Por favor, no me toques

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Eran apenas las 9:00 de la mañana, solo había entrado algunas personas, hoy era un día un poco flojo pero estaba bien para Tenzou siendo su primer día, se sentía muy cómodo en el uniforme, solo era un chaleco con su nombre en un gafete.

-No importa si no hablas, a la gente le importa poco.- Escucho esa voz ligeramente sombría que venía de Shino, el hijo de Shibiri y el que se encargaba de la mayoría de la tienda.

-Com-mprendo.- Aún no se sentía seguro por completo, tenía miedo de fallar o de hacer algo mal, lo peor es que no estaba para nada acostumbrado a estar rodeado de tantas personas.

-Eres callado.- Dijo el muchacho sin voltearlo a ver.- Me agradas.- Tenzou sonrió, se sentía muy bien tener aprobación.

Ambos escucharon la campanilla de la entrada, Shino no reacciono y siguió leyendo su libro sobre insectos, era raro, pero agradable.

Era un hombre entre los 30 y los 40, Tenzou bajo la mirada para no quedarsele viendo, entendía que era descortés. Lo  escucho caminar por la tienda unos momentos.

-Seria todo.- Puso una botella de té en su caja, le tocaba a él.

Tenzou decidió asentir y tomar la botella medio fría para pasarla por el escáner de precios y provocar un sonido de pitido.

-Son 2.50 dólares señor.- Tomaba todas sus fuerzas el no tartamudear mientras volvía a extender el producto.

-Tenga aquí.- Saco el dinero de su bolsillo.- Quédate con el cambio chico.- Tenzou volvió a decir su con la cabeza tomando el dinero para guardarlo en la caja para presionar los botones.

-Vuelva pronto.- Cantorreo mientras el señor se iba de la tienda.

De nuevo se escuchó el pacífico silencio al que tanto estaba acostumbrado.

Shino no era conversador, esto era bueno ya que él tampoco sabía iniciar, llevar o terminar una platica con alguien que no fuera Kakashi, ¿Qué estaría haciendo ahora? Se preguntaba lo pensaba, tal vez solo golpeaba las paredes y jugaba son unas rocas, tal vez reía con alguien que no estaba ahí o le gritaba al cielo esperando algo más, no tenía ni idea.

Las horas pasaba, algunas personas entraban e iban con el o con Shino para sus cosas, todo era tranquilo y el tiempo corría de manera apropiada, para ser su primer día, la estaba llevando bien, hasta que apuntaron las 1:30 de la tarde, el trabaja 8 horas, su turno terminaba a las 2:00, ahí lo vendría a reemplazar Shiuru Aburame, el primo de Shino.

El supuso que no se tendrías más problemas.. supuso mal.

La gente comenzó a llegar muy rápido, venían apurados y con prisa, la campanilla se escuchaba constante, la gente hacía fila, mucha fila para ambas cajas, veía a Shino tan tranquilo atendiendo a las personas de manera casual y profesional, pero él no podía hacer eso, él no convivía con nadie, el no estaba acostumbrado a eso.

-Es todo niño.- El castaño tecleaba los productos rápido pero veía la cara de molestia... lo estaba haciendo mal.

¡Rápido inútil!

Escucho a Danzou en su propia cabeza apurandolo, oh, lo estaba haciendo mal, se estaba tardando, los estaba decepcionando, los estaba haciendo sentir mal, estaba fallando en su primer día.

-Toma.- Le lanzaban las monedas, cliente tras cliente, muchos, demasiado, el castaño estaba sudando mucho, no podía poner una expresión fija en su rostro, sus ojos eran grandes y casi no parpadeaban.

No le gustaban las personas, no podía estar mucho junto a ellos.

Rozaban su mano para entregar el cambio y a el solo le daban escalofríos, su columna temblaba y su piel se ponía fría por el contacto, el no tocaba, a él no lo tocaban, solo Kakashi lo hacía, solamente él.

La gente no parecía percatar que apenas y podía seguir respirando, el no podía llorar o hacerse bolita enfrente de la clientela su primer día.

Era como si Danzou estuviera detrás de él frotándose contra su cuerpo, así lo sentía, así lo sentía.

Las personas comenzaban a disminuir el flujo de entrada, respiraba ligeramente mejor pero su pecho ardía ferozmente.

-Tiempo, nuevo.- Dijo un joven de aspecto sombrio pero calmado acercándose hacía él.

-Mmhmm..- Solo sacudió un poco la cabeza sin entender.

-Ya acabo tu turno.- Shino cobro a una anciana.

-Oh, sí, lo lam-mento.- Se apartó de la registradora, para darle paso a Shiuru.

-Buen día Tenz, lo hiciste muy bien.- Felicito Shino sin voltear a verlo.

-Gra-gra-gracias.- Hizo una pequeña reverencia.- Compermiso.- Se dirigió sin más hacia la salida abriendo la puerta soltando el sonido de la campana.

El sol lo golpeó de manera gruesa, tuvo que cerrar un poco sus ojos para ajustarse al nuevo ambiente. Comenzó a caminar hacia su casa o más bien "lugar temporalmente de estadía", el dia de hoy fue... agitado, no estaba acostumbrado a este tipo de actividades,  pero estaba bien, estuvo bien, el no pudo hacer nada de esto solo, se lo debía a Kakashi, su novio ninja lo esperaba.

Seguía con su camino, los coches y las voces se dejaban de escuchar, comenzaba a llegar a la parte sola de la ciudad.

De entre los edificios llegó al pasillo largo que recorría normalmente para llegar con el albino que tanto quería. Su cuerpo flaqueaba y se sentí débil, sus respiraciones eran largas y hondas.

Al fin había llegado.

-Kakashi.- Casi grito al entrar por la puerta o más bien el hoyo abierto en una de las paredes.

-Oye Tenz.- Saludo sin voltear, oh.. Kakashi estaba haciendo lagartijas, estaba en el suelo flexionando sus brazos hacia el piso y luego hacia arriba, veía como cada músculo se contraía y relajaba con los movimientos, ojalá no tuviera camisa.

-Kakashi.- Corrió a donde estaba el albino para distraerlo de su ejercicio, lo necesitaba, ocupaba un abrazo, sus pechos y hombros dolían, su mente no suponía de acuerdo y era muy disperso, tenía una sonrisa puesta desde la tienda que era más falsa que las promesas presidenciales.

-Ey, ¿Estas herido?.- Se arrodilló y le levanto lentamente hasta su altura regular con Tenzou.

Tenzou solo negó y no dudó en cubrirse en los brazos de Kakashi.

-Mision difícil.- Recibió bien el abrazo y lo Apretó un poco más, sabía que no era fácil enfrentarse pertenecer a Anbu. -Ya, ya, te tengo.- Sobava la cabeza del castaño con cariño, logro calmarlo.

No era fácil para Tenzou salir a la calle, la verdad es que le tenía miedo a todo y a todos, Kakashi era su lugar feliz, su estadía alegre, pero estar rodeado de tantas personas bajo presión, ser tocado por manos no lo ponía tranquilo, no le gustaba ni en lo más mínimo, era extraño y raro, las manos de Kakashi en él eran cosquilleos dulces que lo llevaban a viajar por sus propias sensaciones.

Pero que las demás personas lo tocaran, era como tener a Danzou respirando en su costado, pero ese viejo no estaba aquí, era Kakashi quien lo sostenía ahora, era Kakashi quien se haría cargo de él.

-Respira, no te dejaré.- Susurro con lindura.


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Seeep los Aburame son buen pedo según yo, haré que tengan una tienda extra de savilas e insectos.

Chao.- Sakka-chan

Descontrol ^ Kakayama Donde viven las historias. Descúbrelo ahora