ᏟᎪᏢᏆ́ͲႮᏞϴ ϴΝᏟᎬ

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ɛʟ ʍɨɛɖօ ʍʊtɨʟa ċօռ ʍás ʀaքɨɖɛʐ զʊɛ
ċʊaʟզʊɨɛʀ aʀʍa ɖɛ ɢʊɛʀʀa.”


Dime, ¿Deseas recuperarlo?

—¿Quién eres?

Mordía mi pulgar con mucho nerviosismo acumulado dentro de mi, no quiero que le hagan daño a Belial.

—¿Quién soy? Buena pregunta —hablaba como si saboreara las palabras—. Soy alguien que necesita algo de ti. Mejor dicho, a ti —rió sin una nimiedad de gracia.

¿Yo? —cuestioné comenzando a detectar miedo en mi sistema.

Ésto comienza a fastidiarme... —lo escuché murmurar del otro lado de la línea—. Si quieres seguir viendo a tu perro vivo, te espero en Turkey Hill al amanecer.

Escuché el pitido de la llamada finalizar.

Carajo.

🔺⛤🔺

El cielo se mostraba oscuro, aun que que no faltaba mucho para que amaneciera, el viento sacudía los árboles y hacia volar las hojas regadas. Hoy es jueves veintitrés de abril, algunas personas se dirigen a su trabajo, otras aún duermen.

Puedo sentir como mis bellos se erizan con el fresco aire, intento mantenerme tranquila mientras caminó, la fábrica de helados —Turkey Hill—, no está tan lejos. No sé que haré o sucederá ahí dentro, no cargo nada, absolutamente nada.

Tal vez —estoy segura de que si—, estoy siendo muy estúpida al no tener nada planeado. Solo Dios sabe cómo terminará esto.

Caminé y caminé, más aún así no me cansé, mis pasos se detuvieron al tener la fábrica en frente de mí, mis dedos se movían despectivamente a mis costados, mi estómago se apretaba del miedo que sentía, tal vez moriría aquí, tal vez estoy siendo dramática y es solo una broma por parte de Belial. No lo sabía, no tenía nada con certeza en estos momentos.

Toma aire, siente como llena tus pulmones y luego exhala, nota como el miedo se va con él. Eres fuerte, tu puedes.

Bien, bien, yo puedo, solo hay que ver cuántas puertas hay y quien está dentro, solo hay que buscar a Belial, ayudarlo a escapar y salir juntos, fácil ¿No?

Comencé a caminar por el lado derecho, el pasto húmedo mojaba mis tenis y el lodo los ensuciaba, nada importante. Con un intento estúpido de sigilo apoye mi espalda en la esquina, inclinando un poco mi rostro para ver si había alguien del otro lado de la fábrica, las paredes eran de metal. Apretaba mis labios evitando soltar algún ruido.

Visualice el otro lado de la fábrica y no encontré a nadie, todo vacío, ni si quiera escuchaba ruidos.

Vamos, vamos...

Caminé a paso lento, observaba el lateral de la fábrica mientras caminaba, esperando encontrar alguna ventana o puerta. Pero no, aún no encontraba nada. Seguí caminando y casi sonrió al encontrar una casi al final del lado derecho de la fábrica, agradecía que fuera pequeña, más allá de ser una fábrica, parecía un almacén.

Me agaché justo debajo de la ventana, apacigue un poco mi acelerada respiración antes de alzar mi cabeza lo suficiente para ver dentro. Al hacerlo inmediatamente me arrepentí de no buscar a la policía, de buscar ayuda. Ahí dentro habían aproximadamente seis hombres de traje, parados como si fueran soldados. Dirigí mi mirada al otro lado del interior del lugar y di con alguien encadenado al techo, su cabeza estaba caída al frente, con si estuviera dormido —o muerto—.

Fall To HellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora