-Buenos días Mayor Wiliams -el oficial García se encontraba de pie en la entrada de la oficina de su jefe esperando que este le indicara para entrar.-García, no se quede ahí parado. Pase, pase. -el mayor Wiliams no había podido conciliar el sueño en toda la noche y las ojeras eran mas que evidente, sin dejar atrás el fuerte dolor de cabeza que le martillaba sin cesar. Tomó una aspirina del cajón de su escritorio y le hizo ademán al oficial García para que este le sirviera un vaso con agua.
García se apresuró a tomar un vaso de plástico de sobre el filtro de agua que se encontraba en la esquina y sirvió el líquido tendiéndole luego el vaso a su jefe.
-Señor... -su jefe lo miró con cara de pocos amigos y él entendió que ese día no se encontraba de buen humor. Tragó saliva casi ruidosamente y continuó -: Los señores Ramirez vinieron esta mañana. Ellos plantearon que de su parte no habría cargos en contra del señor Andrade, en cambio...
-¿En cambio qué? -inquirió el mayor Wiliams masajeando sus sienes.
-El mayor Montés me ha... -se sentía nervioso. ¿Por qué tenía que ser él quién le hablara del asunto? García sabía de sobra que a su jefe no le agradaba nada que implicara al mayor Montés de la segunda unidad policial. Wiliams lo miró con la mandíbula tensa y aun a su pesar continuó dando el reporte, era su deber-:...me ha pedido que le caiga todo el peso de la ley al señor Andrade; él alega que el taxista iba en estado de embriaguez, así que está hablando con el capitán Guillen para que sea transferido a su jurisdicción.
Jhon Wiliams se encontraba enfadado. Era su trabajo, era su estación de mando y le molestaba tanto que Montés se metiera en su camino. ¿Quién se creía que era? Era su jurisdicción y el no tenía nada que hacer al respecto. Wiliams se levantó con las manos formados en puños, pasó por el lado del muchacho hecho gelatina y golpeando su hombro al salir azotó la puerta, todos dejaron sus asuntos para mirar a su jefe cruzando el pasillo para ingresar a la oficina del capitán.
-Mayor Wiliams que bue... -comenzó a hablar el capitán antes de ser interrumpido por la voz gruesa del oficial Wiliams.
-¿Qué piensas qué haces? -dijo Jhon con los dientes apretados hacia Gerardo, que al verlo dejo ver el desagrado que le producía el mayor Wiliams.
-Calmate Jhon, mira que no ando de humor para aguantar tus zandeses. -Gerardo se sentó nuevamente dándole la espalda. El oficial crujió los dientes y cuando quiso decir algo el capitán Guillen habló llamando la atención de los dos hombres uniformados que se encontraban en su despacho.
-Mayor Wiliams Jhon -el nombrado lo miró malhumorado -, que sea la primera y última ves que se presente en mi oficina sin llamar, y menos si es para hacer un escándalo de los suyos. -el oficial Wiliams lo fulminó con la mirada y la risa burlona de Gerardo le hirvió mas la sangre, quería golpearlo.
-Como supongo que ya te enterarse -continuó el capitán sentándose en su cómoda silla giratoria-, el detenido de anoche, el señor Andrade, pasará a la jurisdicción del mayor Montés.
-Aún no le encuentro lógica a su decisión -esta vez fue el turno del capitán fulminarlo con la mirada. Odiaba que el mayor Jhon lo retara cuestionando sus decisiones. El era el jefe y nadie podía cuestionarle a menos que fuese el presidente, y claramente ninguno de ellos lo era-. El señor Andrade está en mi custodia, los hechos pasaron en mi jurisdicción y por ende el caso es mío.
-No seas malcriado Jhon -la voz raposa de Gerardo se escuchó desde adelante-. Nuestro jefe me esta entregando el caso a mi. Ahora es mio. Anda y lloriquea a otro lado.
El capitán rió ante las palabras del mayor Montés. Jhon quería estamparle su puño en el rostro, pero se controló. No podía darse el lujo de perder su trabajo, y menos rebajarse ante tales basura, por que sí, Jhon sospechaba de que el Capitán y Gerardo estaban metidos en algo gordo y lucharía para que esos dos se pudrieran detrás de las rejas. Sintiéndose ofendido salió de la oficina de su jefe para marcharse de la comisaria, estaba hecho una furia y no dudaría en estampar su puño en aquel que se interpusiera en su camino.
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Aunque Sangre el Alma
Fiksi RemajaUn accidente dio paso a que la vida de una risueña niña fuese transformada por completo. Las diferentes circunstancias que vivirá Amelia, será un martirio que la va acorralando hasta un abismo sin fin. ¿Podrá huir de sus demonios? ¿Huirá antes de ca...