8. Monstruo

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PDV HARRY.

- Hache, voy a salir a entregar un pedido.
Asiento, despidiéndome de Linn.
Pienso en todo lo que pasó ayer, y no paro de darle vueltas a que Louis sepa a qué me dedico.
Tenía miedo de que quisiese involucrarse más, porque le conocía, y seguro que querría llegar hasta el final para entender por qué sigo aquí.
No quería ponerle en peligro, no quería que Adam sospechase, ni quisiera que volviera a verle. Cuanto menos supiese de él mejor para todos.
- Hache, tienes un encargo- dice Adam apareciendo en mi campo de visión- otro chaval del instituto al que fuiste ayer quiere comprar coca.
- ¿No puede hacerlo Linn? Ayer pillaron al chico al que le vendí y posiblemente estén en alerta.
- Pues no quedes en el recinto- dice dejando la bolsita en la mesa- aquí tienes su número, llámala y concreta una cita donde quieras, pero hazlo- finaliza saliendo del piso.
Suspiro, marcando el número del chaval.
- ¿Sí?- responde con voz de niño.
- ¿Eres Lucas?
- Sí, ¿quién habla?
- ¿Sigues interesado en la coca?
- Espera- susurra, de seguro alejándose de donde estaba- sí, sigo interesado.
- En dos horas en el parque que hay al lado de tu instituto, donde el estanque.
- ¿No podría ser detrás del aparcamiento? Mi padre viene a buscarme.
- No me importa, no voy a jugármela otra vez a que me pillen. Es eso o nada.
- Sí, vale, ahí estaré.
Cuelgo el teléfono, poniéndome una camiseta y una chaqueta y cogiendo la bolsita, saliendo del piso.
Me monto en el coche y enciendo la música, saliendo de allí.

***

Llego media hora antes y observo la zona. Poca gente, a excepción de las personas que pasean con sus perros o los que están haciendo ejercicio. Pronto se llenaría de niños y niñas.
Me siento en un banco, observando a una pareja que se encuentra en el césped, besándose y riéndose.
Hacía tanto tiempo que no me sentía así...
- Hola, ¿eres Hache?- dice una voz a mis espaldas, sobresaltándome- he conseguido salir antes.
- Aquí tienes- digo entregándole la bolsita- el dinero.
Asiente, sacando un fajo de billetes y dándomelo.
- No es para mí- responde en un susurro, haciendo que le mirase con el ceño fruncido- la coca, no es para mí.
- Me importa una mierda para quien sea- digo levantándome del banco.
El chico baja la mirada, guardando su droga.
- Bueno, gracias- dice alejándose.
En el fondo me daba pena. Eran demasiado jóvenes para destrozarse la vida así.
Salgo de allí, saliendo a la zona principal del instituto, y entonces le veo.
Salía con un maletín y una chaqueta en la mano, hablando animadamente con un chico, el que sería un compañero.
Se despiden y el ojiazul se dirige a su coche, desbloqueándolo y metiéndose dentro.
Me doy prisa antes de que se vaya, abriendo la puerta e introduciéndome dentro, asustándole.
- ¡Pero qué mierda, Harry!- exclama, enfadado- creía que eras un ladrón o algo.
Levanto una ceja sonriendo, lamiendo mis labios.
- ¿Qué haces aquí?- dice mirándome serio.
- No puedes volver al piso, Louis- digo mirándole fijamente- puedes ponerte en peligro si Adam vuelve a verte.
- Ya, pues esto no va a quedarse así- dice cruzándose de brazos- tenemos cosas que hablar, y no vas a librarte tan fácilmente, y si tengo que volver a ese piso de mala muerte lo haré si así consigo que me escuches y me hables.
Suspiro frustrado, era tan cabezota...
- Está bien- cedo, haciendo que mostrase una ligera sonrisa- mañana, en el bar. Siempre estoy ahí a partir de las siete u ocho.
Asiente, mirándome con una pizca de brillo en sus ojos, haciendo que mi corazón acelerase un poco.
- Bueno, eso es todo- digo con la intención de salir, pero su brazo me detiene.
- No te odio, Harry- susurra, a lo que le miro- me hiciste mucho daño, pero no te odio. Nunca lo haría. Solo quiero que seas feliz.
Respiro agitadamente. Necesitaba salir de este coche, o no podría contenerme.
- Nunca quise dañarte- respondo, acariciando su mano.
Éste mira mi acción, y cierra los ojos por unos segundos, apartándola delicadamente, nervioso.
- Mañana nos vemos- susurra, dirigiendo la mirada al frente.
Asiento, saliendo del coche y marchándome, con una mezcla de emociones.

PDV LOUIS.

Según entro al apartamento dejo el maletín en el suelo y me siento en el sofá, pasando mis manos por mi nuca, suspirando.
¿Existe el destino? Es una pregunta que no he parado de hacerme desde que volví a verle.
Harry fue mi primer amor de verdad, y volver a verle ha supuesto revivir una serie de emociones que pensé dejar atrás.
Sé que todo fue una farsa, pero maldita sea, le quise tanto...
Mi móvil vibra, y veo un mensaje de Marcus:
"Louis, voy a salir a tomar algo con los chicos, no estaré mucho rato, lo prometo."
Ruedo los ojos, lanzando el móvil al sofá.
En estos momentos es lo que menos me preocupaba.
Me preparo un sándwich y un poco de zumo, poniéndome la tele. Necesitaba desconectar de todo.
Las ocho y Marcus todavía no había venido.
Niego con la cabeza, poniéndome el pijama y tumbándome en el sofá, poniendo Rebelión en las Aulas, me encantaban los clásicos del cine.
Mañana era miércoles, y los amaba, ya que no tenía clase hasta las once y media, así podía dejar comida hecha para cenar.
El sonido de la puerta abriéndose me saca de mis pensamientos.
Marcus entra por la puerta, cerrando y dejando las llaves en la mesilla. No consigo ver su cara, ya que en ningún momento me mira.
- Hola- saludo sonriendo, pero éste no responde.
Se gira, mostrándome su camiseta con sangre.
Me levanto enseguida, nervioso, acercándome a él.
- ¿Qué ha pasado?
Y puedo percibir el olor que desprende a alcohol.
- Un idiota que me ha sacado de mis casillas- responde seco, sin mirarme.
Intento quitarle la camiseta, pero me aparta.
- Déjame- murmura brusco.
Tiemblo, nervioso, y asiento.
Éste se mete en el baño dando un portazo, y yo tan solo me siento en el sofá, esperando.
A los segundos sale con una camiseta limpia, sin los pantalones, y se acerca hacia mí, sentándose a mi lado.
Empieza a besar mi cuello, posando su mano en mi entrepierna.
- ¿Qué haces?- susurro.
- Estoy caliente, Louis- responde sin dejar de besarme, pero en estos momentos siento de todo menos deseo.
- No, Marcus- digo apartándole- así no.
- ¿Así cómo?- pregunta frunciendo el ceño-
- Estás mal...- susurro, mirando al suelo.
Marcus resopla, tumbándome de repente en el sofá y poniéndose encima de mí.
- Deja de joder, sé que quieres tanto como yo- dice aproximándose hacia mi rostro.
Frunzo el ceño, apartando mi cara, impidiendo que me besara.
- Marcus, quita. No quiero- digo intentando empujarle, pero era más fuerte.
Agarra bruscamente mis muñecas, movilizándome.
- Eres mi novio. Tengo todo el derecho a follarte cuando quiera- dice serio, buscando mis labios, los cuales frunzo.
- ¡Suéltame!- grito, pero me ignora, mordiendo mi cuello.
Me muevo debajo de su cuerpo, intentando liberarme.
Marcus suelta una de mis manos para darme una fuerte bofetada.
- ¡Cállate!- grita- cuanto más te resistas peor será.
Mis ojos se humedecen, y éste ríe, levantando mi camiseta y acariciando mi vientre.
- ¡No me toques!- grito, sin control.
Marcus me da otra bofetada, y me aprieta el cuello, asfixiándome.
Noto cómo me cuesta respirar, y observo su rostro.
Serio, con odio, sin una chispa de compasión y amor. No era él, era un monstruo.
Va a matarme.
Me remuevo todo lo que puedo, y gracias a un pequeño movimiento de su pierna, consigo llevar mi rodilla a su entrepierna, dándole un golpe.
Éste gime de dolor, y aprovecho para empujarle, cayendo al suelo, y me levanto a toda prisa, tosiendo e intentando respirar normal.
Cojo las llaves del coche y salgo de casa, abriendo rápido la puerta y arrancando, saliendo de allí lo antes posible.

Adore youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora