Capitulo 33

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Supongo que la crítica es lo más sencillo de hacer de toda la vida. Es cómo cuando ves a una mujer jovén con un niño en la calle y enseguida piensas en que no pudo soportar sus hórmonas y no te detíenes a pensar en qué quizás fue causa de una violación o qué tal vez se trate de su hermanito pequeño. O cuando ves a una chica con sobrepeso y comienzas a critícarla cruelmente sin saber qué quizás sufre de hipotiroidismo. O cuando hay alguien delgado y enseguida piensas en anorexia, cuando en realidad sufre de diabetes. Durante toda mi vida sufrí imaginando en lo que estaba bien o no hacer, según la sociedad. Y eso me había costado todo lo que yo había comenzado a ser. Con el paso del tiempo esa inseguridad se había ído, pero volvió con mayor fuerza cuando Trevor Clark entró a mi vida. Y ahora, mientras veía como el hombre que más enseñanzas me había dejado en mi vida era sacado de la sala, con las manos esposadas y ese horrendo traje sucío, me dí cuenta de qué seguía dentro de mí.

-Pues ella se lo merece, para qué lo engaña.- había susurrado una chica detrás de mí.

Trevor nunca dejó de mírarme, sus ojos solo reflejaban búrla mientras el juez hacía el repaso de todo lo que había hecho y sus ojos siguíeron igual aún cuando dieron su sentencia. Décadas y décadas de encierro. Pero ninguna cantidad de tiempo iba a quítarme los años de infierno que pase.

-Se notaba que a ella le gustaba, por eso no lo dejó antes.- otro comentario desagradable surgió a mis espaldas mientras caminaba a la salida.

Benjamín me rodeó con sus brazos y Jack caminó a mi lado, dándome seguridad.
Cuando salímos del juzgado, una ola de personas con cámaras y micrófonos nos rodeó enseguida, hacíendome pregúntas muy incómodas.

-¿Qué opinas de qué los señores Clark aseguran que usted sólo hizo esto por dinero?

-¿Es cierto que fingió un embarazo para oblígarlo a entregarse?.

-¿Qué tan real es qué el empresario Kleith Carter dejó a su prometida por usted?.

-¿Benjamín Hendrix es su nueva pareja?.

-Algunas personas aseguran que todo esto es falso y que en realídad el señor Clark jamás la agredió.

-Sube a la camioneta, nosotros te seguíremos detrás, en el auto.- Jack me susurró en el oído y me arrastró hasta el estacíonamiento.

Cuando logré entrar a la camioneta solté las maldíciones que estaban atoradas en mi garganta y las lágrimas que mostraban mi frustración solo me hicíeron sentír más estúpida.

-¡Ellos se sienten con el derecho a juzgarme!.- siseo furiosa y Kleith se quita los anteojos lentamente.- No pido que todas las personas lo entiendan o qué me hagan un maldito altar de martír. Sólo pido respeto por mí, por mí espacio, por lo que viví y por mi sufrimiento.

Me limpio la cara rápidamente y él me pasa un pañuelo.

-Una persona qué jamás ha bebido, no puede hablar acerca de un alcoholíco porque jamás lo ha sido. Así mismo, nadie puede juzgarte, porque solo tú sabes lo que se sintió estár con Trevor y todo lo que vivíste. Sólo tú sabes como fue, ellos sólo creen saberlo.- me sonríe.- Mejor piensa en qué hoy comienzas una nueva vida. Al lado de tú madre, y lo más importante, de tí.

Asiento lentamente y me acómodo en mi lugar. Él fija su mirada en su celúlar y yo no puedo evítar seguír mírandolo. Apesar que no pudo entrar conmigo al juzgado, se quedó afuera esperando y eso me tranquilizaba.

Kleith había sido mi alma gemela desde el primer momento en el que nos conocímos. No se trataba de qué nos gustara lo mismo o qué pensaramos igual, no se trataba de eso. Era el simple hecho de que cuando estábamos juntos éramos uno mísmo. Nos entendíamos con una sola mirada y nuestra sincronización era de otro mundo. Sabíamos qué podíamos ser lo que quisíeramos con el otro, porque seríamos aceptado y amado. Pero yo había tomado una decisión precipítada y eso me había costado demasiado, cometí un error. En un solo instante qué dudé de Kleith, me llevé a un hospital psiquíatrico por meses, sin contar la despedida de Seth. Pero de eso no me arrepentía, dolía, claro que sí. Pero eso no me cegaba para darme cuenta que fue una buena decisión. A veces la mayor muestra de amor es dejar ír, pero eso no era para todo el mundo.

-¿Estás lista para tú viaje?.- Kleith me sacó de mis pensamientos.

-Sí, mi madre ya está en el aeropuerto.- alejé mi vista de él.

-Será bueno para ustedes, ya lo verán.- me dió un empujón, dándome ánimo.

-Será una buena temporada.- bajé la mirada.- Nos va a hacer bien la soledad.- lo miré de reojo y él frunció el ceño, sin entender sí hablaba de mi madre o de él. Pero mi referencía era para todos.

Mi corazón se oprimió al darme cuenta que no lo vería por mucho tiempo y lo peor era que no sabía sí volvería a hacerlo. Él estaba en una etapa de duelo qué no me incluía, pero no me dolía, porqué entendía lo importante que Mabell había sido en su vida y aunque fuera difícil de creer, me sentía muy mal por él, porque una vez más lo habían dejado. Claro que, nada de eso me constaba, esa no era mi luz.

-Yo comenzaré a hacer unos negocios importantes en Indonesia, y despúes voy a ír con Jack a visítar a Ben en Londres para unas vacacíones. Intentaré mantenerme ocupado lo que resta del año.- me contó de pronto.

-Jack y él han montado un parque de juegos o algo así, ¿Cierto?.- ladeé mi cabeza.

-Ese sitio es inmenso, es cómo tres Six Flags juntos. Un día deberías ír.- abre los ojos exageradamente.

Asiento enseguida y me acerco a él para recargar mi cabeza en su hombro. Su olor se quedó grabado en mi memoría y los latidos de su corazón se uníeron a los míos. Mis ojos se llenaron de lágrimas cuando su mano sujeta la mía y la presiona con fuerza. Sentía que era una despedida real, y no me creía capaz de hacerlo, no así. Antes había sido capaz de hacerlo porqué no lo ví, sólo salí huyéndo. Pero ahora, Kleith estaba a mi lado, llevándome al aeropuerto dónde iba a tomar un avión hacía Europa. Tenía fecha de ída, pero ninguno de ellos se atrevió a pregúntarme por mi regreso. ¿Cuánto tiempo duraba un duelo de vida?. Lo averiguaría.

-Sí la vida nos úne de nuevo, será maravilloso, y sí no...- su voz se apaga de pronto.

Un sollozo se escapa de mis labios al darme cuenta qué él también estaba pensando en eso. Almas Gemelas, siempre.

-... No habrá nada qué hacerse.- terminé la oración.


Al Amor Que Dejé Atrás.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora