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Jungkook le pagó al conductor y subió corriendo los escalones. Le costó mucho encontrar la llave ya que le temblaban las manos, se sentía observado. Cuando finalmente logró entrar cerró de un portazo y corrió hacia la sala. Dejó sus cosas sobre el sofá, y se acercó a los alargados ventanales para escudriñar entre las cortinas.

La soleada calle estaba vacía. ¿Se estaría volviendo paranoico o había visto demasiadas películas?
Entró en la cocina a tomarse una taza de té y un par de aspirinas. Luego, decidió darse una ducha. Lo ayudaría a sentirse mejor.

Mientras se enjabonaba el pelo, sus pensamientos volvieron a JiMin. ¿Habría vuelto a su hotel? ¿Estaría en ese momento duchándose él también?

Recordó las duchas que compartieron, envuelta en el vapor perfumado, se pasó las manos por el cuerpo rememorando las sensaciones que las manos de JiMin le producían. Cómo le acariciaba los muslos y le apretaba las nalgas, mientras con la lengua le... (pervertidas ^°^)

Temblando por los eróticos recuerdos, salió de la ducha y se secó con tanta fuerza que se dejó la piel enrojecida. No tenía ganas de vestirse de nuevo, por lo que se puso la bata verde que le había regalado Jung.

Cuando estaba bajando las escaleras el teléfono empezó a sonar. Estaba a punto de responder cuando pensó que podría ser JiMin. ¿Quién más sabía que estaba en casa a esas horas?
Finalmente descolgó, irritado por el incesante sonido.

-¿Jungkook? -era Jung. Parecía estar un poco ansioso.

-Sí, aquí estoy.

-¿Pasa algo?

-No, claro que no -respondió él respirando profundamente.

-Has tardado mucho en contestar.

-Acabo de salir de la ducha -no era exactamente una mentira.

-Ya veo.

-¿Hay algún problema?

-No, en absoluto... Solo llamaba para saber si estabas bien.

-Sí, estoy bien.

-¿En serio?

-Completamente-dijo el resistiendo el impulso de decirle la verdad y rogarle que volviera a casa-. ¿Sabes a qué hora volverás?

-Sobre las ocho y media. No olvides guardarme el pan de gambas.

-Descuida. Hasta luego, entonces.

Eran las seis y media. Tardarían unos cuarenta minutos en llevar la comida, y aunque Jungkook no tenía mucha hambre, quería llenarse el vacío que el encuentro con JiMin le había provocado. Al marcar el número del restaurante chino aún veía el rostro de JiMin, y estaba tan obsesionada con esa imagen que tuvo que repetir el encargo dos veces para hacerse entender.

Cuando colgó estuvo vagando por la salita preguntándose qué sería lo próximo que haría JiMin. Estaba claro que no dejaría las cosas como estaban y a pesar de las mentiras que le había contado sobre Jung, su codicia lo empujaría a cometer algo impredecible.

Pero aunque la hubiese creído, ¿se detendría ante ello? Habiéndolo visto de nuevo Jungkook no estaba seguro de su propia fortaleza.

Tenía que pedirle ayuda a Jung, pero, ¿cómo iba a hacerlo cuando había
rechazado su propuesta? Avergonzado, supo que tendría que valerse por sí mismo.

El sonido del timbre interrumpió sus pensamientos. La comida había llegado con inusitada rapidez. Aquel día no debían tener muchos clientes.

Recogió la billetera y fue a abrir la puerta. Al hacerlo se quedó tan sorprendido que no tuvo tiempo de cerrarla en las narices de JiMin, y este se coló en el interior.

"¿POR QUÉ JIMIN NO ME AMA? " [JIKOOK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora