Le doy un gran trago a mi bebida y cierro los ojos con fuerza al sentir el ardor en la garganta. Tenía varios meses sin tomar de esta manera, pero enserio necesitaba despegar mi mente. Todo lo sucedido en la tarde me había dejado más que perturbado.
-¡Muy bien!.- Mabell salió de la habitación con unos libros en sus brazos.- Compré unas agendas para poder organizar la boda, son demasiadas cosas pero creo que podré con todo.
Le hago un gesto de aceptación, y me siento a su lado en la mesa, aún con mi copa. Mabell la mira con recelo, pero no me dice nada. De hecho, no me ha dicho nada sobre lo que pasó, ni una sola duda o pregunta.
-¿Cuando quieres que se lleve a cabo la boda?.- pregunta en un hilo de voz.
Abro los ojos sorprendido y no puedo evitar avergonzarme por mi reacción. No tengo idea de cuando quiero casarme. Pronto, tal vez.
-¿Qué te parece...- pienso un momento.-... Un mes?.
Ahora es Mabell la que abre los ojos sorprendida y el lapíz que tenía en la mano se le cae sobre la enorme agenda. Le sonrío con cariño y ella me da un empujóncito.
-No me va a dar tiempo.- ríe nerviosa.
-Entonces dos meses, y vamos a contratar a una organizadora para que te ayude.- le doy un beso en la frente y me levanto para servírme más Whisky.
-Muy bien, eso sí lo acepto.
Me término mi bebida de una y cuando el espazmo pasa, vuelvo a servírme otro poco.
-Mañana vamos a ver a mis padres para contárles. Les he llamado en la mañana para decír que irémos.- la miro
Ella anota rápidamente unas cosas en la agenda y asiente. Cuando términa, deja el lapiz y me mira con cariño. Esa mirada tan malditamente adorable que me hace desearla a mi lado siempre.
-Quiero que sea una boda grande y con muchos invitados.- murmura soñadora.
-Con un pastel inmenso.- me acerco a ella lentamente.
-Y tu, llevarás un traje color negro, pero con una gabardina, porque te quedan demasiado bien.- me mira coqueta.
-Y tu, llevarás un vestido inmenso color blanco, con una Tiara de diamantes.- la tomo de la cintura.
Sus ojos brillan divertida y me pasa los brazos por el cuello, atrayéndome a ella.
-Y en la recepción, vamos a bailar sólo entre nosotros.- me da un beso en la mejilla.
-Y en la noche de bodas, te haré el amor una y mil veces, lento pero intenso.- le susurro al oído, causando ese efecto tan deliciosamente conocido entre nosotros.
-Y despúes vamos a abrazarnos, mientras me lees uno de esos libros interesantes que te gustan.- se acerca a mis labios.
-Siempre voy a leer para tí.- sello nuestras palabras en un beso.
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-¿Si te gustaría venír?.- los ojos de Mabell se abrieron asombrados.- Pues si, supongo. No. Si.
Me levanto de la cama y me pongo mi pantalón de pijama. Busco con la mirada mi celular, pero no lo encuentro.
-Si, será en dos meses...
Escucho el timbre de mi celular, pero sigo sin encontrarlo. Mierda, debe ser Constance o algún socio y yo no encuentro ese maldito aparato.
Mabell se mueve en la cama sin terminar su llamada y me pasa el celular que estaba bajo las almohadas.-Número desconocido.- susurra
Frunzo el ceño y contesto la llamada mientras salgo de la habitación para no molestar a Mabell, es muy importante para ella que su única tía asista a la boda.
-¿Sí?.- camino a la cocina.
-Kleith.
Me tenso completamente y me tengo que recargar sobre la barra de la cocina para mantener el equilibrio. Yo le dije que la buscaría, no ella a mí.
-Sé que debía esperar, pero es que...- su voz se va hacíendo más torpe y al final no entiendo lo que dice.
-¿Todo bien?.- pregúnto confundido
Silencio. Sólo su respiración agítada y lo que creo que son sollozos.
-Por favor, necesitamos hablar.- susurra bajito
Su voz hace que un horrible escalofrio me recorra completo. Enseguida una sensación de preocupación se instala en la boca de mi estómago, hacíendo que quiera salír corriendo a buscarla. Pero sé que no debo hacerlo, así que me decido por algo más sensato.
-Mañana, a las dos y media. Te veré fuera de la empresa.- hablo rápido.
-Bien.- puedo escucharla sorber por la nariz.
Silencio. De nuevo.
-¡Daniela!.- la voz fuerte de un hombre interrumpe el incómodo silencio.- ¿Dónde dejaste mi reloj?. Anoche lo dejé tirado en la sala despúes de tu asalto, pero no lo...
-¡Trevor!.- chilla Daniela antes de colgar la llamada.
Me quedo parado, frente a la barra de la cocina, sintíendome miserable, incómodo y con molestia. Molestia porque ella me está buscando para cerrar un maldito ciclo que yo no le pedí abrir. Me va a usar. Las emociones encontradas dentro de mi, comienzan a volverme loco.
-Mi tía Jhen si asistirá.- canturrea Mabell, aparecíendo a mi lado.
No la dejo hablar. Me lanzo sobre ella y la levanto del trasero para ponerla sobre la barra. Ella me devuelve el calor del deseo y me abraza la cintura con sus piernas.
-Te amo.- susurra
Le doy un mordisco en el hombro y gime. Siento cómo la presión en mi entrepierna comienza a crecer. La deseo, demasiado.
-Te quiero tanto.- gime aún más cuando le subo la bata hasta la cintura.
Por más que trataba de encontrar las palabras adecuadas para decírle cosas agradables, simplemente no salía nada.
Así que esa noche no hubo un "Te amo" ni ningún otro suspiro romántico. Sólo hubo deseo y desesperación. Y lo lamenté por mi amada Mabell. Lo lamenté tanto.
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Al Amor Que Dejé Atrás.
Roman d'amour-¿Dices que el amor de tu vida y tu alma gemela son dos personas completamente diferentes?.- pregunté haciendo una mueca. -Así es querido Kleith, así que dime... ¿Mabell es tú alma gemela o el amor de tú vida?. -El amor de mi vida.- contesté enseg...