Rencor

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Rencor...

Por tener que ver el panorama tétrico y con casi nada de vida... algo que ya era normal.

Y el terreno irregular, seco y arruinado... que tan sólo aumentaban sus ganas de irse.

Rencor...

Hacia aquellos que la habían condenado a vivir en un lugar tan olvidado y hostil... le recordaban la razón de su venganza.

Y los recuerdos de un lugar lleno de vida, con vegetación y criaturas definitivamente distintas a las que acostumbraba ver, la atacaban por las noches y hacían que el odio por aquel pueblo, ahora tan poco familiar, ocupara con mayor fuerza cada rincón de su alma.

Rencor...

Sobretodo hacia cierta persona en particular... o mejor dicho elfo.

A diferencia del resto de los que sabía habían formado parte de su desdicha, la imagen clara de aquel elfo estaba grabada en su memoria... aquel traidor.

Cabello rubio platinado largo y pulcro, alto y elegante con rasgos finos pero letales, y aquellos ojos... tan azules pero fríos... como el mismo hielo que hacía mucho había hecho que su corazón se congele y deje de sentir.

Rencor... hacia aquel hombre fue el inicio de su desgracia... pero también sería el fin de la misma.

Flashback

El fuego arrasaba con todo a su paso. Los civiles huían desesperadamente, tratando de salvarse o salvar a sus seres queridos. Mientras tanto, los pensamiento de la elfa estaban únicamente centrados en su familia. No tenía idea de cómo se encontraba su esposo, pues no estaba en el reino, pero sabía que regresaría.

No recordaba porqué había iniciado la guerra, ni quienes estaban del lado de su reino o quienes eran enemigos, pero sabía que debía salvar a sus hijos... eso era lo único que importaba. Podía oír pasos apresurados, no podía distinguirlos de los suyos, tal vez la ayudarían, después de todo aquella parte del castillo era muy difícil de alcanzar.

Subía las gradas tan rápido como podía. Estuvo usando su magia élfica por mucho tiempo tratando de ayudar, sus músculos pedían a gritos un descanso y sus pulmones ardían como si el mismísimo fuego de un dragón estuviera atrapado en ellos. Al llegar a aquel pasillo abrió las puertas de la habitación de su hija... no estaba. Abrió las de la habitación de su hijo... tampoco estaba. Abrió las puertas de la suya de par en par... nada.

La desesperación no tardó en atraparla, y sus pensamientos se enredaban. Su respiración se hizo agitada... no estaban. Corrió nuevamente gritando sus nombres tan fuerte como podía, estaba deshidrata y sus cuerdas vocales no podían más, sentía que en cualquier momento perdería la voz, pero debía encontrarlos. Al salir nuevamente el ambiente estaba rodeado de sangre y los latidos de su corazón se aceleraron aún más, el ruido de armas chocando entre sí nublaban sus sentidos y su vista empezó a fallar.

Se sentía inútil y estaba desesperada. Sus piernas ya no soportaban su peso y cayó de rodillas, puso sus manos en el suelo y trató de respirar mejor. Pasaron unos segundos y levantó la mirada mirando en todas direcciones y en ese instante los vio. Ambos estaban vivos, sus niños estaban a salvo. Una sonrisa surcó su rostro y a pesar de que se encontraba al límite, tenía que ir hacia ellos. Puso ambas manos en sus piernas y se puso de pie, se tambaleó un poco, pero debía ser fuerte e ir por ellos para alejarlos de todo peligro.

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⏰ Última actualización: Jul 18, 2020 ⏰

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