Capitulo 13

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-Necesito que te vayas, ya lo sabes. ¡No me hables en español!.

Levanto la vista de mi ordenador al escuchar a Jack. Entra a mi oficina y vuelve a maldecír a su celular antes de colgar.

-Esa chica va a acabar conmigo, lo juro.- se lanza sobre mi sofá y se cubre la cara con su brazo.- Ya han pasado muchos días y no se va. Hasta hace el aseo del departamento y todo. No me agrada.

Pongo los ojos en blanco.

-¿No has dormido con ella?.- me levanto de la silla giratoria.

-Pues... si, pero...

-Ahí está.- le quito los pies del sofá.- Te quejas demasiado de algo que tu mismo permites. Así que ya cierra la maldita boca.

Jack suelta un gruñido y se sienta para poder verme. Me acerco a la mesa de reunión y levanto mis papeles.

-No me hables así Carter, si hubíera querído regaños, acudiría a Hendrix.- resopla.

-Ya.

Regreso a mi escritorio y dejo mis papeles. Busco mi cartera y mi celular.

-Vamos, te invito de comer.- le doy un empujón.

Asiente con un puchero horrendo y me hace reír.
Quería que Benjamín y él estuvíeran juntos cuando les dijera de la boda, pero Ben tuvo que marcharse en la mañana, así que tendré que contarle por llamada. Pero a Jack se lo contaré en el restaurant.
Le agradezco al guardia de la puerta y suelto los dos únicos botónes de mi saco.

-Creo que quiero una maldita hamburguesa con queso triple.- aulla Jack.

Lo miro de reojo y saco mi celular para mandarle un mensaje a Mabell. Quedamos de vernos para comer, pero le cancelaré.

-Kleith...

La voz de Jack me pone en guardia y levanto la vista rápidamente. Primero lo miro a él y despúes sigo su mirada hasta el otro lado de la acera.
Me quedo paralizado al verla. Tardo prácticamente nada en reconocerla, pero es porque ahora si va arreglada. Jack es el primero en reaccionar. Cruza la calle sin siquiera mirar y eso caúsa que dos autos casi lo arroyen, pero a él no le importa. La abraza con fuerza y la carga para darle vueltas, cómo dos enamorados que vuelven a encontrarse despúes de mucho tiempo. Se dicen cosas, pero no escucho nada. Ella llora y él le limpia las lágrimas. Me quedo quieto, sin saber que hacer. Creí que no volvería a verla, enserio pensé que no tendría que pasar por esto de nuevo.

-¡Kleith!.- Jack me grita, ambos mirándome con aprensión.

Me siento incómodo, y muy desorientado. De pronto me siento cómo los días en los que me despertaba de una fiesta de dos días. Inclúyendo el vómito, el maldito vómito.
Me tenso cuando Jack la toma de la mano y cruzan la calle hacía a mí.

-No.- mi voz suena seca y fuerte.

Jack me mira sin comprender, él no sabe exactamente lo que pasó. No estaba aquí.
Daniela suelta poco a poco el aire que al parecer tenía acumulado. Sus labios tiemblan levemente y sus ojos se llenan de lágrimas.

-No.- mi voz suena casi como una súplica.

-Kleith, yo creía que...

-Jack, está bien.- lo calma Daniela, colocando su mano sobre el hombro de mi amigo.

Cierro los ojos y bajo la cabeza, cómo si su voz me lastimara. Y es porqué lo hace. Me siento a la defensiva.
Daniela me mira directamente a los ojos y aparto la mirada de nuevo.

-Debo irme.- trato de entrar al edificio, pero me paralizo cuando ella se pone frente a mí.

-Necesito hablar contigo.- susurra bajito.- Enserio es importante.

-No voy a darte la liberación sentimental que esperas, así que por favor no vuelvas a búscarme.- escupo hérido.

Ella retrocede de golpe, cómo si mis palabras fueran lava hírviendo y el calor le fuera a quemar. Jack se pone delante de mí y me empuja molesto.

-¿Qué demonios te pasa?.- frunce el ceño.- Creí que habían términado bien, no entiendo bien que es lo que está pasando.- nos mira a los dos.

Daniela se limpia las lágrimas y yo comienzo a perder la paciencia. Maldita sea. No es lugar para comenzar una charla sobre lo que pasó hace años.

-No vine a causar problemas, sólo necesitaba hablar contigo.- me mira súplicante.- Por favor, me lo debes, nos lo debes.

-¿Te lo debo?.- pregúnto aún más molesto.

《Claro que si》

Jack da un paso para atrás, como si nos diera nuestro espacio. Yo no quiero su espacio, quiero dejar de sentírme una mierda.
Me doy cuenta que quiero escucharla, necesito hacerlo. Pero otra parte de mí no quiere, la parte dólida. La parte que no entiende la culpa que me corresponde. Fuímos ambos.

-Kleith.- suspira.- No estoy nada bien y es que...

-No aquí.- la detengo.- Dale tu número a Jack y te buscaré despúes. Pero no aquí, no ahora.

Doy vueltas sobre mi sitio y miro a Jack con molestia. Esto se siente terrible.
Daniela muerde su labio y asiente lentamente. Mirarla me incómoda mucho, es otra persona completamente. Incluso su mirada, es vacía y está llena de pánico. Ya no es la chica que solía ser mi Daniela. Ahora es de alguien más, y estoy bien con eso.

-¿Kleith?.

Los tres miramos al mismo tiempo a la dueña de la voz.
¡Maldita sea!. Esto no puede ser peor. No le envíe el mensaje, no cancelé.

-Mabell.- sacudo mis brazos para poder liberar tensión.

De reojo veo como Jack se pone frente a Daniela y le susurra algo. Yo me acerco a Mabell y le doy un beso corto en los labios. Ella me mira confundida y su sonrisa se desvanece al ver detrás de mí.

-¿Todo bien?.- pregúnta, no muy convencida 

-¡Mabell!.- Jack se acerca y le da un abrazo amable.

-¡Jack!.- sonríe de nuevo.

Su mirada llega hasta Daniela, aunque desee que no lo hiciera. Nos mira a ambos y por último, se acerca a ella.

-Me llamo Mabell.- le extiende su mano.

Me acerco a ella y pongo una mano sobre su hombro, tratando de evitar que se toquen. Temíendo que al hacerlo, puedan ver lo que hay dentro de la otra. Daniela si lo capta enseguida, pero Mabell no.

-Daniela.- le devuelve el gesto.- Daniela Mattisse.

-¡La vieja amiga!.- Mabell abre los ojos sorprendida y se vuelve hacía Jack y a mí.- Es muy bonita.

Daniela le da una sonrisa educada y nos mira lentamente a todos. Sus ojos caen a las manos enlazadas de Mabell y las mías. Suelta otro suspiro y asiente, entendiendo todo.

-Debo írme.- se acerca a Jack y le da un abrazo.

-Me voy contigo.- le pasa un brazo por los hombros.- Hasta luego chicos.

Daniela se despide de nosotros con una mano, sin siquiera mirarnos y yo me quedo más que aferrado a Mabell. Sintíendo las dudas que tiene y sus ojos llenos de confusión.

¿Pero qué podía decír?.
¿Qué la mujer que me había dejado hérido volvió?.
¿Qué quería hablar?.
¿O qué yo quería escucharla?.

Al Amor Que Dejé Atrás.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora