*Capítulo 45*

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Mi cabeza me dolía con toda intensidad y mis ojos me ardían por alguna extraña razón. Cuando trate de abrirlos por primera vez no me cego la luz, no había luz solo había claridad y ya.

Gire mi vista hacia otra parte del lugar, por lo que solo suspire. Cuando sentí unas manos sobre mi cabello no evite asustar me un poco; Y quien no se asustaria así, vamos acabas de despertar y de la nada sientes un tacto, ¡Yo si entro en pánico!.

Me moví un poco que aquellas manos era de mi padre, un gran alivio se apoderó de mi y solo me deje acariciar. Tenia mucho que alguien no me tocaba el cabello así, la única que lo hacía era... Era mi madre.

_____: ¿Dónde estamos? -pregunté para levantar me de la cama y quedar sentada en ella.

Tatara: Estamos en el distrito 10 -respondió para levantar se de igual manera, solo que el iba camino a la puerta- Ya que estas despierta deberías comer un poco.

______: ¿Quién me trajo? -volví a preguntar para ver que mis brazos ya no tenían aquellas vendas.

Tatara: Ayato te siguió después de que fuiste -aclaró- Deberías de agradecer le a él, de no ser así seguirías arriba de ese edificio.

______: (Así que fue él) -pensé para escuchar gruñir mi estómago- ¿Dónde los veré?.

Tatara: Piso 3 -Dijo para abrir la puerta- Tenemos que hablar de algo serio.

La puerta se cerró dejando solo el ruido de el viento y el sonido de los sollozos que acaba de salir de mi.

Aun no podía creer que así iba a hacer mi vida, iba a estar llena de muertes y de personas que solo me traicionan sin importar qué.

Me levante para ir hacia aquella mesa y sentarme viendo el plato con un trozo de carne, mi apetito me ganaba ante tono, así que decidí empezar a comer de manera rápida y con rabia.

No me importaba mancharme las manos de sangre o mi ropa o mi boca. Ya me daba igual todo, ya me daria igual si lloro, si rio, si me llama la atención algo, si me pongo feliz, si me caigo por ser torpe, si alguien viene o se va de mi vida, si por alguna razón empiezo a bailar, si mi vida cae por un vació sin fin, o si todo eso es patético.

Sin pensar lo dos veces me levanté de la silla mirando el plato vacío y sucio de la sangre que estaba allí. Me di vuelta para escuchar el sonido de la madera romperse en pedazos.

De igual manera la silla y todo lo que no fuera mi cama estaba hecha pedazos; Solo romper cosas me pone bien, solo escuchar el sonido del crujir me da una sensación exquisita. Debería de hacer lo más seguido, debería de hacer eso con personas y ver si es la misma sensación.

Mi cabeza esta perdiendo la cordura y yo solo puedo reír; El mundo ya me hizo demasiado que incluso me causa gracia.

Los pasos que doy hacia el alrededor son sin sentido, las palabras que digo son raras y sin significado, lo que hago es como un show montado de manera rápida y improvisada.

Dejo de hacer lo que hacía y me dispongo a cambiar me la ropa, no tengo idea de que ponerme y es que somo habia ropa usada en uno de los cajones que se encontraba allí.

Me puse unos pantalones negros, una camisa de botones mirada, una sudadera azul y mis botas de siempre. Antes de ir me me puse la mascara junto al pequeño collar llevaba; No puedo creer que Ayato en verdad se haya tomado la molestia de regalar me algo así.

Al salir de la habitación camino teniendo mis manos en los bolsillos de mi sudadera. Por alguna razón me siento rara, no en el sentido de que lo sea, lo digo en el sentido de que hay algo que me hace sentir así.

Es como un sentimiento raro, es como si hubiera algo a mi alrededor y haga que me sienta así.

Suelto un suspiró para dirigir me aun balcón, antes de tirar me por este mismo le meto una patada para ver si no estaba en mal estado, por suerte no es así, a lo que no lo dudo y subo en este mismo para sentir el frío aire estar todavía.

Me tiro del lugar para comenzar a contar los pisos, antes de poder llegar al que era activo mi kagune para encajar cada uno de los tentáculos en una esquina y quedar boca abajo, allí estaban todos. Mi padre, Noro, Eto, Ayato y ese chico albino.

Me sostengo de un fierro para bajar me y quedar de pie ante la puerta de balcón. Al entrar todos me miran y solo camino hasta quedar a unos cuantos metros de mi padre, Eto se pone frente fría analizando me de pies a cabeza hasta se va sin decir nada.

Niego con algo de frustración y solo me queda soportar la cuatro años.

Tatara: Ya que están todos aquí vamos a empezar a dar leves misiones a cada uno, así que tengan en cuenta de que lo harán quieren o no -dice mi padre para ver a todo- Ayato tu iras mañana al distrito 3, Eto y Noro al distrito 9 y tú Heibe iras al 20.

______: ¿Por qué allí? -pregunto con algo de molestia.

Tatara: Dije que lo harán si o no.

Chasqueo la lengua en respuesta de enojo. Fue allí que note la mirada del albino a lo que poco a poco comienza a ponerme nerviosa a tal punto que me pone incomoda.

Tatara: Por el momento quiero que todos tengan discreción, así que no fallen -asiento ante ello para ir me del lugar.

Eto: ¡Que los nuevos se presenten! -la voz de ella hace que frente y me impida no ir me; Lo que le faltaba- ¡Vamos Heibe!.

Con poco humor camino hacia el chico mirando lo de pies a cabeza, a lo que extiendo mi mano y este me saluda.

______: Heibe... -digo sin dejar de mover la mano.

***: Ojo parchado... -responde de manera fría.

Eto: ¡Que fríos son ambos! -dice Eto y tanto el como yo la mirabos- Ademas pensé que _____-sama y Kaneki-kun se llevarían bien.

Mis Ojos En Ti (Kaneki Y Tú) Tomo 1.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora