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Me volteé lo más rápido que pude, manteniendo la grieta cubierta con mi otra mano, calculé a dónde rebotaría el reflejo de la luz. Una vez segura dejé la grieta al descubierto logrando que el rebote de la luz le llegara a mi profesor en los ojos. Estuvo forzado a cerrarlos, de modo que generé cristales en mis manos, los cuáles lancé lo más rápido que pude, pero tuve la mala suerte de que aún aturdido, él esquivó mi ataque para luego atraparme en los vendajes de su bufanda. Por más que me trataba de zafar, no lo conseguía...

—Suficiente —dijo para posteriormente soltarme—. Ponte al tanto de los ejercicios que no has realizado, seguiré evaluando a los demás con los que faltan.

Me señaló lo que debía hacer antes de irse con los demás y continuar lo que había interrumpido. Por alguna razón no me estaba sintiendo bien... Me puse al día entre el lanzamiento de la pelota y la carrera para luego seguir a los demás en lo que pude. No es que mi estado físico sea el mejor o se me ocurriera cómo usar mi don para darme ventaja. Entonces... ¿Por qué me quisieron recomendar? ¿Quién fue que decidió eso? Por alguna razón la grieta de mi brazo se negaba a sellar, por lo que asumí me habría faltado un fragmento. Volví a la parte de la cancha donde me quebré el brazo y efectivamente encontré un fragmento cristalino en el suelo que encajaba en el hueco que me había quedado. Ahora solo me faltaba esperar mientras nos mostraban los resultados de las pruebas. Cuando los dieron, vi que estaba al límite con Izuku pero el profesor nos reveló que la expulsión era mentira, así que nos dejó ir.

—¡¿Qué demonios significa esto?! ¡Espero que tengan una explicación!

Me dio un escalofrío al escuchar la potente voz de Katsuki tras nosotros, a lo que me volteé para verlo.

—Katsuki... —expresé con voz baja, asustada.
—¡No me llames de ese modo! ¡¿Por qué rayos están aquí?! —me dijo con un tono que solo me decía una cosa: "Me siento traicionado"

Creo que nunca lo había visto tan enojado conmigo desde que éramos pequeños y aún no éramos amigos como tal.

—Lo siento... —dije apenada, pero se me quebró la voz— Lo siento mucho... Pero no es lo que-
—¡¿Tú también me engañaste todo este tiempo?! —dijo con un obvio tono de dolido por mi culpa que me hizo sentir horrible.
—¡Suficiente! No tienes por qué tratarla así... —dijo Izuku poniéndose frente a mi, pero con un tono temeroso.

Izuku me tomó por el brazo forzándome a irme con él. No tenía la fuerza emocional para detenerlo, me sentía muy deprimida. Espero poder explicar bien todo esto más adelante.

—Vamos a cambiarnos, me podrías acompañar a la enfermería después... —propuso en un tono reconfortante, a lo que asentí.

Cada uno se fue por su lado para ponernos el uniforme y luego lo acompañé. Aquí conocí a Recovery Girl por primera vez. Una vez terminó de ayudar a Izuku se dirigió a mi.

—¿A ti también te pasó algo?
—Sí, pero ya casi estoy bien —dije mostrando mi antebrazo.
—Una grieta... ¿No serás la hermana de mi pasante Anzai?
—Efectivamente soy ella
—Déjame ver... —dijo y se acercó a mi tocando mi brazo en ciertos puntos.

Bien, esto ya era extraño. Se tomó el tiempo de analizar mi piel expuesta, hasta mis ojos y orejas.

—De verdad increíble, me impresiona que no fluya sangre por tu cuerpo... —decía asombrada la enfermera.
—Creo que me vas a tener que enseñar esos descubrimientos luego _____ —comentó interesadamente Izuku.

Me extrañó que no haya sacado enseguida su libreta para tomar nota, pero era mejor.

—Sí, claro, pero una vez que descanses, el proceso de recuperación que acelera Recovery Girl te quita energía —le dije esperando se lo tomase con calma.

"Diamante Inestable" Bakugo, KatsukiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora