Eldest

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Friendly Reminder: El texto en italics son pensamientos.

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Aquella mesa era impresionante... y era lo único que los separaba.

Tauriel estaba encantada con el lugar, y lo que más le llamó la atención fue la mesa de piedra que se encontraba al medio de la sala, pues tenía incrustaciones de piedras preciosas en el borde. La armonía con las que habían sido colocadas, contrastaba a la perfección con los simples detalles de oro que se apreciaban en el lugar por ahí y allá. No pudo evitar tocar el filo de la mesa y apreciar el brillo y color de algo tan precioso. Algunas personas dirían que el reino de los enanos sería frío y sin vida, pero era todo lo contrario. Al levantar la mirada, se dio de encuentro con un par de ojos chocolate y se sobresalto ligeramente. Kili se encontraba en el otro lado de la mesa junto a su familia. Quería hablar con él, pero al mismo tiempo agradecía que no fuera en ese instante.

- Ha pasado tanto tiempo, tantas cosas. Aún tengo sentimientos por ti Kili, pero ahora...

Sus pensamientos se vieron interrumpidos al sentir un ligero toque en su hombro. Volteó a su derecha y observó a Legolas caminando para estar al otro costado de su padre. Dirigió la mirada a su padre y notó mucha seriedad, y lo supo al instante. El hecho de Kili estuviese vivo cambiaba las cosas, le había literalmente gritado a su padre por defender lo que sentía por él, eso podría tener efectos, y no sólo en su vida personal. ¿Acaso pondría en riesgo la alianza entre ambos reinos? Tauriel no soportaría que se inicie una nueva etapa de hostilidades entre elfos silvanos y enanos, pues esta vez sería su culpa. Padre, espero que ni siquiera lo estés considerando.

- Antes de iniciar con los temas de interés... Thorin, quisiera saber cómo es que estás aquí.

Antes de que el mencionado pudiese responder, Gandalf se adelantó. El mago conocía el temperamento del Rey elfo cuando algo podía afectar sus planes, y más que el regreso de Thorin, era el regreso de cierto joven enano el que estaba generando un cambio de actitud en Thranduil. Y claro que lo sabía, después de todo el mago jamás perdía tiempo y al ir de lugar en lugar, se enteraba de muchas cosas...

- En realidad, creo que quien debe responder esa pregunta soy yo.- con una sonrisa el mago llamó la atención de todos- Pues verán... cuando la guerra acabó tuve que caminar por un rato para poder llegar a la entrada de Érebor y en el camino me encontré con Fili. Después de ver cómo ese horrible orco lo atravesó y dejara caer pensé que estaba muerto... pero al acercarme, sentí un poder tan puro que abrazaba su alma, que supe al instante que aún había esperanza...

Todos escuchaban sumamente atentos la historia de Gandalf. Los enanos nunca tuvieron la oportunidad de hablar con el mago para que les explicara qué había ocurrido, y aún así no entendían del todo qué era lo que había pasado. Después de todo, no sólo lograron sobrevivir, sino que estaban aquellos cambios físicos, que en realidad no era nada incómodo. Es cierto que fue algo que llamó la atención del pueblo enano, pero ante la falta de explicaciones, tan sólo olvidaron el tema, pues lo que importaba era que su rey y herederos habían regresado.

- Busqué a Kili y al encontrarlo sentí el mismo poder dentro de él. Cuando llegué con Thorin, ya había perdido la consciencia, pero su corazón aún latía débilmente. Tuve que utilizar una gran cantidad de magia por un tiempo prolongado, pero la energía que se encontraba dentro de Fili y Kili fue de bastante ayuda. Sus heridas más graves sanaron y todo lo que hacía falta era que descansaran. Sin duda no podría haberlo hecho solo.

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