Ep5: Exilió voluntario

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Tras aquel plan exitoso, Jin GuangYao se había vuelto líder de la secta; había expulsado a Xue Yang, dejándolo al borde de la muerte tras una paliza; o eso creían todos.

Si bien, Yang había sido y era una parte fundamental en sus planes, el mismo delincuente le había dicho cuanto deseaba salir de ese lugar, irse, a donde nadie lo conociera o pudiera herirlo; Jin GuangYao había planeado ese espectáculo para el mundo, donde el día que lo iban a fusilar, el menor escapo mal herido, tenia la certeza de que sobreviviría, pero para el resto del mundo, Xue Yang habría muerto en alguna parte, tirado, cono un animal, y eran felices con eso, menos un chico, de largos cabellos negros y una venda cubriendo los cuencos vacíos de sus ojos.

Había llegado a sus oídos aquella noticia, sabia, o, creía, que Xue Yang era el culpable de lo que había pasado con su mejor amigo, pero algo en su mente no cuadraba.

Song Lan le confeso, solo a el en medio de su ultima discusión, que aquella persona que había torturado a todos en el templo y herido de gravedad sus ojos, vestía túnicas blancas y su espada, tenia los tonos correspondientes al clan Jin, sin duda, estaban tratando de inculpar a Xue Yang en algo que el no hizo, mas nunca se tomo la molestia de negarlo; seguramente por su fama.

Xiao XingChen no sabia como sentirse al respecto con la noticia; el siempre quiso que de hiciera justicia, que pagara por sus actos y a su vez, una parte de el, quería entender los actos del delincuente.

Mientras su mente pensaba en ello, recibió un débil golpe en su pecho, se disculpo al comprender que se había estampado contra otra persona, una muy pequeña, entabló una pequeña conversión con la menor, indicándole por donde podía ir para evitar chocar con mas gente y finalmente, de una forma amable, pedirle su dinero.

Allí estas, maldita perra grito un hombre, decidido a abofetear a la menor, siendo detenido por Xiao XingChen, si bien la nula era una ladrona, no iba dejar que aquel hombre hiciera justicia por su propia mano, no más, Xiao XingChen había comprendido sus errores y quería alejarse de aquella vida, mas esta, parecía seguirlo con abstinencia.

Tras arreglar aquel malentendido, A-Qing se decantó acompañarlo a todos lados, cosa que a Xiao XingChen no le molestaba.

La compañía le era grata, se sentía como con la menor y pronto, paso de viajar solo a establecerse en una casa de tumbas con dos nuevos inquilinos, A-Qing, la pequeña ciega y aquel chico que encontró herido, si bien a la menor no le agradaba ni le...

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La compañía le era grata, se sentía como con la menor y pronto, paso de viajar solo a establecerse en una casa de tumbas con dos nuevos inquilinos, A-Qing, la pequeña ciega y aquel chico que encontró herido, si bien a la menor no le agradaba ni le daba buena espina; para Xiao XingChen era lo contrario, se sentía cómodo junto al menor, sin saber su nombre o porque estaba tan herido cuando lo encontraron.

No dudo en darle una oportunidad, pues una parte de el se seguía sintiendo culpable por la muerte tan baja de aquel delincuente.

No habían hablado mucho, y la única vez que se encontraron antes del incidente, no fue muy amable con el menor, tampoco se arrepentía de sus acciones, a fin de cuentas, era un delincuente y lo que había echó no tenia perdón, pero el no era nadie para haber exigido su muerte, se había dejado llevar por la ira que lo consumía por la injusta forma en que el clan Jin trataba de proteger al delincuente, y no midió sus actos, mostró lo mas bajo de su ser.

Alguien, por favor ¿¡puede pensar en los niños!?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora