Fall To Hell

ᏟᎪᏢᏆ́ͲႮᏞϴ ᏙᎬᏆΝͲᏆᏟႮᎪͲᎡϴ

"tʊ քasaɖօ ռօ tɛ ɖɛʄɨռɛ."

—¿Cómo que mi ángel custodio?

No entendía como eso podía suceder, ellos me quieren asesinar. ¿Por qué creerles?

Lo voltee a ver, esperando una sonrisa de burla que me indique que es una broma. Encontré su rostro viendo el horizonte plagado de oscuridad y estrellas.

—Belial es malo porque jamás te conto lo que eres y yo nunca pude acercarme a ti, lo tengo prohibido, sin embargo, estoy aquí intentando ayudarte.

—¿A qué te refieres? ¿me dirás quien soy?

—Solo si me lo pides.

—Dímelo, quiero saber porque soy así.

—¿Estas segura de querer saberlo? No volverás a ser la misma.

—Deje de ser la misma el día que me entere que puedo hacer cosas que otros no, deje de ser la misma el día en el que me enteré de que estos últimos catorce años el chico que me acompañaba y quien creía que era mi verdadero ángel custodio en realidad es un demonio... hace mucho deje de ser la misma, solamente quiero saber eso que me ocultan.

Suspiro girándose a mí. Inmediatamente me puse nerviosa, no había mucho espacio en el lugar, nuestras piernas se rozaban en el mínimo movimiento, mi cabeza mantenía una gran lucha sobre creerle o no.

—Hace eones, existió un Adán en el Edén, para no estar solo, el señor creo a Lilith...

Comencé a recordar todo lo que leí al investigar de Belial, recuerdo el nombre, era una mujer demonio, no estoy segura.

—Ninguno de los dos espero que ella tomara actitudes tan desafiantes con ambos, nunca quiso a Adán y jamás lo obedeció. Ella seguía sus propias reglas y todo lo que hacían los hombres le parecía genuinamente estúpido. El creador les insistía a ambos en tener relaciones, incluso Adán se lo pedía, el mundo necesitaba poblarse y ellos no hacían lo suyo, Lilith estaba negada, decía que jamás haría algo que no quisiera. Un día Adán cansado de las actitudes de su mujer, la tomo a la fuerza, ella no pudo hacer nada, era una mujer fuerte de carácter, pero débil de fuerza. Lilith más allá de estar triste y sentirse humillada, estaba furiosa. La había obligado a hacer algo que no aceptó. Después de eso ella no le dirigió palabra a ninguno de los dos, se encerró en su cabeza y planeo formas de hacerlos pagar. Hasta que se enteró que estaba embarazada —aparto su vista de mí y la regreso al frente—. Lilith no quería que Adán se enterara de su embarazo, quería escapar, pero no sabía donde, era peligroso vagar sola por un lugar donde lo único que había eran demonios y ángeles guerreros que estarían dispuestos a buscarla por día y noche. Nunca les dijo de su embarazo y se oculto en su recamara por meses, hasta que su estomago tenia el tamaño de un embarazo notorio. En un descuido, Adán y el señor irrumpieron en su habitación y la encontraron sobre la cama con el vientre al aire y sufriendo las contracciones, estaba a días de parir y comenzaba a vivir los síntomas.

Mi garganta estaba seca, podía imaginar lo que vivió. Fue tan terrible, mi cabeza se siente pesada y adolorida, no logro entender cómo cuadro en esto.

—Ellos descubrieron que estaba embarazada, como no —soltó una pequeña risa sin gracia, parecía que todo lo que me decía no solo me dolía a mí, él también parecía perjudicado—. Lilith estaba aterrada, en la primera oportunidad salió corriendo, vago por horas, luchando con el miedo, el hambre, el dolor de un parto que sucedería cualquier momento, escondiéndose de todos los ángeles que la perseguían... cuando de pronto sin saber cómo, llego al mar rojo. Ella no lo sabía, pero ahí habitaban muchas clases de demonios, cuando se dio cuenta de donde estaba ideo un plan para salvar a su primogénito, los meses que estuvo encerrada en su recamara aprendió a amarlo, había sido su única compañía. Pidió vera a Samael, ella estaba al tanto de quienes eran todos ellos y hablando con él llegaron a un acuerdo. Lilith sacrifico su alma y fue obligada a relacionarse con todos los demonios de lugar con el fin de crear más, a cambio de enviar el alma de su primer hijo al areum. El trato se cerró y cuando el bebe nació su alma fue enviada al areum, el pozo de las almas, lugar donde esperó que su alma fuera tomada para otro cuerpo y poder nacer sin peligro.

Me sentí mareada por un par de segundo, lo que me había dicho y el estar en un lugar alto me había afectado, necesitaba bajarme, pero antes de eso tenia que saber el resto, tenia que saber la respuesta que no me dejaba tranquila desde que terminó de hablar.

—¿Cómo entro en todo eso?

—En algún momento, a alguien le tocaría el alma del bebe de Lilith, hace casi veintidós años a una pequeña familia de Nueva York le toco, una dulce niña fue maldecida al portar el alma del hijo de una mujer que huía del paraíso, esa niña eres tú, tu alma es la misma que fue enviada a areum para ser salvada de Adán.

No me dio tiempo de procesar lo que dijo, cuando a lo lejos en el horizonte comenzaron a aparecer unas luces muy brillantes, eran muchas.

¿Qué es eso?

Se acercaban muy rápido, la luz se intensificaba, podía ver que tenían figuras humanas y si no me equivocaba, a los costados unas enormes alas los mantenían en el aire.

Ángeles.

Mi pulso se acelero con rapidez. ¿Qué vamos a hacer?

—Te tienes que despertar ahora.

—No, espera, aún tengo muchas preguntas.

—No hay tiempo, nos vemos Everly. Recuerda no confiar en ellos, Belial no es bueno.

Quise gritar, quise que ellos se alejaran de nosotros y él me pudiera decir todo, necesito saber como es que mi alma es del primogénito de Lilith, que tengo que hacer con esta nueva información, ¿Es cierto que Belial es malo? ¿En quién se refería cuando dijo que no debo confiar en ellos?

Quise preguntar muchas cosas, pero fue tarde, ellos estaban muy cerca de nosotros, alas con manchas azules, alas naranjas y líneas cafés, diferentes colores, diferentes figuras, muchos patrones, muchos secretos. Su palma toco mi frente y caí de golpe. Se sintieron como segundos, tal vez en realidad fueron minutos, no lo sé. Pareció que había caído sobre la cama y me desperté de golpe y sin respiración.

Abrí los ojos y me percaté de que el alba apenas se asomaba encima de la oscuridad de la noche. Tape mi rostro con una almohada para evitar alertar a los vecinos y grite, grite intentando sacar toda la impotencia y confusión que me abrazaba. ¿Realmente me dijo la verdad? ¿Qué voy a hacer? ¿Hablare con Belial?

—¿Te encuentras bien?

Lentamente quite la almohada de mi rostro y me prepare para lo que sucedería, la claridad lastimo mi visión, pero a pesar de eso logre verlo a los pies de la cama, ahí estaba de pie, sin saber todo lo que ahora sabia, con esa sonrisa en los labios que te hace creer que todo lo que dices es tonto y que el único que sabe lo que hace es él.

Ahí en frente mío estaba Belial.

🔺⛤🔺