"Diamante Inestable" Bakugo, Katsuki

q u i n c e

Habíamos derribado al primero, pero quedaban más en el camino. Entre todos luchaban para pasar mientras yo solo pensaba en avanzar por mi cuenta.

Me percaté en un momento mientras luchamos contra la primera bestia, que _____ aprovechó la instancia para irse sola por su cuenta. ¿Acaso es una idiota? Estas bestias podrían romperla, incluso alcancé a ver qué tenía su brazo semi abierto ya. No va durar si sigue así.

A pesar de que avanzábamos, fui incapaz de encontrarla, hasta que en un momento una de las chicas se vio a punto de ser aplastada por una de las patas de la bestia para que justo una lanza cristalina llegase a toda velocidad cortándola de un golpe. La bestia seguía en movimiento, pero se detuvo repentinamente cuando su cabeza cayó.

A lo lejos la vi, preparando una nueva lanza que surgía velozmente de sus manos. Así la vi lanzarse a luchar frente a frente con las bestias de tierra para luego verse decidida a irse de nuevo.

¿Por qué se veía tan enojada? ¿Tan molesta? ¿Qué demonios le sucedió?

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A pesar de que saqué ventaja, no pude evitar volver al escuchar ruidos cerca mío que me hicieron devolverme. Me molestaba hacerlo pero no era capaz de dejarlos... Así fue como volví, luché y retomé mi camino para finalmente lograr llegar. Todos parecíamos destrozados del esfuerzo físico.

No pude prestar mucha atención, hasta que un niño golpeó a Izuku en las partes que no se deben... Por un momento coincidí con el comentario de Shoto diciendo que ese chico se parecía a Katsuki. Al menos eso calmó la tensión.

— Vayan por sus cosas al bus, déjenlas en sus habitaciones y vengan a cenar. Después podrán ducharse e ir a dormir, eso es todo —nos dijo Aizawa y así lo hicimos

Cuando fuimos al comedor, estaba lleno de comida que la mayoría empezó a devorar en un segundo. Parecía como si nadie hubiese comido en meses. Una de las chicas del grupo de héroes profesionales nos comentó que esto sería solo por hoy, de modo que había que disfrutarlo.

Seguido de eso habían unas termas. Era increíble pensarlo y me entusiasmé, pero debía admitir estaba cansada de ocultarme todo el tiempo. Al parecer nadie se dio cuenta, pero yo lo sentía. Estar en la termas sin cubrir mis cicatrices. El contraste de no ser capaz de sentir frío, calor ni dolor... Al parecer el vapor al ser tan intenso no les permitía a ninguna vernos bien a la otra. Pero aún así...

Repentinamente escuchamos la voz de Mineta y al mirar arriba nos percatamos que de no ser por ese chico Kota, él nos hubiese visto. Me cubrí avergonzada por inercia al igual que las demás que le agradecieron al pequeño.

Ese idiota...

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— ¿Ya estás hablando contigo mismo Mineta? —preguntó Deku extrañado.

Fue entonces todos miramos extrañado al mencionado.

— Mis ángeles... —decía pegándose a si mismo al muro que nos dividían.

Simplemente me repugna... Fue entonces el prefecto se levantó enfurecido enfrentado al cabeza de uva, pero este empezó a escalar el muro utilizando su don hasta que al casi llegar los vimos caer. Fue épico verlo recibir su merecido. Y entonces que escuchamos a las chicas del otro lado.

— ¡Mineta si que es de lo peor!
— ¡Muchas gracias querido Kota! ¡Te debemos una!

Fue entonces aquel niño que golpeó antes a Deku en las bolas empezó a caer siendo rescatado por ese mismo idiota. Esperen... ¿Ese niño acaba de ver a _____ desnuda? Ese mocoso...