Mi vista se quedo clavada en mi ventana, notando que los rayos del sol apenas se visualizaban. Me puse de pie notando que mi contrario ya no estaba y que incluso había cambiado el foco/bombillo de la habitación. Camine hacia el baño para dar me una ducha, tenia que dar me otro baño, después de todo nos habíamos quedado dormidos hasta las 6 de la mañana. El agua tibia caía por mi cuerpo ocasionado un leve escalofrío en mi, estaba acostumbrada al agua fría pero en tiempos de frío me enfermo demasiado rápido; odio mi poca habitabilidad de resistencia.
Después de bañarme regresé a mi habitación para ponerme mi ropa y así ir a la cocina. Tenía algo de hambre y encima no había probado el cafe de la noche anteroir. Tome un cepillo en mi mano y camine a la cocina sin dejar de arreglarme el cabello. Me sentía rara, como si fuera un día cualquiera estando bien. Pero sabia que no estaba bien, lo sabia perfectamente que no lo estaba, me faltaba mi hermana, me faltaba esa luz que me hacía poder seguir mi vida mejor día a día. Se que ella también quería estar en paz, le era difícil.
Inashi no lo sabia pero yo si me daba cuenta del como le miraban en su Instituto, las miradas y los murmuros. Se que tu también querías paz, se que tu también querías igualdad, se que querias una vida normal y feliz. No todo es lo que se desea. Ahora ya no tienes que pensar en eso, tu puedes estar en paz, puedes estar junto a tu madre, nuestra madre, descansando en paz. Yo después de todo también puedo estar en paz, ya no puedo seguir ocultandome más pero, aun así tengo que seguir dentro del Aoigiri; dos años y fin.
Antes de llegar a la cocina deje el cepillo en un estante y me acomode el cabello un poco. Estando mojado me lo acomodo bien. Al llegar note que la mesa estaba decorada con algunas rosas y ya servida con dos tazas de café. Cuando aquel albino giro hacia a mi, sus ojos grises y brillosos me miraron acompañados de una sonrisa calida.
Kaneki: Buenos días cariño -dijo acercandose a mi- ¿Como amaneciste? -pregunto después tomar me en sus brazos y así abrazar me- Tu cabello huele a coco.
______: Es que me di una ducha -respondí- ¿Qué es todo esto? -me referí a la mesa.
Kaneki: Bueno, quería sorprenderte -una sonrisa se formo en mis labios y lo abrace yo tambien.
______: Me encanta mucho -comenté mirando la mesa- Vamos a desayunar. Tenemos un largo día que hacer.
Kaneki: Eso lo sé -sentía como su manoe revolvia el cabello de forma divertida y no evite abrazar lo más- Pero por desgracia no estaré contigo, yo tengo otro asuntos que arreglar -sus palabras me llegaron de golpe haciéndome sentir vacía- Se que debí decirte lo pero, hoy no podre estar a tu lado.
______: Ya veo, no hay problema. Ahora vamos a desayunar.
Después de largos minutos y horas por fin salimos del departamento. Yo tenía que comprar algunos regalos para Koma y Irimi, después de todo ellos fueron los que me dieron de su cariño. Sin embargo no encontraba los regalos ideales, no encontraba los elegidos. Después de ir como seis u ocho tiendas seguía sin elegir bien cuales eran los perfectos.
No soy buena dando regalos, y lo se porque las veces que le di a Inashi en su cumpleaños me miraba con una sonrisa nerviosa; ¿Como iba a saber que ella quería una tableta? ¡Tenia 13 años! No soy adivina. Inashi ¿Era tan difícil decir eso?.
Negué con la cabeza y seguí mi camino o más bien a tienda por tienda, hasta que después de unos momentos me que de sentada en una banca rehañandome a mi misma por no ser una persona normal en dar regalos; Desearía que Kaneki estuviera aquí y me ayudara. [TTnTT].
Sin querer comencé a juguetear con el collar que me regalo Ayato y fue la grandiosa idea de que debía de comprar unos collares para los dos, uno donde lo lleven consigo todo el tiempo; ¡Gracias Ayato! ¡Después de todo no fuiste un inútil!. Para mi mayor suerte había una joyería frente mía, así que al entrar busque unos collares que me fascinaron, pero estaban más caros que mi vida. En ese momento maldecia no haber traído más dinero. Antes de salir del local me habían llamado la atención dos en especial, puesto que estos tenían una imagen; Uno de un perro negro y el otro de un mono. Al final los termine comprando y me fui a otro tienda.
Quería comprar un regalo igual para el jefe, el me ayudo más con lo del trabajo, así que igual debo de comprar le uno. Siendo sincera en la oficina note que su juego de taza le hacia falta una, pero el buscar ese diseño fue difícil, es como si dejaran de hacer lo. Eso hasta que di con una taza casi igual, pero esta no se parecía al color de alguna de las dos taza, era un rosa fuerte casi a color rojo. Sin dudar la compre y me encamine a Anteiku.
Tenia tantas ganas de ir, tenia tantas ganas de llegar y abrazar los, tenía tantas ganas de decir "lo siento", tenia tantas de llorar, tenia tantas de empezar a arrepentirme por no haber regresado. ¿Había sido mi culpa? El que yo llegase y que los problemas empezarán, de no ser por mi Touka nunca se enfadaria conmigo, de no soy por mi Ryouko seguiría viva, de no ser por mi nada de las cosas pasarian a casa momento.
¿Es mi culpa? No, no lo es. Las cosas pasan por algo, las cosas pasan por un simple sentido, no por casualidad, no porque si, es por eso que no pasaron porque yo lo quisiese, es porque paso y tenia que pasar, así es la vida, y así aprendí de ella.
Sin querer note que se había hecho de noche; ¿Tan rápido pase el día? Supongo que si, después de todo me levante a las 12 del medio día.
Tomando mi nueva ruta a mi trabajo me empece a sentir observada, como si fuera la presa de alguien o de algo. Incomoda era la palabra perfecta que tenía en mente. Pero ¿De dónde me miraban? ¿Quién me miraba? No sabía así que sin preámbulos segui el ritmo de mis pasos, sabia que si corría seria presa sencilla; de algo me sirvió el estar en situaciones como estas.
Al llegar me quede viendo la el lugar por fuera, tenía pensando el que después de salir del Aogiri vendria de nuevo a este lugar. Se que no les importará en que y donde estuve, con tal de estar a su lado todo bien. Empecé a subir las escaleras sintiendo ese nudo en mi estómago. Quería salir corriendo, pero sabia que no era lo correcto. Conté hasta 100 y suspire profundamente.
Cuando abrí la puerta de forma rápida escuchando la campanita hacer ese típico ruido de "tilín tilín". No te sus miradas en mi y eso me puso más nerviosa, llí estaban ellos tres. El jefe detrás de la barra y Koma y Irimi bebiendo una taza de café. Una sonrisa se poso en mis labios y camine hacia ellos; sin decir que casi me lanzo a ellos.
______: ¡Lo siento! -chille mientras ambos me abrazaban. Me sentía débil, mal, corbarde, sobre todo como una ni la de cinco años ser regañada, así me sentía yo.
Koma: Oye, oye, ¿Por qué lloras? -pregunto con su tono divertido pero calido- Las niñas bonitas no lloran y tu no deberías de llorar.
______: L-lo siento -repetí de nuevo esta vez sollozando y posiblemente llena de mocos- S-se que debí regresar, pero tenia mi-miedo.
Irimi: No, no, descuida -agregó acariciando mi cabello, trayendome esa paz en mi. Pero eso no quitaba que estaba llorando y llena de mocos- Estas aquí y eso es lo que importa.
______: Lo siento, lo siento en verdad -me disculpe- No quería que ambos me v-vieran así pero, en verdad l-los extrañaba.
Irimi: Eso lo sabemos, igual nosotros a ti.
Eso fue lo único que me provoco que llorara descontroladamente mientras sentía las manos de ambos acariar mi cabello. En verdad me arrepentida de todo, me arrepentia de ese orgullo que tenía hacia Touka y Kaneki en un inicio, sabia que mis demás amigos no tenían la culpa de todo. Irimi, Koma, el jefe, Hide, Nishiki, los hermanos bien, Ayato, Kaneki... Ellos son mi familia y son aquellos que siempre se preocupan por mi. Aquellos que de ahora en adelante voy a proteger sin importar que.
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Mis Ojos En Ti (Kaneki Y Tú) Tomo 1.
Fanfic¿Eres tu?... El niño de hace varios años, al que le di mi amistad y le confíe ciegamente. Te ves distinto, supongo que debe ser porque nos dejamos de ver, pero ¿Por que? ¿Por que te fuiste y no volviste? Me dejaste allí y ahora ¿Me amas? ¿De amistad...