Alguien, por favor ¿¡puede pensar en los niños!?

Ep6: Pequeña Hermana

El tiempo había pasado casi volando, pronto, cumplirían un año de convivir juntos, A-Qing apreciaba la compañía de Xue Yang, pues este evitaba que los estafaran por ser ciegos.

Aquel día, A-Qing y Xiao XingChen habían decidido ir solos a comprar comida, internamente, Qing buscaba donde era que Yang compraba aquellos pasteles, mientras compraban, la chica se dio cuenta, como una vez mas, los intentaban estafar, no podía renegar, cuando estuvo por hacerlo, la voz de, lo que ella juraba era una niña los detuvo.

—Pequeña hermana, hermano de la venda; ¡No paguen tanto por eso, esta podrido seguramente! —Qing sonrió y evito que su Daozhang pagará.

—¿¡La pequeña dice la verdad!? ¡Esta intentando estafarnos por ser ciegos! —uso su don dramático y exagero su reacción, notando la cara pálida del joven, XingChen, al escuchar el silencio noto que, efectivamente, la niña decía la verdad, dejo las compras tomando el canasto vacío y se dispuso a marcharse junto a Qing, cuando la misma voz los detuvo una vez mas.

—Pequeña hermana, hermano de la venda; por aquí, mis abuelos venden mas frutas y verduras totalmente maduras y sanas, también deliciosos pastelillos, y jamás los estafarian, ¡ellos son ángeles del cielo! Además esta anocheciendo y los recientes hechos han asustado a los demás vendedores, ya no hay nadie mas —La niña tenia razón una vez mas.

El resto de la zona comercial estaba vacía, XingChen agradeció el dato y ambos se dispusieron a seguir a la menor.

Qing la miraba fijo cuando esta no volteaba a verlos, era pequeña, usaba túnicas grises y blancas y aparentaba unos 8 años, de cabello largo y tenuemente ondulado, recogido en una coleta alta, caía con gracia sobre su hombro y las puntas se ergian hacia su pecho, era negro y brillante, y sus ojos, grises, un gris pálido casi blanco, un poco mas oscuros que los de Qing y con la pupila gris, pronto llegaron a un puesto frente una casa amplia y oscura.

La pequeña niña tomo el canasto de XingChen y lo lleno con los mismos alimentos que genia anteriormente, mas estos, estaba maduros y regozantes de belleza, realmente apetitosos, el viejo que atendía el puesto río enternecido con las acciones de la menor.

—joven amo, lamento si mi amado nieto los ha infortunado a estas horas. El suele buscar que las cosas sean vendidas a un precio justo y valiendo de su calidad. Así que puede que tarde un poco en escogerles sus alimentos, les invito a que tomen asiento un momento —hablo el hombre, cada palabra denoraba un enorme cariño por el pe...