24. Malas noticias

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PDV HARRY.

Después de que el médico limpiase las heridas a Louis, me dejó unos medicamentos, que me arruinaron el mes, los cuales tenía que proporcionarle cada 6 horas, a parte de una crema, claro.
Entre Linn y yo lo llevamos a mi cuarto para que descansase mejor, y yo opté por dormir en el sofá. Bueno, dormir, estuve toda la noche pendiente de él.
Ahora me encontraba preparándole un batido de chocolate blanco y un zumo de naranja, ya que no tenía apenas hambre, pero algo tenía que tomar, o acabaría en los huesos.
Según entro en la habitación le encuentro apoyado en el cabecero de la cama, con la almohada sosteniendo su espalda.
- Buenos días- digo sonriéndole, sentándome a su lado.
- Hola- susurra.
Me cuesta mirarle.
Su ojo está prácticamente cerrado de la hinchazón, su pómulo estaba morado oscuro y su labio un poco hinchado.
- Deja de mirarme con pena- dice apartando su rostro de mi campo de visión.
Dejo la bandeja en la mesilla, acomodándome más en la cama, llevando mi mano hacia su mentón, haciendo que me mirase.
- No voy a decirte que no siento pena porque mentiría- digo haciendo que bajase la mirada- pero te quiero, siempre voy a hacerlo. Voy a cuidarte, Louis.
Éste me mira, mostrando una débil sonrisa.
- ¿Me das un beso?
Sonrío, asintiendo.
Me acerco hacia sus labios, besándolos lentamente.
Éste lleva sus manos hacia mi cintura, abrazándome.
Entierra su rostro en mi cuello, suspirando.
- El pollito está despierto- dice Linn asustándonos.
Louis frunce el ceño ante el apodo que le ha puesto mi amigo, y yo sonrío, negando con la cabeza.
- ¿Cómo estás?
- Ya puedo hablar- responde el ojiazul sin soltarme.
- Eso es bueno- sonríe- bueno, tengo que irme a trabajar.
- Dile a Adam que gracias, ya iré a verle.
Éste asiente, despidiéndose de Louis y saliendo.
- ¿Las gracias por qué?
- Porque el médico que te curó ayer lo mandó él.
Louis asiente, separándose de mí.
- Quiero ducharme.
- ¿Puedes levantarte?
- Puedo intentarlo- susurra.
Me levanto, poniendo su brazo alrededor de mis hombros, mientras éste se reincorpora.
- Puedo andar, Harry- dice sonriendo.
- ¿Seguro?
Asiente.
Le suelto con cuidado, y se mantiene en pie, un poco adolorido.
- Lo que más me duele es la cara- dice saliendo del cuarto, dirigiéndose hacia el baño.
- ¿Cuándo piensas denunciarle?
Éste me mira, mientras se quita la ropa despacio.
- Nunca- responde, evitando mi mirada.
- ¿Cómo?- digo frunciendo el ceño.
- No quiero más líos, Harry. Es mejor dejarlo estar.
- Louis, te ha maltratado, violado... ¡Casi te mata!- exclamo, enfadado.
- ¿Y crees que denunciándolo va a cambiar algo? El daño ya está hecho- dice metiéndose en la ducha, agarrándose a la barandilla.
- Muy bien- digo saliendo del baño, dando un portazo.
Me apoyo en la puerta, cerrando los ojos.
Oigo el agua caer, y suspiro, sentándome en el sofá.
Ese tío no iba a rendirse tan fácilmente, posiblemente cuando se recupere quiera volver a por Louis, y esta vez no pienso permitirlo.
No se merece seguir teniendo una vida normal siendo una persona horrible, se merece pasar el resto de sus días entre rejas.
Sacudo la cabeza, apoyando mi cabeza entre mis manos.
A los pocos segundos el agua deja de sonar, y oigo a Louis trastear por el baño.
Me levanto y llamo a la puerta, a lo que éste abre.
- Lo siento- digo en cuanto le miro.
Éste muestra una débil sonrisa, asintiendo.
- Te entiendo, Harry. De verdad que lo hago- susurra.
Suspiro, entrando en el baño, abrazándole.
- Ponte el albornoz, estás helado- digo en su oído, separándome de él.
Éste coge el mío, que se encuentra colgado detrás de la puerta, poniéndoselo.
- ¿Quieres que te cure?- digo observando su rostro.
Niega con la cabeza.
- Lo hago yo. No soy un inválido- bromea, secándose el pelo con la toalla.
Sonrío, asintiendo.
- Está todo en la balda- digo señalándola- tengo que salir a comprar unas cosas, si me necesitas, llámame. No tardaré.
- Vete tranquilo, mi único problema es no poder abrir este ojo- dice señalándolo, riendo.
Sonrío, sin ganas, ya que me dolía verle así.
Éste se aproxima hacia mí, envolviendo sus brazos en mi nuca, besándome.
Cierro los ojos y llevo mis manos hacia su cintura, acercándole más a mí si eso era posible.
Louis mete la lengua en mi boca, jugueteando con mi pelo.
Me separo lentamente de él, a lo que éste me mira interrogante.
- No quiero empalmarme- susurro, a lo que éste carcajea, apartándose.
-No ha pasado mucho desde que echaste tu último polvo- dice recordando la vez que nos acostamos hace unos días.
- Contigo no son suficientes- susurro, a lo que éste sonríe, bajando la mirada.
- Anda, vete ya- dice empujándome.
Le echo un último vistazo, guiñándole un ojo y cogiendo las llaves y el monedero, saliendo del piso.

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