4. Cristales rotos

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PDV LOUIS.

Ayer cuando llegué al apartamento intenté con todas mis fuerzas sonreír, ya que no quería que Marcus supiese nada.
Cuando le conocí le conté todo el tema de Harry, ya que no quería tener secretos con él, y fue también duro para él saber que alguien me dañó tanto, y decirle que he vuelto a verle sé que sería difícil para él.
- ¿Te encuentras mejor?- pregunta abrazándome por detrás.
Anoche tuve que inventarme que me dolía la cabeza para no acostarme con él, ya que no tenía ganas después de todo.
- Sí, ya estoy bien- le respondo sonriendo, dejando todo el desayuno en la mesa- ¿tienes hambre? He hecho huevos revueltos y tortitas.
- Tengo hambre desde anoche- susurra en mi oído, dándome la vuelta y atrayéndome hacia sus labios, besándome salvajemente.
No me da tiempo a reaccionar, ya que me pilla por sorpresa, y le sigo el beso, enredando como puedo mis dedos en su pelo.
Marcus me carga, sentándome en el borde de la mesa.
- Llevo tiempo esperando esto- susurra mientras me quita la camiseta.
Él se encontraba solo en calzoncillos, debido a que se había duchado hace poco, así que no tenía que esforzarme.
Me baja rápido los pantalones, llevándose con ellos mis calzoncillos, y él hace lo mismo con el suyo, dejándonos desnudos.
Marcus no era de preliminares, cosa que no me gustaba, ya que a mí me encantaban.
- ¿Condón?- pregunto.
Éste niega con la cabeza.
- Ya nos hicimos las pruebas y estamos sanos. No lo necesitamos- susurra ansioso.
Asiento, espero que me lubrique bien.
Marcus mete su dedo índice y corazón en la boca, chupándolos.
Los lleva a mi entrada, paseándolos por la zona, hasta que introduce uno.
Doy un respingo, debido al frío de su dedo.
- ¿Bien?
Asiento.
Marcus mueve su dedo rítmicamente, y a los segundos introduce el segundo, meciéndolos a la vez.
Gimo, queriendo más.
Noto cómo su miembro roza mi vientre, calentándome más.
- Ya- digo sacando sus dedos, acercándolo más a mí.
Marcus sonríe, besándome y cogiendo su miembro, llevándolo a mi entrada, introduciendo la punta.
Me muevo para adelante, introduciéndolo más.
- Ah- gime éste, agarrando fuertemente mis caderas.
Nos mecemos despacio, sin prisa, disfrutando del momento.
Llevo mis manos a su pecho, acariciándolo.
Marcus aumenta las embestidas, gimiendo en mi oído.
Éste esconde su rostro en el hueco de mi cuello, mordiéndolo.
Nos movemos descontrolados, queriendo encontrar aquel punto que tanto nos gustaba.
Enrosco mis piernas en su cintura, haciendo las embestidas más profundas.
Sudor cae por nuestras frentes, respirando agitadamente.
- Louis...- gime- estoy a punto.
- Sí, yo también- susurro, sin poder abrir los ojos.
Mis uñas arañan su espalda, y noto gotas pre-seminales salir de mi miembro.
- Tócame- ruego, a lo que éste lleva su mano a mi pene, estimulándolo.
Las embestidas de Marcus son cada vez más rápidas. Estaba a punto.
- ¡L-Louis!- exclama, corriéndose en mi interior.
Su mano estimula unos segundos mi miembro, haciendo que me corriese por completo, exhausto.
- Joder- comenta, respirando agitadamente.
- Ha estado muy bien- susurro, bajándome despacio de la mesa, aún con las piernas temblando.
- Necesito comer algo- dice poniéndose el bóxer y sentándose a desayunar.
- Voy a la ducha. Déjame algo- le advierto con el dedo, a lo que ríe, asintiendo.

***

Me encontraba tirado en el sofá viendo la tele, ya que Marcus había salido.
Después de comer le llamó un compañero para ir a tomar algo, a lo que dijo que sí. Me preguntó si quería venirme, pero opté por quedarme haciendo el vago.
Ya llevaba tres horas fuera, como de costumbre.
Cuando termina la película enciendo el ordenador, revisando el correo y el Facebook, aunque no tenía nada.
Pienso en Harry.
¿Qué estará haciendo? ¿Tendrá trabajo?
Necesitaba saber tantas cosas...
Oigo que alguien trastea en la cerradura, llamando mi atención.
La puerta se abre despacio, y diviso a Marcus, el cual no puede ni caminar.
Mi corazón se acelera, y cierro el ordenador, dejándolo en la mesa.
Me levanto, observándole.
Cierra la puerta de un portazo, dejando las llaves en la mesilla de la entrada.
Me mira y se ríe.
Apesta desde aquí.
- ¿Cuánto has bebido?- susurro, acercándome.
- Mucho- responde riéndose.
Ruedo los ojos, queriendo ayudarle a llegar al sofá, pero me aparta, caminando él solo, llevándose por medio el jarrón, rompiéndose.
- Uy- comenta, restándole importancia y sentándose en el sofá.
Recojo el trozo grande, dejándolo en la mesa, y voy en busca del recogedor, barriendo los pequeños restos.
- Deberías de darte una ducha.
- Haré lo que me dé la gana- dice quitándose las zapatillas.
- Y cuándo no- susurro.
- ¿Qué?
- Nada.
- Repítelo si tienes huevos- dice levantándose del sofá y acercándose a mí.
Le ignoro, terminando de barrer.
Le da un golpe al recogedor, tirándolo al suelo y volviendo a esparcir los trozos del jarrón.
- Marcus, para- digo serio, mirándole.
Sus ojos estaban prácticamente rojos.
- Hago lo que quiero, al igual que lo haces tú.
- Yo no vengo borracho a la mínima que salgo a tomar algo- escupo enfadado, harto de callarme.
Marcus respira hondo, mirando al suelo, y apto seguido me da una fuerte bofetada, lanzándome al suelo.
Otra vez no...
Al caer me clavo uno de los cristales en la palma de la mano, sangrando.
- ¡No vuelvas a reprocharme nada!- grita inclinándose hacia mí- ¡No eres nada, me oyes, nada!- exclama pateando el recogedor, de seguro para no patearme a mí.
No quiero mirarle, no puedo.
Me coge del brazo y me levanta, poniéndome enfrente de él.
- Estás en mi casa- susurra, echándome su apestoso aliento- puedo echarte cuando quiera, así que no me provoques- finaliza soltando mi brazo bruscamente, metiéndose en el cuarto dando un portazo.
Una lágrima se desliza por mi mejilla golpeada, y recojo el recogedor, limpiando por fin los cristales rotos.

***

El despertador suena media hora antes y me levanto, metiéndome en el baño y lavándome la cara.
Gracias a dios no tenía la mejilla roja, ya que anoche me puse hielo en el pómulo.
Había dormido en el sofá, ya que Marcus puso el pestillo y no pude entrar a la habitación.
Me ducho rápido y desayuno, sacando la ropa de la secadora y planchándola.
Menos mal que tenía algo que ponerme, ya que Marcus no se había levantado todavía y no podía entrar a por nada.
Me pongo unos pantalones negros y una camisa blanca con una chaqueta morada, aunque todavía no había venido el frío, a estas horas de la mañana refrescaba.
Cojo mi maletín y las llaves del apartamento, saliendo.
Hoy no iría en coche, ya que posiblemente llegaría demasiado pronto.
No quería ver a Marcus, ni tampoco tener que aguantar unas disculpas falsas.
Ayer me pegó, y no era la primera vez.
Ya ha habido otras dos ocasiones donde me ha abofeteado bajo los efectos del alcohol. La última vez me prometió que no lo volvería a hacer, que nunca le había puesto la mano encima a nadie, pero llegados a este punto lo dudaba.
Una vez llega el autobús me subo, sentándome en la zona de atrás y poniéndome los cascos, intentando distraerme con Sam Smith de fondo.

***

Según entro por la puerta diviso a Thomas, el cual me saluda alegremente.
- ¿Y esa cara?- dice mientras se pone su primer café del día.
- Es lunes- digo bromeando, intentando sonar bien.
- Yo llevo peor los viernes.
Frunzo el ceño, mirándole.
- Los lunes vengo descansado, en cambio los viernes llevo todo el cansancio de la semana.
- Eres raro, lo sabes, ¿verdad?
Éste ríe cálidamente, negando con la cabeza.
El timbre suena y nos despedimos, encaminándome a mi primera clase.
Según entro todos comienzan a sentarse, reinando el silencio.
La puerta se abre, mostrando a Lucas, uno de mis alumnos.
- Lo siento, se me fue el bus- dice algo sofocado.
- Pasa- digo restándole importancia.
Me da las gracias, entrando y sentándose al lado de George, el cual le guiña un ojo, haciendo que éste apartase la mirada rápidamente.
Aguanto la sonrisa que quería mostrar, empezando con la clase.

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