Recuerdo la mirada perdida de Benjamín cuando volvímos del hospital. Despúes de su ataque de ansiedad nos quedamos sentados en el suelo, tratando de escuchar nuestra respiración y con el intenso dolor en el pecho. Él, por la muerte de Lissel y yo, por Daniela... y un hijo no nacído.
Cada noche, súplicaba por una explicación del por qué estaba pasando por eso. Pasé los siguientes tres años tratando de borrar el sentimiento que guardaba por ella, tanto de amor, como de odio. Pero ahora, todo había vuelto al doble. La odiaba tanto cómo la quería, nos habíamos hecho tanto daño, que ver las facturas que nos guardabámos mutuamente había sido masoquista.
Pero ahora, con ella en mis brazos mientras trataba de calmarse no importaba nada. La ayudaría a salír del hueco en el que se había metido y despúes, simplemente me haría a un lado.-Te voy a apoyar Daniela, no estás sola.- le susurro con voz temblorosa.
-Sus padres son prácticamente dueños de los míos. Va a destruírlos.- se cubre el rostro con las manos.
-¡Nadie es dueño de nada!.- levanto la voz con frustración.- Él no los va a tocar, ni nadie de su maldita familia. Porque si lo intentan, seré yo quién terminé destruyéndolos. ¿Entíendes?.- descubro su rostro para que me mire.
-¿Vas a apoyarme?.- parece sorprendida.
-Lo haré.- le aseguro.- No te vamos a dejarte sola. Jack, Benjamín y yo te vamos a apoyar.
-Oh, Benjamín.- susurra con pena. Cómo si recordara de pronto algo.- Lo de Lissel fué... desastroso.
Vaya que si.
-Lo destruyó, pero ahora está mejor.
Nos quedamos callados por un momento, pero despúes volvemos a nuestra sintonía.
-Lamento tanto todo lo que te hice.- llora de nuevo.- Kleith, tengo tanto que decírte...
-Ya no más.- la detengo.- Ha sido suficiente por el momento.
Sus ojos me miran con aprensión, pero asiente. Esconde su cara en mi pecho y me abraza con fuerza. Al principio me incómoda, pero despúes acepto darle un poco de protección. Sólo puedo imaginar el infierno que debe estár pasando con ése hombre y lo mucho que me tienta ir a buscarlo para matarlo con mis propias manos.
Ella debe ser lo suficíentemente fuerte para dejar algo así y salír ilesa, pero aquí estaré para apoyarla. Debo apoyarla.-Lo tuve.- susurra de pronto.
Cada uno de mis músculos se tensan al escucharla, apesar que no sé de qué habla, puedo sentírlo.
-No pude hacerlo.- cierra sus manos en puños.
La poca enegía que aún me queda, desaparece de pronto. Dejándome moribundo y en una ensoñación. Daniela contándome del embarazo, mi reacción llena de confusión y miedo, miedo de no hacerlo bien porque no estaba preparado. Y luego Lissel contándome de la clínica de aborto. Pero todo era mentira, ahora sabía que todo era mentira.
-Lo tuve, pero no pude...- su voz ya era sólo convúlsiones.
Mis lágrimas caían directamente sobre su cabello y las suyas mojaban mi camisa. Las emociones eran tantas que nos apretabámos hasta el punto que dolía.
-Una familia estaba deseosa de tenerlo.
Cierro los ojos tratando de imaginar a un bebé, un niño mío y de Daniela. Un hijo que al parecer sólo podré ver en mi imaginación de ahora en adelante. Existía, un hijo mío existía. Y dolía, ése sentimiento dolía.
No sé si quería saberlo, o sí prefería seguír pensando en la versión más conveniente.
Daniela había tenído al bebé y despúes lo dió a otra familia. Estaba tan confundido y tan dólido que no sabía que decírle. No estaba molesto, de eso estaba seguro.
Con una mano libre me aprieto el puente de la nariz.-Kleith, por favor dí algo.- me suplicó.- Ya no soportaba guardar esto y enserio necesitaba decírtelo.
-Una vez más, tratando de curar desesperadamente tus sentimientos de culpa.- solté sin pensarlo.
Daniela se alejó cómo sí mi cuerpo la lastímara y me arrepentí enseguida.
-No fue lo que quise decír, yo sólo...
-No estábamos listos para eso, tú lo sabes.- se levanta con esfuerzo y yo la imito.- ¡Lo siento!, ¿De acuerdo?. ¡Creí que era lo mejor!.
-¡Lo es!.- lloro frustrado.- ¡Lo es y por eso es más doloroso!.
Daniela me mira con tristeza y se acerca de nuevo.
-¡¿Crees que no sé que fue lo mejor?!.- grito furioso.- ¡Sólo hay que ver a Benjamín y a su familia para saber que si no estás listo para los hijos, los harás mierda!. Lo sé, lo sé. Se lo díste a una familia que lo va a amar. ¡Lo entiendo!.
-Kleith, tranquilo.- me envuelve en sus brazos.- Perdoname, enserio perdoname.
-Lo hago, lo hago.- la abrazo con fuerza.- ¡Dios!.
Una vez más estábamos abrazados, lamiendo nuestras héridas. Nosotros mismos lo habíamos caúsado, y ahora no nos quedaba más que enfrentarlo.
No mire el reloj en ningún momento y mi celular lo había olvidado en el departamento, así que no era consciente de la hora. Todo mi cuerpo estaba frío y no podía sentír la mayor parte de éste.
Daniela estaba profundamente dormida sobre el sofá pero parecía inquieta. Jack había aparecido despúes de un largo rato y tras haberme prometido mantenerme informado de todo, decidí irme a casa.
Durante todo el camino mi cabeza estaba en completo lío, no podía pensar con claridad. Ésta era la noche más intensa y dolorosa de toda mi vida.
Tengo un hijo, Daniela si tuvo al bebé, pero no seremos parte de su vida. Y ella, estaba metida hasta el fondo en una relación enfermiza.
¿Qué nos hicímos Daniela?.-Estará bien, todo estará bien.- repetía cómo una mantra.
Llegué a mi departamento y entre sin importarme si hacía ruído o no. Estaba tan cansado, mental y fisicamente. Cada hérida estaba abierta y esta vez no lograría ignorarlas. No me quedaba más que hacerles frente y curarlas.
Entre a la habitación y sin darme cuenta, la puerta se cerró de golpe, levantándo a Mabell.-¿Kleith?.- me miró confundida.
Sus ojos estaban rojos y su nariz lucía brillosa, estuvo llorando. Hoy todos lloramos.
-Necesitamos hablar.- susurré antes de que sí quiera pudiera levantarse.
Se quedo completamente quieta y me miró atenta.
-Es muy importante.- cerré los ojos con fuerza.
Tenía que contarle todo. No podía esconderle nada a ella. Ésa chica preciosa lo significaba todo para mí y necesitaba explícarle tantas cosas...
Sus ojos se volvíeron más intensos y sonrío con tristeza.-Lo sé.- murmuró extendíendome la mano.- Lo sé.
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Al Amor Que Dejé Atrás.
Romance-¿Dices que el amor de tu vida y tu alma gemela son dos personas completamente diferentes?.- pregunté haciendo una mueca. -Así es querido Kleith, así que dime... ¿Mabell es tú alma gemela o el amor de tú vida?. -El amor de mi vida.- contesté enseg...