22. Roto

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PDV LOUIS.

Marcus hoy se encontraba en casa, para mi desgracia, ya que tenía que preparar una defensa.
Me encontraba en el sofá, como de costumbre, mirando la televisión, pero sin hacerle caso.
Todavía me dolía todo el cuerpo, ya que Marcus esta mañana quería sexo, y por mucho que me negara, terminó forzándome.
Le miro con asco, el cual se encontraba tecleando algo en el ordenador, mientras hablaba por teléfono.
Retiro la mirada, enfadado, acurrucándome más en el sofá.
El timbre suena, y Marcus corta la llamada, encaminándose hacia la puerta.
- Hola, soy Thomas, un amigo y compañero de Louis, venía a ver cómo estaba.
Me reincorporo de golpe, gimiendo por el dolor, mirando hacia la puerta.
Marcus me mira serio, para abrir más la puerta, dejándole entrar.
- Está en el sofá, reposando.
Thomas entra, mirándome con una pequeña sonrisa.
Marcus cierra la puerta y se dirige hacia el escritorio, sin dejar de mirarnos.
- ¿Cómo estás?- pregunta mi amigo sentándose a mi lado.
- Mal- respondo, mirando a Marcus, el cual me observaba amenazante- tengo un virus en el estómago bastante malo.
- Tu estomago siempre dando problemas- dice bromeando.
Sonrío débilmente.
- ¿Podrías traerme algo para beber? Vengo sediento- le dice Thomas sonriendo.
- Claro, creo que en la despensa tengo cervezas- responde Marcus, levantándose.
Thomas asiente, y Marcus se dirige hacia la cocina, metiéndose en la despensa.
- He hablado con Harry- susurra, haciendo que abriese los ojos- me ha dicho que sigue luchando por ti, y que pasará todos los días por tu casa.
Sonrío, con los ojos vidriosos.
- Te sacaremos de aquí- dice cogiendo mis manos.
- No está muy fría pero el vaso está recién sacado del congelador- dice Marcus entrando, sonriendo.
- Perfecto, gracias, tío- dice cogiendo la cerveza- y bueno, ¿para cuándo estarás bueno?
- El médico ha dicho que era una recuperación lenta, por eso la baja es indefinida- contesta Marcus por mí.
Thomas asiente, serio, dando un sorbo a su cerveza.
- ¿En el colegio todo bien?- digo cambiando de tema.
- Sí, aunque los alumnos preguntan mucho por ti- responde, a lo que sonrío.
- Louis, es mejor que descanses, tienes mala cara- dice Marcus mirándonos.
- Sí, claro, me voy ya- dice Thomas levantándose- cuídate mucho- se despide, dirigiéndose hacia la puerta con Marcus detrás.
- Gracias por la visita- dice éste, a lo que mi amigo asiente, saliendo del apartamento.
Según cierra la puerta apoyo mi espalda en el sillón, mirando hacia la ventana.
- Que sepas que si ha entrado a verte es porque ha venido por casualidad, no te acostumbres.
Le ignoro, suspirando, viendo de reojo que volvía al escritorio siguiendo con sus cosas.
Me levanto y me dirijo hacia el cuarto, sacando el pijama y poniéndomelo, total, no iba a salir de esta cárcel.
Salgo al salón y me acerco hacia Marcus, el cual me mira levantando una ceja.
- Necesito hablar con mi padre.
Carcajea, negando con la cabeza mientras sigue tecleando.
Le cierro el ordenador de golpe, a lo que éste se levanta bruscamente, agarrándome del brazo.
- Me da igual que me pegues o me violes, solo quiero saber cómo está- digo mirándole a los ojos.
Éste aprieta los dientes, soltándome.
- Cuando termine le llamaré. Ya veré si hablas con él- finaliza, volviendo a su asiento.
Frunzo el ceño y me encierro en la habitación, dando un portazo.
Observo la cámara que me regaló Marcus, recordando que fue una sorpresa por mi cumpleaños, y lloro. Lloro porque no merezco esta vida, y no tenía ni idea de cómo cambiarla.
O sí.

PDV HARRY.

Según salgo del gimnasio me enciendo un cigarro, ojeando mi móvil. Total, en estos momentos lo que menos me preocupaba era volver a recaer con el tabaco. ya volvería a dejarlo.
Ya era el segundo currículum que dejaba, y esperaba que me llamasen.
Necesitaba trabajar en algo relacionado con el deporte, ya que era lo único para lo que sería útil.
Mi teléfono vibra, y veo que se trata de Thomas:
- Hola, Harry.
- ¿Qué tal?- pregunto mientras doy una calada a mi cigarro, caminando.
- He visto a Louis.
- ¿Cómo está?- pregunto nervioso.
- No tenía buena cara- susurra.
Maldigo, apagando el cigarro.
- ¿Le dijiste lo que te escribí?
- Sí, yo creo que eso le animó.
Sonrío lamiendo mis labios, deteniéndome en una parada de autobús, sentándome.
- ¿Viste si hay alguna otra puerta?
- Cuando me fui, bueno, más bien cuando Marcus me echó observé los alrededores.
- ¿Te echó?- pregunto frunciendo el ceño.
- Bueno, cuando hablaba con Louis interrumpió diciendo que tenía que descansar.
- Menuda idiota- escupo, a lo que éste ríe.
- En la parte trasera tienen un pequeño jardín con flores. No vi ninguna otra puerta, pero sí un ventanal grande. Supongo que por ahí se puede entrar y salir sin problema.
- Perfecto- digo pesando un plan para adentrarme en la casa.
- ¿Vas a ir solo?
- Un amigo me acompañará.
- Si necesitáis ayuda, llámame. Estaré en casa.
- Muchas gracias por todo lo que estás haciendo, Thomas.
- No me agradezcas nada, es amigo mío, haría lo que fuera por sacarle de ahí.
Sonrío, despidiéndome de él y guardando mi teléfono, cogiendo el autobús que se aproximaba.

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