortos, ya que tenía que irme pronto para ir a trabajar.
Con mi madre todo estaba genial, con mi padre iba mejorando poco a poco, gracias a Louis he de decir.
Y respecto a nosotros, habíamos alquilado un piso situado cerca del instituto del ojiazul, ya que es de las zonas más baratas para vivir.
La casa no estaba mal. Tenía dos habitaciones, un pequeño baño general y otro en nuestro cuarto. La cocina era abierta, de tal manera que hacía el comedor y salón más espacioso.
Y la parte mejor es que era un ático, las vistas eran increíbles ahí arriba.
- Por cierto, me ha llamado Mark, en una hora estará aquí- dice tirándose en el sofá.
- ¿Es necesario que yo esté?- digo mientras saco la manta, tirándosela.
- Por supuesto- responde cogiéndola.
Resoplo, rodando los ojos.
- Harry, ya lo hemos hablado. Cuando sepa todo lo que he pasado, y que tú has estado ahí, dudo mucho que quiera pegarte precisamente.
- Quién sabe... siempre seré el tío que le quitó a su amor- digo picándole, a lo que éste me mira mal, lanzándome un cojín.
Río, tirándome encima de él, besando todo su rostro.
Éste se retira, aún con mal gesto, y le abrazo, enterrando mi rostro en su cuello.
- Me pone cachondo cuando te enfadas- susurro.
Levanto un poco la vista, y veo que está intentando ocultar una sonrisa.
Busco de nuevo sus labios, y esta vez no se retira, besándome.
Satisfecho, paseo mis manos por su pecho, queriendo quitarle el maldito jersey.
- No- dice apartándome- siempre quieres hacerlo cuando tenemos visita.
- Así soy yo, cariño- digo guiñándole el ojo.
Éste levanta una ceja, quitándome de encima de él y levantándose.
- Voy a ducharme, tú prepara la cena.
- ¿Desde cuándo eres tú el que da las órdenes?
- Soy mayor que tú aunque no lo aparente- dice sacándome la lengua, metiéndose en el baño.
Sonrío, negando con la cabeza, metiéndome en la cocina.
Mi teléfono suena, mostrando el nombre de Linn.
- Buenas tardes, mi amor- dice éste feliz.
- ¿Me echas mucho de menos?- digo mientras pongo queso rallado encima del pastel de carne, listo para meterlo en el horno.
- Pues sí, la verdad, sobre todo a tu pollito, que me cocinaba comida en condiciones.
Sonrío, sosteniendo mi teléfono entre mi mejilla y mi hombro, metiendo el pastel en el horno.
- Hoy viene el amigo de Louis- digo molesto, a lo que éste ríe- y creo que se quedará a dormir aquí.
- Tendrás que invitarme a comer y así le conozco. A ver si es tan capullo como dices.
- Con tal de tocarme las narices seguro que te cae bien.
- Sí, es probable- carcajea.
- ¿Con Becca qué tal?- pregunto mientras salgo hacia el salón, sentándome en el sillón individual.
Desde que se conocieron mantienen el contacto. Casi todos los días se envían mensajes y se han visto una o dos veces a solas, pero nunca han pasado más allá de un tonteo.
Linn estaba pillado por ella, pero no quería cagarla, ya que él era muy de joderlo todo.
- ¡Me ha invitado mañana a cenar en su casa!- dice emocionado, haciéndome reír.
Louis sale del baño en calzoncillos, y observo su cuerpo de arriba abajo, mordiendo mi labio inferior.
Éste me mira coqueto, moviendo su travieso trasero hasta el cuarto, cerrando la puerta.
- ¿Me estás escuchando?
- Perdón, ¿qué decías?- digo volviendo a la conversación.
- Si Louis no fuese tu novio y te invita a cenar a su casa ¿cómo lo interpretarías?
- Que quiere pasar una bonita noche- bromeo, a lo que mi amigo carcajea.
- Estoy emocionado, tío.
- Trátala bien, que si te lo propones puedes ser un tío increíble.
- Eso haré, amigo.
Louis sale vestido del cuarto, sentándose en mis piernas.
- Tengo que dejarte, el pollito se ha sentado en mi regazo y voy a convencerle de echar un polvo antes de que el tocapelotas de su amigo venga.
- ¡Harry!- exclama éste, dándome un golpe.
Linn ríe como un loco.
- Suerte con eso- dice aún riendo- ¡disfrútalo, pollito!- le grita a Louis, el cual niega con la cabeza, sonrojado.
- Suerte mañana- dice el ojiazul pegándose al teléfono.
- ¿Te ha contado algo Becca?
- Adiós, Linn- digo colgando.
- Eres lo peor- dice abrazándome.
Sonrío, besando su mejilla.
- ¿Me pongo el pijama azul o el rojo?
Éste me mira mal, a lo que carcajeo, levantándole de mis piernas.
- Ponte la camisa roja.
- Bf...- protesto.
- Si te la pones yo me encargo de quitártela esta noche- susurra en mis labios.
Sonrío, dejando un rápido beso en sus labios.
- Más te vale compensarme- digo apuntándole con el dedo, metiéndome en el cuarto.

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