Capitulo 12

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-Estás despedida, y en verdad lo lamento.

La presión de mi pecho, baja hasta mi estómago y me dan ganas de vomitar. Tengo que hacer un esfuerzo inmenso para no soltarme a llorar frente a mi jefe.

-Sé que entiendes perfectamente el por qué.- sus ojos negros y pequeños me miran con decepción.

Asiento lentamente y me limpió una lágrima que recorre mi mejilla. Cierro los ojos con tristeza y el zumbido de mis oídos no me permiten escuchar lo que dice. Sabía que tarde o temprano todo esto pasaría, pero sólo esperaba que no fuera temprano. Trevor esperaba del otro lado de la puerta y eso me molestaba aún más. Él sabía que me encontraba en una situación critica en el hospital y apesar de eso vino a molestarme de nuevo.

-Fue un gusto trabajar con usted, doctora Mattisse.- el jefe extiende su mano y soy incapaz de tomarla.

Me levanto de la silla y vuelvo a limpíarme las lágrimas. Las piernas me temblaban y sentía las manos rigídas.

-Gracias por todo.- susurro con la voz ahogada y salgo prácticamente corriendo.

Perdí mi empleo, el mejor que podría tener. Por su culpa. Por su maldita culpa.

-¿Te despidió?.- Trevo le da una mirada molesta a la oficina.- Que estúpidez.

-No es una estúpidez.- siseo furiosa.- Te advertí que tenía problemas y no te importó. Veníste sólo para gastar mi paciencia y cometí más de tres errores con la misma paciente, errores que pudíeron costarle la vida. Tienen todo el derecho de despedírme.

Miro a mi alrededor y cuando me doy cuenta que mis compañeros nos miran decido términar con la conversación.

-Vete a tu maldita oficina y hablaremos de esto más tarde.- escupo por último y me alejo sin volver a verlo.

Camino hasta el cuarto de empleados y comienzo a sacar mis cosas del locker rápidamente. Me siento tan ensimismada, que no me doy cuenta de las pequeñas sacudidas que tienen mi cuerpo. Lanzo todo al piso y me recargo en la pared con las manos sobre mi rostro. Maldita sea, realmente quería quedarme aquí. Desde que comencé a estudiar medicina me propuse entrar al Hope's y ahora lo había echado a perder. Todo por no saber controlar mis emociones. Todo estaba muy mal. Llevaba dos días de la mierda y ahora todo estaba empeorando tanto...
La luz cegadora del auto volvió a mi cabeza y despúes su rostro. Sentía cómo las lágrimas y las sacudidas eran aún más. Hice presión en mi pecho con ambas manos al sentí esa aplastante sensación de soledad.

-¿Por qué tenías que aparecer ahora?.- lloro desconsolada.- No, por favor no. No ahora.

Traté, de manera muy desesperada, no pensar en él. Juro que lo intenté. Pero volver a verlo me impresionó demasiado. Había cambiado mucho, hasta el punto de llevar traje. Solamente lo ví en traje cuando era muy necesario, pero ésta vez él parecía cómodo.
Tenía tantas pregúntas y tantas ganas de correr a él para sentírme segura. Pero sabía que no tenía derecho. Él ya no era opción para mi, yo lo había decídido de esa forma. Y eso dolía.
Él dolía.

-Kleith.- susurro su nombre con necesidad.

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Entro a la casa lentamente y dejo mi caja de cosas sobre la mesita que hay al pie de la escalera. Camino hasta el comedor y me dejo caer en la silla siguiente a él. Trevor toma un poco de su vino y me mira serio, cómo si esperara una explicación.

-¿Por qué no hicíste tu viaje?.- le pregúnto con fuerza, sin poder evitar mostrar el rencor que siento.

Sus ojos se vuelven estrangúlantes rápidamente. Me pongo rigída, pero intento seguír imponente.

-Teníamos que hablar.- murmura sin más.

-No había nada que hablar. Te expliqué lo que pasó con Scott y tú no quisiste entender.- elevo mi voz poco a poco.

-¡Te dije que ése maldito curso no!.- me grita furioso.

-¿Y sólo por eso me estás molestando ahora?.- me levanto de golpe.- ¡Me quedé sin empleo porque mis jefes estaban hartos de mis problemas familiares!.

Trevor se levanta de la silla y toma con fuerza los bordes de la mesa. Cómo tratando de advertírme.

-No te atrevas a culparme a mí, yo lo único que te he pedido es respeto. Respeto a mí y a la relación, pero al parecer es muy díficil para tí, ¿Cierto?.- me mira con decepción. ¿Debo recordarte qué te perdoné apesar de que me fuíste infiel?. Tú me hicíste inseguro respecto a la relación, Pero apesar de eso aquí estoy. Tratando de qué funcione.

Bajo la mirada y me limpio el rostro con la orilla de mi manga. Estaba ebria y nisiquiera puedo recordarlo bien. Sólo recuerdo a Trevor frente a la casa de Bill Gray, con los ojos llenos de lágrimas al verme salír con la misma ropa de la fiesta anterior.

-Sabes que lo siento.- susurro llorando.

-Lo sé.- se acerca y me abraza.- Yo también lamento mucho lo que pasó con tu empleo, pero tranquila. Habrán más hospitales que sabrán valorarte.

Asiento y me inclino para darle un beso en los labios. Supongo que una vez más, todo ha pasado.

-Y debo admitír que si voy a tener que hacer el viaje. Todo es una locura y debo ir.- sonríe.

Me quedaré sola. Literalmente.
Finjo una sonrisa y lo abrazo de nuevo.
Tal vez me haga bien un poco de tiempo para relajarme y poder pensar las cosas.

-Supongo que está bien.- murmuro para mí.

-Volveré pronto.- me da un beso en la frente.

Suelto un suspiro cansado y miro el reloj que hay frente a nosotros. Pienso mentalmente en la agenda que manejan mis padres y me doy cuenta que si me apuro, podré ver a mi madre en su casa. Necesito hablar con ella.

-Yo iré a visitar a mi madre. Tengo que pregúntarle unas cosas.- me separo un poco.

Trevor me sonríe y asiente.
El corazón me late con fuerza al darme cuenta de mis verdaderas intenciones. Quiero buscar a mi madre porqué sé que ella tiene la información necesaria para encontrarlo de nuevo.

Necesito encontrarlo de nuevo.

Al Amor Que Dejé Atrás.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora