Ep34: Lan

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Yue sonrió levemente, y luego se tenso, recordando su brazo.

¡Líder de la secta! —Exclamaron varios discípulos.

Yue observaba a Lan XiChen con calma, misma que no sentía, su brazo dolía, y dolía horrores.

Hermano, ¿Irás a visitar a LianFang-Zun de nuevo? —Pregunto Lan WangJi, con aquella seriedad que lo caracterizaba.

Sin embargo, la pregunta sonaba celosa, Yue, y la mayoría de los discípulos prefirieron no imaginar nada.

Yue se escabulló, sin esperar ser detenido por XiChen

A-HuoHablo el líder Lan, y sonrió observándole— Me han informado de tu accidente, es una pena que no pueda acompañarme en esta ocasión —Yue asintió a sus palabras, tratando de hacer una reverencia aunque fallo, al no poder mover su brazo, estaba entumecido y adolorido, cosa que XiChen sabía.

No tardo mucho en dirigirse a la sala de curación, siendo recibido, extrañamente, por el médico encargado; extraño era para el sujeto ver a Yue, el chico jamás se hería, era precavido, y muy delicado con sus movimientos.

"Poco mas y se safaba el brazo, seguramente había sido una situación de alto riesgo", y más fue lo que pensó el medico mientras atendía su brazo que poco a poco comenzaba a curarse solo.

Con consejos vacíos y cero preocupación real, Yue dejo la sala, directo a su habitación, quería tumbarse en su cama y dormir el resto de la tarde.

No tenía nada más que hacer, sus clases se habían suspendido desde que comenzó a acompañar a Lan XiChen a casi todos lados y a las misiones con el resto de los juniors.

Se recostó en su cama, en solitaria habitación que años atrás fue testigo de las mas puras y dulces sonrisas del pelinegro, y ahora, era el único lugar donde se sentía seguro.

El chico observó la muñeca, de finos cabellos negros y los ojos cerrados, en una expresión de calma, se recosto de lado, para poder observarle mejor, hacía 4 años que no volvía a Cuidad Yi, no sabía como estaban sus abuelos,  no sabía sobre su padre desde hacia dos años, y, peor aun, no sabía de Xue Yang.

Suspiro, sintiendo la pesadez de sus preocupación alojarse en su pecho nuevamente, llenándolo de miedo y ansiedades.

Sin embargo, no tuvo tiempo suficiente para sufrir su mísera realidad, se había quedado profundamente dormido.

Sin embargo, no tuvo tiempo suficiente para sufrir su mísera realidad, se había quedado profundamente dormido

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Alguien, por favor ¿¡puede pensar en los niños!?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora