Capitulo 22

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-Creo que hoy mismo podrá írse a su casa, señor Carter.- sonríe la enfermera amablemente.

Le agradezco y se va. Jack se acerca un poco más a mí y saca su celular. Durante la revisión estuvo muy extraño, parecía incómodo e inquieto, no estoy seguro que le pasa. Mabell no ha vuelto desde que llamó a Daniela y eso comienza a preocuparme, pero no demasiado, sé que tal vez está pasando por un momento de confusión, pero cuando le explíque todo, pasará. Siempre pasa.

-Cazaremos a ése hijo de puta.- me da un apretón en la pierna y sonríe.- Venga Kleith, vas a estár bien. Recuerda que cuando me caí del edificio tenía que estár dos semanas en cama y sólo estuve tres días. No seas llorón.

-Ya no es como antes.- me búrlo y él asiente sonríendo triste.- Pero vaya que fue una época increíble de excelentes lecciones.

-Ni que lo digas.- abre los ojos exageradamente.- Estuve encerrado un buen tiempo.

El recuerdo de Jack salíendo de la clínica es muy refrescante. Lucía bastante bien, fisicamente, porque mentalmente estaba confundido y algo perturbado por todo, parecía un niño aprendíendo sobre lo bueno y lo malo. Naturalmente, le hubíeramos pedido a Daniela que nos apoyara, pero ella ya se había ido, así que Benjamín y yo tuvimos que hacerle frente solos. Para sus padres ya había terminado su responsabilidad: ¿Estaba rehabilitado? ¿No?. Pero el trabajo despúes de eso, fue por nuestra cuenta. Algunas veces, aún le daban ataques de ansiedad y comenzaba a buscar (sin darse cuenta) los números de sus anteriores distribuidores. Pero siempre vuelve en sí y se detiene. Es triste. Jack fue el último de nosotros en intentar seguír adelante, dejar un poco de fiestas y conseguír un empleo, dejar de buscar a las personas que no eran buena influencia y buscar a quiénes si lo fueran. A mí me ayudó haber encontrado a Mabell, como a Benjamín Summer, a quién no aceptaba en su vida hasta hace poco. Jack no tenía pareja, pero al parecer no era necesario.

-Te seré sincero...- me acomodé en la cama.- Estoy harto de estár aquí, así que sería maravilloso si le llamas a Mabell y nos vamos justo ahora.

Jack se puso tenso y volvió a revisar su celular, era como si esperara una llamada.

-Mabell no está aquí.- murmura y yo siento que me muero.- Llevó a Daniela a ver a sus padres, ellos están preocupados por ella y al parecer quieren respuestas sobre lo que pasa con Trevor. Era necesario que fuera, su familia también corre peligro...

-¿Y Mabell qué?.- le pregúnto furioso.- ¿Te imaginas a Mabell en una situación de esas? ¡Se va a desmayar o algo peor!.

Me levanto de la cama con mucho esfuerzo y Jack me ayuda. Maldita sea, Mabell no sabrá que hacer si se encuentran con Trevor y Daniela... ¡Maldita sea!. De pronto la sola imagen de Mabell y Daniela en el piso frio me vuelve loco, no lo soportaría, eso no lo soportaría. Preferiría mil veces a que me dejaran a que algo malo les pasara y no pudíera verlas de nuevo, como Benjamín a Lissel. Por favor, no.
Jack me ayuda a ponerme una bata y me ayuda a caminar hasta el elevador, las enfermeras tratan de detenerme pero Jack les dice que es una emergencia familiar y que debemos írnos. Yo no puedo hablar, sólo me concentro en caminar. Ya una vez fuera Jack intenta llamar a Mabell o a Daniela pero no contestan, despúes lo intenta con Emily y al tercer tono, contesta. Ya estándo en el auto, pone el altavoz.

-¡Emily!, ¿Qué mierda les pasa? Ninguna me había contestado.- gruñe Jack furioso con la chica.- ¿Y Daniela? ¿Mabell está bien?.

-Estamos en el departamento...- su voz es un susurro lastimero y escuchamos un pequeño grito de fondo.- Trevor estaba esperando por Daniela fuera de la casa de sus padres, fue una locura. Pero estamos bien, si puedes ven pronto.

-¿Y mabell?.- vuelvo a preguntar

-Está bien.- cuelga la llamada

Le doy un golpe al tablero del auto y suelto un grito frustado. ¿Qué mierda significa eso?, maldita sea es una locura. Sólo a Daniela se le ocurre estár de un sitio a otro cuando Trevor está desquiciado. Jack intenta calmarme, pero no funciona. Sólo hasta que llegamos a su departamento fuí capaz de calmarme un poco.
Con su ayuda bajo del auto y nos metemos al elevador. Pulsa el número diez y en menos de dos minutos ya estamos en su piso.

-¡Daniela!.- grito.- ¡Mabell!.

La primera en llegar a mí es Mabell. Tiene un parche en la frente y está roja de tanto llorar, me abraza con fuerza y yo la envuelvo con mi brazo libre. Tiembla demasiado, la alejo un poco para verla mejor y puedo ver el moretón de su mejilla y su labio partido. Ahora soy yo el que tiemblo.

-Estoy bien, sólo fue una hérida de guerra.- intenta bromear.- Por favor, calma...

-¿Y Daniela?.- la voz de Jack me despavila.

Sin soltar a Mabell camino hasta él, que está con Emily. Ella tiene un gran golpe en el hombro, lo sé por la gran cantidad de brillo que tiene en todo ese brazo, por la medicina. Pero ella no parece asustada, sino molesta. Busco a Daniela, pero no la encuentro y eso me aterra.

-¿Y Daniela?.- le preguntó a Mabell

-Aquí estoy.- sale de la habitación.- Estoy bien... lo estoy.

Cuando veo que todo el mundo está a salvo, con golpes pero a salvo, puedo respirar. Maldito hijo de puta, juro que lo encontraré y le daré una páliza que no le permitirá defenderse en prisión. Porque no voy a parar hasta que vaya preso, no se merece menos. Suelto a Mabell y me acercó a Daniela, que está pálida y parece confundida. La tomo del mentón y observo detalladamente su rostro, sólo tiene un pequeño golpe en la mejilla, pero es todo.

-Es muy fuerte.- susurra bajito.- Mabell es la razón por la que estoy aquí.

Abro los ojos sorprendido y me doy la vuelta para encarar a Mabell. Ella levanta una ceja con búrla y se encoge de hombros. Me parece imposible que ella haya hecho algo heroíco, es demasiado sensible.

-No soy una muñeca.- murmura de pronto seria y se aleja hacía el baño.- Ya regreso.

Emily y Jack se van hacía la cocina discretamente. Daniela me pide que me siente en el sofá y con mucho cuidado comienza a quitarme la bata.

-Estás sudando, te debíste agítar mucho. Deja que te revise.- mueve la venda.

-Quítala, no la quiero, sólo estorba.- le pido.- Estoy bien.

-No es buena idea Kleith, debes...

-Quítala.- la interrumpo

-La doctora soy yo Kleith, y creo poder saber si debes o no seguír vendado.- levanta la voz molesta

Pongo los ojos en blanco y ella me mira seria.

-Sé que te la vas a quítar en cuanto llegues a tu departamento, así que te lo haré yo. Pero debes evítar hacer fuerza con tu brazo y debes mantenerte en reposo.- me ordena

-Mejor.- sonrío más tranquilo

-Me parece que deberías tenerle más confíanza a Mabell, es más fuerte de lo que crees.- habla sin mirarme

-Creo que la conozco lo suficiente- contesto lleno de íronia

-¿Ah, si?.- me mira.- ¿Entonces por qué no has descubierto que ella se ha sentido hérida cuando te sorprendíste por su valentía y que se encerró en el baño para evítar que la víeras así?

Términa de quítarme el vendaje y me lo lanza en la cara.

-Si ya has elegído, al menos demuestra que lo has hecho bien.- escupe molesta antes de alejarse.

Al Amor Que Dejé Atrás.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora