Run

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The Grand Bahama, The Bahamas.

-Rebecca

¿Que tomaremos?— preguntó James.

Tomé una servilleta de la mesa y una pluma de el medio.

—Doritos, Takis, Lays, Pring....— Avani interrumpió a Charli.

—Pringle's, Cheetos, Hershey's, Starbusts, Oreo, Skittles, Jolly Ranchers, PopTarts, Helados, Life Savers, Reese's, Snickers, Twix, Nerds, M&M's, Sour Patches, KitKats, Gatorades, Cerveza, palomitas y Smirnoff.

Dixie la miró con la boca abierta, pero al instante la quitó— Concuerdo.

—No nos venderán alcohol— Avani se cruzó de brazos.

Miré a James.

—Tengo una idea.




Entramos todas al baño de discapacitados y metí mi mano debajo de mi croptop.

—Póntelo— se lo di a James— Mads, ¿Me prestas tus tacones?, Gracias— se los di— Addison, Papel— ella tomó un poco y me lo dió, yo los puse en el sostén que llevaba James.

—Necesitaremos mas labial— Avani le puso uno rojo.

Charli lo miró de arriba a abajo.

—No creo que funcione, Dixie, mejor chantajea a Griffin con sexo y ya.

—Si funcionará, James, haz tu numerito.

Salimos del cubículo, las chicas fueron a sentarse en nuestra mesa, que estaba al lado de la la de los chicos, los cuales nos miraban atentamente, con una sonrisa burlona. Sabían que intentaríamos conseguir alcohol, pero no como.
Acompañé a James.

—Hola guapo, dame tres botellas de Smirnoff, y dos six pack de Michellob Ultra— le dijo James con voz de señora.

—Claro que si, ¿Me permite su identificación?.

James colocó su mano en su pecho y abrió su boca en forma de "O", ofendiéndose.

—¿Acaso me estás diciendo vieja?.

—N-no, no señor por sup-puesto qu-e no.

—¡¿SEÑOR?!¡¿ACASO ME MAQUILLÉ POR UNA HORA Y MEDIA PARA QUE ME LLAMES ASÍ?!— James se volteó y empezó a apuntar al bartender, llamando la atención de las personas.

Las mandíbulas de los chicos cayeron a la par.

—No señora yo n-no— el hombre levantó las manos en señal de inocencia.

—¿¡SEÑORA!?¡¿CUANTOS PUTOS AÑOS ME ECHAS ENCIMA?!— sacó su voz de hombre.

—N-no, ya no se preocupe, aquí t-tiene sus c-cosas— nos entregaron las cervezas y las botellas.

Tomé una botella y él tomó lo demás.

Pasamos al lado de la mesa de los chicos y le di dos palmadas a la cabeza de Tony.

Nos sentamos, Addison y Dixie habían ido por lo demás y ya estaba toda la comida ahí.

Lo pusimos todo en bolsas y nos dirigimos hacia la salida del comedor.

Un guardia de nos puso enfrente— lo siento señoritas, no pueden sacar comida.

Mierda, Chase tenía razón.

Nos devolvimos a la mesa, tratando de ignorar sus engreídas sonrisas que estaban clavadas en nosotras.

—¿Y ahora que?.

—Bolsos a la mesa— ordenó James.

Avani, Mads y yo descolgamos nuestros bolsos de la espalda y los empezamos a rellenar con toda la mierda que nos íbamos a comer.

—¿Qué están haciendo?— la castaña apareció delante de nosotras, con sus dos amigas rubias detrás.

—¿Qué te importa?— le respondió Mads.

Escuché una risa detrás de mi, de parte de Anthony.

—Le avisaré al guardia, no pueden hacer eso.

Miré, unas cuatro mesas detrás de ella, estaba el pelirrojo de hace unas horas diciéndome algo con sus manos.

—¿Las están molestando?.

—Si, sácalas de aquí, por favor.

En el momento que ellas se dieron la vuelta para ir a decirle al guardia, Gabriel tomó los tres bolsos de su mesa y salió corriendo hacia la terraza gigante con mesas que tenía el comedor.

—¡Oye!— las chicas se alejaron a paso rápido.

—Corran— susurré y las chicas tomaron las provisiones, para alejarnos hacia la puerta de salida y enseñarles el dedo medio a los chicos.

—Esperen— Avani alzó sus brazos— Quiero ven cómo sacan ellos su comida.

Nos paramos en una vuelta que daba el pasillo para ir hacia el spa del hotel, de forma en la que nosotros pudiéramos verlos pasar.

—Que tengan un buen día— les dijo el guardia de la puerta cuando salieron.

—Gracias, ricosuave— le dijo Anthony y fruncí el ceño.

Ellos caminaron enfrente de nosotros, Chase y Anthony tenían bultos enormes dentro de las camisas, como si tuvieran un bebé en el vientre.

—Antojos de embarazada— nos dijo Chase.

Jack puso su mano en el vientre de Anthony.

—¡Oh por Dios!, ¡está pateando!— se sorprendió y todos los demás soltaron un "¡oh!".

—Bueno, apresúrense, llegaremos tarde al baby shower— dijo Ondreaz para seguir caminando.

—¡Ganamos esta ronda!— gritó Tayler.

Talking to the moon • Payton Moormeier •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora