Capitulo 27

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-¿Cómo pudiste ocultarnos algo así?.- mi madre levantó la voz mirándome con decepción.- ¿Sabes lo miserables que nos sentímos ahora que sabemos que Trevor te violentaba?. ¡Dios, Daniela!.

Limpié mi rostro con cierta violencia, ver a mi madre tan exáltada me ponía muy mal. Sabía que cuando le contara a mis padres sobre todo lo sucedido con Trevor, quedarían destrozados, pero verlos ya era muy diferente. El rostro de mi madre se descomponía conforme yo hablaba, hasta el punto de que había empezado a llorar sin control, para despúes gritarme sobre lo decepcíonada que estaba de mí y de lo mal que se sentía al respecto. Era un sinfín de emociones. Todo lo contrario a mi padre, que sólo me observaba fijamente, pero no decía nada. Y eso se sentía peor.

-¿Lo has demandado?, ¿Dónde está él?.- detuvo sus vueltas ansiosas.- ¿Dónde te estás quedando?.

-No sé dónde está, la última vez que lo ví fue hace unos días, justo frente a su casa. Y he puesto la denúncia, pero sus padres están hacíendo algo para que no avance... no sé...- la voz se me quiebra al final. Respiro fuerte e intento seguír.- Pero Benjamín y Kleith van a mover influencías para ayúdarme, incluso busqué a una chica que puede ayudarme muchísimo más, es cuestión de tiempo....

-¿Kleith también está en esto?.- mi padre observa detrás de las ventanas, donde Benjamín y Jack esperan pacíentemente en el jardín.- Él sabe lo de...

-Si, todo.- bajo la cabeza y revuelvo mi cabello con nerviosismo.- Él también está apoyandome.

-¿Así que los meses de rehabilitación no valíeron la pena?.- me increpa mi madre.

Levanto la vista molesta y me levanto del sofá, sin poder creer que mi madre se preocupe más por cosas innecesarias. Ya se había tradado en mostrar su descontento con mi reencuentro con todos ellos. Era cierto, pase todos los meses de embarazo en un hospital para desintóxicarme y poder dar a luz bien. Fué sin duda, la peor etapa de mi vida. Estaba sola en un sitio deprimente, mientras sufría ataques de ansiedad y depresión. Lo único que me mantenía cuerda era la esperanza de poder darle un buen futuro al bebé, claramente no hablaba de mí.

-Eso no importa ahora, ¿No?.- su mirada vuelve a ser triste. Como si supiera que no es el momento para hablar de eso.- Daniela, sé que no nos cuentas todo exactamente, pero quiero que sepas que no estás sola y que vamos a apoyarte en todo el proceso. Vamos a alejarnos del bufete y... estará bien.

-Enserio lo lamento.- susurro sin poder verlos a la cara.- No sabía que todo esto se iba a salír de mis manos.

Mi madre me envuelve en sus brazos mientras me repite que no es mi culpa. Pero las palabras de Trevor se quedaron tan dentro de mi cabeza que cuando intentaba dejarlo, simplemente no podía. Ahora que estoy con mis antigüos amigos sé que exísten personas más poderosas que él, pero cuando estábamos solos, Trevor lucía como un Dios. Sólo habían dos opcíones con su toque: o las construía o las destruía, y si yo lo dejaba, destruiría a mi familia. Todo lo que ellos se habían esforzado por tener, él iba a quitárselos. Yo sabía que si podía hacerlo, porque nosotros no teníamos tanto poder como él, pero ahora era diferente, porque ya no estaba sola. Ahora volvía a tener a mi segunda familia; Benjamín, Jack y a Kleith.

-No quería decepcíonarlos.- sollozo como si fuera una niña pequeña.

-Nos decepciona más el hecho de que pensaras que para nosotros era más importante nuestro empleo que tu propia vida.- murmura mi padre, masajeando su brazo izquierdo.

Me acerco a él y lo envuelvo en un abrazo fuerte. Lo necesito demasiado, él solía ser mi confidente cuando era niña, y despúes se volvió mi otra mitad conforme crecía. Ambos eran cariñosos, pero mi padre siempre fue por mucho, el más comprensivo. Todo el tiempo que pasé con Trevor fué una pesadilla, pero ahora podía ver esa pequeña luz de esperanza que todos me estaban dando. Salír de una relación así no me estaba siendo fácil, había momentos en los que desconfíaba de todos y quería salír corriendo a buscar a Trevor para pedírle perdón y súplicarle que no le hiciera daño a mis padres ni a ningún ser querido. Supongo que, despúes de todo, su veneno seguía en mí, aterrandome.

-¡Derek!.- el grito de mi madre me erizo la piel.- Lo olvidé, lo siento tanto... ¡Lo olvidé!.

Me enderezo de golpe y observo a mi padre, que comienza a tener difícultades para respirar.

-Es su corazón.- solloza mi madre, intentando enderazarlo.- Es su corazón...

Cuando mi padre grita del dolor, sé que es un infarto.

-Llévalo Dani.- me pide con dificultad.- Llévalo...

Comienza a doblarse del dolor y mi miedo comienza a ahogarme. Sé de que habla, pero no es el momento.

-¡Ben!, ¡Jack!.- grito aterrada.- ¡Al hospital!.

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Mi padre era un hombre atractivo, aún cuando sus canas comenzaban a abundar por todo su cabello pelirrojo. Sus ojos cafés siempre brillaban de alegría y entusiasmo, era un hombre muy positivo y lleno de vida. Recuerdo que siempre se disfrazaba conmigo, si yo era Cenicienta, él no era el principe, oh no, él era Gus. O cuando supliqué disfrazarme de un Dalmata, él fue una pulga. Y así fué hasta que cumplí los doce años, despúes de eso, conocímos otras maneras de disfrutar el tiempo juntos, como ir a patinar o salír a trepar árboles, donde él destacaba mucho más que yo. Mi padre lo era todo para mí, y por eso mismo, sentía una desgarradora presión en el pecho mientras esperaba en la sala de emergencias. Al lado de mi madre que no dejaba de rezar.
Jack estaba tomando un poco de café y Benjamín hablaba por teléfono, movíendose de un lado a otro.

-Daniela.- la doctora Sarah se detiene frente a mí.- Tu padre está estable, ya le hemos administrado...

Me dejo caer sobre la silla con un suspiro lleno de paz al escúchar a Sarah y me permito calmarme. Confio completamente en esa doctora, estuve con ella durante una semana y es demasiado buena.
Mi padre está bien, él está bien.

-Está durmíendo, pero pueden pasar a verlo.- murmura antes de alejarse.

-¡Menos mal!.- Jack me da un abrazo y le sonríe a mi madre.

-¡Oh, Dios!.- exclama ella antes de besar su rosario que tiene entre las manos.- Voy a entrar.

Asiento enseguida y abrazo a Benjamín que acababa de acercarse. Le cuento que mi padre está bien y él me devuelve el abrazo contento.

-Te lo dije, tu padre es duro de roer.- bromea.

Les agradezco y vuelvo a darles un abrazo. Mi corazón ya comenzó a latir de manera normal y mi cabeza ha dejado de palpitar. Cuando nos soltamos, puedo ver a Kleith acercárse lentamente. Parece recién salído de la cama y me mira avergonzado. Las palabras de mi padre resuenan de pronto en mi cabeza.

"Llévalo"....

-Cuando mi madre salga díganle que volveré pronto.- les pido.- Necesito llevar a Kleith a un sitio.

Benjamín y Jack intercambian una mirada rápida y asienten al mismo tiempo.
Camino hacía él con paso veloz y antes de que pueda hablar, lo sujeto de la muñeca y lo regreso por donde venía. Mi padre está bien, puedo estár tranquila, puedo salír un momento. Necesito llevarlo.

-Daniela, ¿A dónde vamos?.- me detiene

-A un sitio. Yo conduzco.- vuelvo a tomar mi camino.- Necesito que veas a alguien...

Al Amor Que Dejé Atrás.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora