Capitulo 1

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Todo pasaba lentamente ante mis ojos, era cómo un recuento de todo lo que había pasado estos últimos años. No pude evitar soltar un suspiro de alivio mientras veía a esa hermosa chica de cabello dorado acercarse a mi con una sonrisa enorme. Era ella, la chica que había estado esperando para que me ayudara a sanar.

-Casate conmigo.- le pido cuando ya la tengo frente a mi

Sonríe con cariño pero niega lentamente.

-¿Y porque no?.- pregunto desesperado

Pero antes de obtener respuesta me veo obligado a abrir los ojos.
Apago la desesperante alarma y me cubro los ojos con el antebrazo un momento. ¡Otra vez ese maldito sueño!.

-¿Todo bien?

Pego un brinco del susto y me siento en la cama sintiendo como toda la sangre abandona mi cuerpo.

-¡Mierda!.- me toco el pecho.- ¡Me has dado el susto de mi vida!

La enfoco bien y el susto junto con la presión baja completamente cuando veo la enorme caja de regalo que lleva en sus manos y la hermosa sonrisa que lleva básicamente diario. Parece que trata de reprimir la risa y no puedo evitar poner los ojos en blanco, ¿Qué hace aquí tan temprano?.

-¿Ya puedes dejar de burlarte y decirme que pasa?.- le pregúnto con sarcasmo

Ahora es ella la que pone los ojos en blanco pero sin perder la sonrisa y chasquea la lengua mientras niega con la cabeza.

-Debí apostar.- se lamenta

La miro sin comprender y ella se acerca a la cama ofrecíendome la caja.

-¡Felíz aniversario!.- se inclina para darme un pequeño beso en la frente

¡Oh, la santa mierda!
¿Aniversario?.
¡Maldita sea!

-Tranquilo, sabía que lo olvidarías así que...

-Enserio perdón.- la miro arrepentido

Hago la caja a un lado y trato de tomarla de la mano para acercarla a mi pero ella se aleja rápidamente y señala la caja.

-Abre el regalo Kleith.- me anima

La observo unos momentos y mi pecho se oprime al ver como su mirada se ha vuelto triste, apesar de que trata de ocultarlo. ¡Eres una mierda Kleith!. Comienzo a abrir diligentemente la caja y mi sentimiento de culpa crece al ver el regalo. Es una hermosa pintura del puente de Brooklyn, tiene colores intensos y llamativos. Es perfecto.
Las cortinas de mi cuarto comienzan a correrse y parpadeo un par de veces para que mis ojos se adapten a la luz.

-Mira los destellos.- me sonríe

Muevo un poco el cuadro entre la luz para mirar los destellos que crea y cuando el cuadro está en un angúlo perfecto se puede observar a una pareja justo a la mitad. Somos nosotros, cuando nos conocimos.

-¿Te gusta?.- me pregúnta acercandóse

-Me encanta.- contesto sin poder salir de mi asombro

-Tardé dos semanas en decidir que regalarte, ¿Sabes lo dificíl que es decidir que regalarle a un hombre que literalmente lo tiene todo?.- ríe hacíendo un gesto desquiciado

Sonrío ampliamente y dejo el cuadro a un lado.

-Sé mi esposa, Mabell.- vuelvo a pedirle

-¡Kleith!.- se tapa la cara con sus manos.- Vístete y te espero en la sala para ir a desayunar...

-¿Porqué no quieres casarte conmigo?.- le pregúnto levantandome de la cama

Mabell intenta salir de la habitación pero logro atraparla y cierro la puerta con seguro. Maldición. Vuelvo a sentir esa desesperación cómo en mi sueño.

-Kleith, tú eres demasiado... yo...

-Quiero que aceptes ser mia.- la miro con aprensión

-¡Y lo soy!.- me sonríe con cariño.- Pero mirame Kleith, apenas estoy haciendo prácticas en el colegio y nosotros nos conocimos hace tres años apenas.

-Llevamos saliendo dos años.- le recuerdo

Mabell agita su cabello dorado con desesperación y yo la miro esperando una respuesta.

-Pregúntame esto en seis meses y prometo decirte que si.- me sonríe

Pongo los ojos en blanco y asiento de mala manera.

-Gracias.- se acerca y me da un beso en la mejilla antes de salir de la habitación.

-¡Vas a ser mi esposa pronto!.- le grito para que pueda escucharme

-¡Eso espero!.- me grita de regreso

Sonrío ampliamente y me acerco al enorme ventanal. Mabell es tan maravillosa que aveces siento pánico de sólo pensar que no soy suficiente para ella. De hecho sé que no lo soy, yo no soy ni una cuarta parte de lo que ella es. Mabell es un ángel en forma de humano, tal vez es por eso que me he aferrado a ella con todo, porque ella me da fuerza de seguir, me dió fuerza en aquel puente cuando nos conocimos. Y yo simplemente me aferro a ella apesar de que sé que no es para mi. ¿Qué haría yo sin ella?.

-Moriría.- respondo en voz alta

Mi celular comienza a sonar y me acerco a la mesita de noche para tomarlo, cuando veo el nombre de la persona no puedo evitar poner los ojos en blanco de la íronia.

-Feliz Aniversario, carter.- dice en cuanto contesto

-Vete a la mierda.- suelto una carcajada

-Sabía que lo olvidarias.- se búrla

-¿Para qué llamas?.- le pregunto ríendo

Su respiración se vuelve agítada y lo escucho suspirar un par de veces antes de contestar.

-Volvió, Kleith.

Al Amor Que Dejé Atrás.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora