Alguien, por favor ¿¡puede pensar en los niños!?

Ep1: El dia que Yue nacio

Habían pocas cosas que la pequeña Yue se podía recriminar, entre ellas, el haber nacido.

No, no es que la azabache odiara estar viva, sino, que se sentía culpable del desplazo que le dieron a su adorado hermano mayor, si bien, no le conoció hasta años después, Yue sabia que su nacimiento había sido el motivo perfecto para abandonar a Yang en un basurero; pues la pareja no podía cuidar de ambos, ni abortarla, mucho menos regalarla, no, Yue era especial.

Había nacido con un núcleo dorado perfecto, solo debía pulir sus cualidades, y seria una gran cultivadora, un orgullo para sus padres.

Si tan solo hubiera sido del matrimonio
La cruda realidad llego a sus oídos cuando solo tenía 2 años, su amada madre, había engañado a su padre con el líder del clan Wen, Yue solo era una hija bastarda, un infame resultado de una traición, su padre no podía con aquella realidad, y no dudo en abandonarlas, su madre, destrozada, tomo un pésimo camino.

¿Acaso su familia estaba destinada a ser una bola de locos?

La pequeña Yue se quedo sentada, abrazando su peluche favorito, sintiendo su estomago rugir en petición de comida, mientras, a su lado, el cuerpo de su madre se balanceaba tenuemente, y, así, pasaron los días; Yue salía a tomar aire, caminaba tambaleándose y aveces, a buscar algo de comida.

Era muy joven, he inteligente, fue cuidada por sus vecinos, aprendió a hablar y jamas lloraba, ni hacia berrinches o ruido.

Había pasado un año, cuando fue descubierta por Wen Xu, era obvio quien era ella, lo reconocía en su mirar, una de las hijas bastardas de su padre, la única, a decir verdad; el hombre le tendió la mano.

Y la niña, solo le miro, hambrienta, asustada, y con deseos de ver a su familia nuevamente, se tentó el corazón, un caso milagroso, pues, aun si lo negaba, era su media hermana, y se dispuso a llevarla consigo.

La pequeña solo le pidió despedirse de su madre, a lo que el hombre aceptó acompañándola, le preguntó su nombre, su edad y donde vivía, apenas se llevara a la niña, mandaría a su gente a acabar con la mujer y su posible familia, no podía haber rastros de lo que su padre había echo, el no era Jin GuangShan, la niña hablo como podía, cansada, hambrienta, entro a la maltrecha vivienda y corrió a la habitación de su madre, donde le pedía permiso para salir, y le prometía volver con comida para ella; la gente comenzó a mirarlo.

Wen Xu, se impacientaba, cuando una señora de alta edad le preguntó quien era y que quería de la niña, a lo que el hombre, respondió que era su tío, pues, aquella comunidad, aunque estuviera en los limites del clan Wen, jamás conocieron la apariencia del primer hijo del líder; la señora hizo una reverencia, agradeciendo y dejando que las lágrimas corrieran por sus mejillas, acto que confundió al Wen, lo siguiente, lo dejo estupefacto.

—La madre de la pequeña se suicido hace un año —Hablo la señora— Hemos intentado sacar a la niña de allí, poder retirar el cuerpo pero era imposible, la chica no entendía que su madre ya no volvería, aunque tratamos de darle comida, ella deja mas de la mitad para su madre, es solo una niña, abandonada por una cruel familia, por favor; cuidela, usted es al único al que la pequeña Yue a aceptado acompañar —sollozo la mujer, rogando por el bienestar de la menor.

La cual no se separaba de su madre mucho tiempo, Wen Xu entro a la vivienda, y se quedo pasmado al ver el cuerpo de la amante de su padre, colgado del cuello, y a la pequeña tomando un peluche de la cama al lado de la difunta, como si aquella situación le fuera lo mas normal del mundo.

Su estómago se revolvió al caer en cuenta que, la menor, usaba su poder espiritual inconscientemente para mantener «fresco» el cuerpo de su progenitora.

Salio de su estado al sentir la mano de la niña tomar su mano y la miro, la pequeña le sonreía, una sonrisa tan pura y sin ninguna malicia.

Wen Xu se arrodillo frente a ella, y la abrazó, acarició su espalda, y la niña, comenzó a llorar, no sabia porque, no entendía porque, pero lloraba y temblaba aferrada al cuello de su medio hermano mayor, el cual la cargo en brazos prometiéndole que todo estaría bien.

Aquel día, los habitantes de la zona despidieron a Yue con sonrisas y deseos positivos, y encerraron el cuerpo de la difunta, el cual, al tocar la tierra, comenzó a descomponerse rápidamente, Yue jugaba con su peluche en brazos de su hermano, y miraba curiosa los lares, pronto, la gente comenzaba a hacer reverencias al ver al mayor, y aquello, lleno de curiosidad a la pequeña azabache.

— ¿por que se agachan? —preguntó la menor entre balbuceos, y Wen Xu le respondió que era un acto de respeto a su persona, cambio el tema y le preguntó que deseaba comer.

Mientras la niña pensaba, miraba a los demás a su alrededor, su mirada se clavo en un joven, de cabellos negros y ojos grises como ella, solo que mas oscuros, que estaba causando un pequeño disturbio en un puesto ambulante, siendo detenido por dos chicos aparentemente mayor que el, y de sus ojos cayeron pequeñas lágrimas inexplicables, Wen Xu seguía esperando una respuesta, y con la voz debilitada, soltó una simple palabra, que para Wen Xu no era nada del otro mundo, pero para Yue, pactaba un destino, una promesa silenciosa de reunión

— Dulces...

Mientras la pequeña iba en brazos de su medio hermano paterno, contestaba todas sus preguntas con respuestas cortas y poco coherentes, al llegar a su nuevo hogar.

La niña tenía bolsas y bolsas de dulces, peluches, juguetes, todo lo que no pudo tener por la economía y abandono de su familia, cuando Wen Xu le dijo a su padre sobre la niña, este fue indiferente, diciéndole que la dejara con alguna familia obrera, o en el calabozo.

Wen Xu se mostró inconforme, y le enfrentó, diciendo que era su hermana, media, pero a final de cuentas era su hermana, el hombre, exhausto de discusiones, aceptó adoptar bajo su apellido a la menor, y en cuestión de días, Xue Lee Yue, fue reconocida como la ultima hija de Wen RuoHan, bajo el nombre de Wen Lee.

Fue Wen Chao quien descubrió lo que hacía especial a Yue: un núcleo dorado perfecto algo sumamente raro, pues los núcleos solían perfeccionarse con entrenamiento y esfuerzo, y se sabia de que portadas uno, a la edad de 10 años, cuando el entrenamiento empezaba; para Wen RuoHan, eso era perfecto, pues Yue, con aquella inocencia que había cautivado a todo el clan Wen, era el arma perfecta para su supremacía. Comenzó a idear el plan para ser el clan regidor.