20. Chantaje

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PDV LOUIS.

Una vez salimos del hospital Marcus se para, mirándome.
- ¿Qué quieres?- le pregunto cruzándome de brazos, manteniendo las distancias.
- Vas a volver a casa- dice calmado.
Elevo una ceja, riendo, y lamo mis labios, observando su rostro, el cual se encontraba sin ningún tipo de expresión.
- Mira lo que me has obligado hacer- dice señalando el hospital- tu padre podría haber muerto, y todo por tu culpa.
La sonrisa de mis labios desaparece, y dejo caer mis brazos, atónito.
- ¿Fu-Fuiste tú?- susurro con un hilo de voz.
- En realidad fuiste tú- dice encogiéndose de hombros- te lo advertí hace tiempo, Louis. Si se te pasaba por la cabeza dejarme, tu familia, tus seres queridos, sufrirían las consecuencias.
Me quedo estático, planteándome salir corriendo, lo más lejos posible de él.
- Eres un monstruo- suelto con los ojos humedecidos, respirando agitadamente.
- Si quieres que tu padre se recupere, ya sabes lo que tienes que hacer- dice dando un paso hacia mí- eres mío, Louis, siempre lo serás.
- No voy a volver contigo. No puedes obligarme, te denunciaré.
Éste carcajea cerrando los ojos, cruzándose de brazos.
- ¿Y qué pruebas tienes?- dice sonriendo.
Frunzo el ceño, y doy un paso atrás, tragando saliva.
- No serías capaz de matar a mi padre. Sabes que no te lo perdonaría nunca.
- En eso tienes razón, por eso está vivo, pero ¿sabes con quien no me temblaría el pulso? Con tu querido camello.
Mi respiración se detiene, al igual que todo lo que está a mi alrededor, y siento que en cualquier momento voy a desmallarme.
- Te quiero hoy mismo en casa- finaliza, alejándose del edificio, doblando la esquina.
Me quedo sin moverme, mientras noto una lágrima deslizarse por mi mejilla.
- Louis, ¿qué pasa?- dice una voz llamando mi atención.
Harry me mira preocupado, posando sus manos en mis hombros.
- Ha sido él- susurro.
- ¿El qué?- pregunta sin comprender.
- Mi padre, ha sido él.
Las aletas de su nariz se inflan, y su ceño se frunce, tensándose.
- Voy a acabar con él- dice separándose, buscándole con la mirada- ¿dónde está?- dice alterado.
- ¡No!- exclamo, llorando- no, Harry. Tengo que volver con él.
Éste me mira en cuanto digo esa frase, dando un paso hacia mí.
- No, Louis- dice posando sus manos en mi rostro- has logrado salir de ahí, no puedes regresar.
- ¿No lo entiendes? Si no lo hago acabará contigo.
- Y una mierda, ese tío no va a ponerme un dedo encima.
- Harry, es peligroso. No puedo perderte, a ti no- susurro.
El ojiverde cierra los ojos, suspirando, apoyando sus labios en mi frente.
Lagrimas siguen deslizándose por mi rostro, las cuales Harry se encarga de quitar.
- Tengo miedo- susurra, elevando mi rostro y mirándome- no quiero que te haga daño.
- No me lo hará, sé cómo arreglármelas.
- ¿Te veré?- pregunta esperanzado.
Asiento, llevando mis manos hacia su cintura.
Observo que sus ojos se han cristalizado, y eso me rompe el corazón.
Se acerca hacia mí, dejando un beso en mis labios, el cual le devuelvo, abrazándole.
- Louis, tu padre está despierto- dice mi madre a las espaldas de Harry.
Nos separamos y la miro, la cual se encontraba con el rostro serio, pero no dice nada, tan solo vuelve dentro.
- Volveré a tu piso a por mis cosas- susurro en sus labios.
Éste asiente, aun con los ojos cerrados, y me separo lentamente de él.
- Cuídate- susurra, todavía cogiendo mi mano.
Asiento, sonriendo débilmente, y suelto su mano, entrando en el hospital.

***

Después de hablar un poco con mi padre, el cual se encontraba todavía débil, me despido de mis padres y cojo un taxi de camino hacia el piso de Marcus, ya que mi coche se encontraba aparcado donde Harry.
Según llego a la puerta suspiro, llamando.
Marcus abre la puerta, sonriente, y yo tan solo entro, quedándome ahí parado.
- Toma- dice entregándome unos papeles.
Sin dejar de fruncir el ceño, los ojeo.
Era un parte médico y de baja indefinida.
- ¿Qué es esto?
- Fui esta mañana a tu instituto y se lo di al director. No volverás.
Le miro, incrédulo, y tiro los papeles de mala manera en el sofá.
- ¿Por qué has hecho eso?
- Me has abandonado para irte a follar con tu exnovio, ¿de verdad te crees que volverías como si nada? Las cosas van a cambiar.
- Estás loco- susurro.
- Primero- dice ignorándome- despídete de tu teléfono- dice estirando su mano hacia mí.
- No pienso dártelo.
Éste respira hondo, cerrando los ojos, y me propina una fuerte bofetada, haciendo que cayese al suelo.
Me froto la mejilla, la cual escocía, y me mira.
- El teléfono.
Lo saco y se lo entrego, y éste lo apaga, guardándolo en su bolsillo.
- Segundo, no saldrás de casa a no ser que sea extremadamente necesario. Y con necesario me refiero a si tienes que ir al hospital o alguna mierda así.
Le miro con odio, levantándome.
- No puedes encerrarme. Gritaré- le amenazo, sacándole una risa.
- No, no lo harás, créeme.
-Mi madre se preocupará si no la llamo.
- No te hablas con ella, por lo tanto, no la extrañará- dice sonriendo- no te esfuerces, Louis, he ganado- dice sentándose en el sofá- por cierto, dime dónde vive tu camello, tengo que ir a recoger tus cosas.
- No voy a decirte nada- escupo, enfadado.
- ¡Louis, deja de tocarme las narices!- grita levantándose bruscamente, encaminándose hacia mi- no me obligues a darte una paliza, te la estás buscando.
- No te diré nada- repito.
- Te he advertido- dice dándome un fuerte puñetazo.

PDV HARRY.

- Voy a matarle, Linn, te lo juro- digo caminando de un lado hacia otro.
- Tienes que calmarte, así no conseguirás nada.
- ¡Cómo quieres que me calme!- grito- ¡Tiene a Louis retenido en contra de su voluntad!
Respiro agitadamente, y llevo mis manos hacia mi pelo, tirando de él, frustrado.
No podía creer que estaba viviendo esta situación, y él menos. No se merecía esa vida, con un tío que estaba obsesionado con él, capaz de cualquier cosa con tal de tenerle.
Linn se acerca hacia mí, dejando sus manos en mis hombros.
- Vamos a sacarle de ahí, te lo prometo.
- ¿Vamos?- pregunto mirándole.
- Claro que sí- dice retirando sus manos de mis hombros- ese hombre me ha enamorado gastronómicamente, no puedo dejarle ir ahora.
Río, calmándome un poco.
Louis era el amor de mi vida, lo sube en cuanto me enamoré de él, y no iba a permitir que nada ni nadie nos volviese a separar.
El timbre suena y Linn va a abrir, aunque no puedo ver bien quién era.
- Vengo a recoger las cosas de Louis- dice una voz grave.
No puede ser.
Marcus entra por la puerta mientras Linn le mira extrañado, y ya tan solo no puedo contener mi ira, dirigiéndome rápido hacia él.
Mi amigo se interpone en mi camino, frenándome.
- ¿Qué haces en mi casa?- digo furioso, observando su semblante sonriente.
- Vengo a recoger las cosas de Louis- dice tranquilo.
- No tienes permitida la entrada en esta casa. Vete si no quieres que te rompa la cara.
Éste carcajea, cruzándose de brazos.
- La violencia no te llevará a ninguna parte, Harry.
- ¿Lo dices tú, que maltratas al novio de Harry?- suelta Linn, haciendo que le mirase unos segundos, el cual se encontraba frunciendo el ceño.
Marcus borra su sonrisa de sus labios, dando un paso hacia delante.
- Louis no es el novio de éste- dice señalándome- es mío.
- Y una mierda- exclamo intentando zafarme de Linn, sin conseguirlo.
- No quiero seguir hablando con vosotros, quiero las cosas de Louis.
- Harry, ve a por ellas- dice Linn sin dejar de mirar a Marcus.
Aprieto los dientes, maldiciendo, entrando en el cuarto, divisando la maleta de Louis todavía llena.
Introduzco las pocas cosas que están por la habitación, cerrando del todo la maleta y saliendo, dejándola delante de Marcus.
Éste estira el brazo para cogerla, y observo sus nudillos, dañados.
Aprieto los puños, y aprovecho el despiste de Linn para lanzarme sobre Marcus, dándole un puñetazo.
- ¡Cómo se te ocurre volver a tocarle!- grito, con Linn sosteniéndome fuerte, alejándome de él- ¡te mataré si vuelves a hacerlo, te lo juro!
Éste limpia la sangre de su nariz, frunciendo el ceño y cogiendo la maleta, saliendo del piso dando un portazo.
Grito de rabia, apartando bruscamente a Linn de mí, pateando el sofá.
- Harry, tranquilízate- dice éste detrás de mí, sin tocarme.
- ¡Ha vuelto a pegarle, mierda!- grito sentándome, llevando las manos hacia mi pelo, respirando agitadamente.
Linn se sienta a mi lado, pasando su mano por mi espalda.
- Vamos a sacarle de ahí.
- No quiere, Linn- digo más calmado- le ha amenazado con acabar conmigo.
Linn carcajea.
- Antes terminamos nosotros con ese mamarracho, te lo garantizo.
- Ese tío está loco.
- Doy fe- susurra éste- ¿quieres una cerveza?
Asiento, y éste se mete en la cocina.
Saco mi teléfono y marco el número de Louis, pero da apagado.
Era de esperar.
Suspiro, dejando el teléfono en la mesa, apoyando mi espalda en el sofá.
- Toma- dice Linn entregándome la cerveza.
Doy un gran sorbo, limpiándome la boca.
- Adam conoce a gente que podría eliminar a ese tío sin dejar rastro.
Niego con la cabeza.
- No quiero deberle nada, es más, quiero dejarlo.
Éste me mira, sorprendido, bebiendo de su cerveza.
- ¿Se lo has comentado a Adam?
- No, no me dejará ir así como así.
- Bueno, eres uno de los mejores, y te tiene aprecio, a lo mejor tienes suerte.
- La verdad que ahora no puedo pensar en eso. Solo pienso en él- susurro.
- Puedes acercarte a su instituto, a lo mejor podéis hablar.
- Es una idea- digo dando un sorbo de mi bebida- aunque de seguro el otro controlará todos sus movimientos.
- ¿Dentro del colegio? No lo creo.
Me encojo de hombros, cerrando los ojos.
Linn lleva su mano hacia mi hombro, masajeándolo.
- Lo sacaremos de ahí, tío.
Le miro, sonriéndole. Me recordaba tanto a Steph.
- Gracias, de verdad.
- Somos amigos, para eso estamos.
Asiento, con ganas de llorar.
Hoy el día había sido una completa basura.

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