CINCO AÑOS DESPUÉS
NARRACIÓN DE PAOLA:
Felicidad. Esta era la palabra que describía mi vida ahora.
El contrato de trabajo de mi papá en la capital había vencido ya hace tres años, sin embargo mi familia y yo decidimos que quedarnos a vivir en el Distrito Federal era nuestra mejor opción, pues nos habíamos acostumbrado tanto a la gente de aquí que irnos de nuevo a Monterrey (donde a mí me esperaban en todos sus alrededores fantasmas del pasado) parecía una mala idea. Me había graduado hace sólo un par de semanas y ahora por fin podía colgar mi título como "Psicóloga" junto al de Arturo en la sala como un regalo de orgullo a mis padres. La fiesta de graduación fue perfecta ya que estuve en la compañía de mi mamá y, de mis mejores amigos y por supuesto de mi novio, que era el hombre mas lindo y bueno de este planeta ¿Qué más podía pedir en la vida?
Después de superar la muerte de Javi caí de nuevo en depresión, pues hasta ese momento me di cuenta que jamás recuperaría al chico que alguna vez creí era el amor de mi vida pues desde que terminamos jamás hizo por buscarme ni yo a él y fue por eso que llegué a la conclusión de que mi destino no era a su lado ni el suyo al mío pues nos habíamos dejado vencer fácilmente y casi podía asegurar que él estaría ya con alguien más prometiéndole amor eterno como lo hizo alguna vez conmigo. Sufrí demasiado en el proceso de aceptación pero gracias a mi psicóloga ahora podía recordarlo con una sonrisa en los labios y sin rencor alguno en el corazón, ciertamente aún le guardaba algo de cariño dentro de mí. Constantemente su hermosa sonrisa retorcida aparecía una y otra vez dentro de mis mejores sueños, trayendo consigo al amanecer una oleada de hermosos recuerdos que me dejaban su imagen grabada en la cabeza durante todo el día. Esta era la única forma de comunicación que mantenía con él, y podría parecer tonto pero soñarlo y poder estar de nuevo a su lado me hacía estúpidamente feliz.
Fui recuperando mi bienestar poco a poco hasta que de nuevo la soledad apareció en mi vida, pues justo cuando cumplí 21 años mi mejor amigo Iván se fue a España a estudiar su maestría, me dolió bastante cuando supe de su partida pues a decir verdad me encontraba viva gracias a él ya que si no hubiera recibido su ayuda en esos últimos años tal vez hubiera caído en la locura y ahora me encontraría tres metros bajo tierra. Fue sólo un año el que sufrí con su ausencia pero fue suficiente para darme cuenta lo vacía que era mi vida sin él dentro de ella. Salí con varios chicos en ese plazo de tiempo pero ni uno lograba llenarme por completo, ni uno de ellos me hacía lo suficientemente feliz, ninguno de ellos poseía esa magia en sus labios al besarme, por el contrario todos eran inmaduros, vanidosos, egoístas y caprichosos ¿Dónde había quedado la caballerosidad, la cortesía, la ternura? Al parecer todos ellos carecían de los valores que yo estaba acostumbrada a percibir.
En ese momento me di cuenta que había sido una completa ciega, tenía todo lo que buscaba frente a mí y jamás lo había visto ¡Pero qué idiota era! Bien decía el dicho que nadie sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido y justo eso me pasó a mí, pues fue hasta que Iván se fue que me di cuenta de lo que sentía por él, jamás había valorado su presencia, sus detalles, su ternura y su extrema amabilidad conmigo ¿Por qué no me di cuenta antes de que él era todo lo que soñé? ¿Por qué me dejé llevar por la superficialidad y no vi la belleza dentro de su alma? Además tenía la mirada más dulce que jamás haya visto y una sonrisa que de sólo verla te llenaba de vida, algo único en él. Los meses que restaban para su regreso se me hicieron eternos, pero en cuanto supimos el día exacto en que llegaría le organizamos una fiesta sorpresa en mi casa donde fueron todos nuestros amigos y familiares suyos a darle la bienvenida.
Nunca olvidaré aquel momento que lo vi entrar por la puerta con su carita llena de entusiasmo, la alegría que me invadió por todo el cuerpo al verlo me impulsó para correr hacia él y sin más ni menos lo besé como hacía tanto tiempo no lo hacía, sus cálidos labios respondieron cohibidos ante mi acto pero después de unos segundos se acoplaron tan perfectos en mi boca como dos piezas de rompecabezas, el momento fue ideal, aún latía acelerado mi corazón al recordar aquel día.
- ¿Me quedé dormido en el avión? – preguntó al final del beso con una enorme sonrisa en los labios – porque debo estar soñando.
- Afortunadamente no es así, te extrañé muchísimo – lo abracé – No te vuelvas a ir por favor.
- ¿En serio me extrañaste tanto? – asentí con la cabeza – Tú me hiciste muchísima más falta a mí.
Las exclamaciones y vitoreas de nuestros invitados nos hicieron sonrojar, por un segundo olvidé que acababa de besar a mi mejor amigo en frente de tantas personas incluido los padres de ambos. Dejé que Iván pasara a saludar a todos mientras mis amigas Nancy y Yatziri me cuestionaban y felicitaban por lo que había hecho, pues según ellas Iván y yo éramos la pareja perfecta. Después de un par de minutos mi amigo se acercó de nuevo a mí y me pidió que saliéramos un rato para concluir nuestra platica, con el corazón a mil por hora salimos de la casa hasta llegar a un parque que se encontraba a una cuadra de ahí, mis manos temblaban por lo que a continuación confesaría pero al mirar la nobleza que se dibujaba en sus ojos cafés el valor apareció.
- Iván, estoy enamorada de ti – exclamé sin rodeos mientras mi amigo abría los ojos como platos – No sé si tú sientas lo mismo por mí pero...
- Paola yo te amo – me interrumpió al tiempo que mi quijada se colgaba presa de la emoción - te he amado en silencio desde hace tanto tiempo pero tenía mucho miedo de perderte y...
- ¿En serio? – asintió – ¿Por qué no me lo habías dicho?
- Creí que estabas enamorada aún de Blake.
- ¿Pensabas eso? – asintió a apenado.
- Te vi sufrir mucho cuando falleció y luego... bueno también sufriste con lo de tu ex novio y yo...
- Pensaste mal – interrumpí – pero bueno te entiendo, hasta yo misma llegué a estar confundida con eso pero cuando te fuiste lo comprendí todo – suspire – Al único que quiero conmigo es a ti, tú lo eres todo para mí Iván.
- No sabes cuanto soñé con oír esas palabras – sonrió ampliamente – Acabas de hacerme el hombre más feliz del planeta Paola.
- Y tú me harás la mujer más feliz si me aceptas a tu lado.
- ¿Estás pidiéndome que sea tu novio? – me encogí de hombros – Creo que lo más correcto es que sea yo quien te lo pida.
- No importa quien lo pida – me acerqué de un paso tomando sus manos entre las mías - lo que importa es que ambos lo deseemos.
- No hay cosa que desee más en este mundo – le sonreí – Entonces – presionó mis manos – ¿Quieres ser mi novia?
- Sin duda alguna – me paré de puntillas y estampé mis labios a los suyos llevando a mi ser a un estado de éxtasis.
Hacía dos años que esta felicidad había llegado a mí y durante estos dos años jamás se había vuelto a ir. Iván me hacia la mujer mas dichosa de este mundo, si como amigo era tierno, detallista, comprensivo y caballeroso como novio lo era mucho más, era mi hombre perfecto, mi chico ideal algo irreal dentro de esta actualidad.
Estaba lleno de virtudes y cualidades, pues a pesar de que hacía más de seis años que lo conocía jamás había encontrado un solo defecto en él, incluso a veces parecía inhumano pues su perfección me llevaba al grado de preguntarme más de cien veces si aquel ser realmente existía y al sentir el calor de su brazos rodeando mi cuerpo y la miel brotando de sus labios a los míos me respondía con una sonrisa a mi misma: él era real y lo mejor de todo es que era mío y de nadie más.
- Te ves tan hermosa esta noche – comentó acariciando mi rostro iluminado por la luz de las velas – tal y como la primera vez que te vi – sonreí.
- Y tú tan guapo como siempre – bebí un sorbo de la copa de vino que estaba en nuestra mesa – Gracias por invitarme a cenar.
- Sé muy bien cuanto te gusta este restaurant y quería venir aquí en una ocasión especial.
- Hoy no cumplimos meses - comenté frunciendo el ceño.
- Lo sé mi amor – colocó su mano sobre la mía – pero ten por seguro que esta noche será muy especial para los dos.
- Todos los días son especiales para mí si te tengo a mi lado – Iván sonrió con ternura, amaba ese gesto.
- Te amo mi Paola, sabes que contigo quiero estar toda mi vida ¿Verdad?
- Lo sé, y sabes bien que yo no podría estar a lado de nadie que no fueras tú.
- Lo sé – quitó su mano de la mía y la llevo a su pantalón – por eso he tomado una decisión – lo miré de hito en hito tratando de analizar sus acciones – Paola Luna Garza, el amor que siento por ti va mucho más allá del cariño especial que sienten dos personas en su noviazgo, no miento cuando digo que te amo con todo mi corazón y es por esta razón que hoy estoy aquí – Comencé a respirar agitadamente ¿Hablaba de lo que yo imaginaba? Mi pregunta fue respondida positivamente cuando de un momento a otro mi novio se hincó ante mí con una cajita roja en las manos con una argolla dentro de ella, me llevé la mano al pecho para tratar de tranquilizar mi corazón que amenazaba con abandonarme el cuerpo – Paola ¿Me harías el honor de hacerte mi esposa?
Su propuesta de matrimonio me había dejado completamente atónita, perpleja, sorprendida y demás derivados. Y justo después de hacerme tan importante pregunta ocurrió algo realmente inesperado creado por mi subconsciente; el recuerdo de hace más de media década abrumó mi mente dejándome en completo estado de shock. Yo ya había escuchado esas palabras con anterioridad, alguien me había prometido hacerme su esposa con la misma seguridad que mi novio lo hacía ahora, y era ese mismo alguien quien ahora había aparecido en mi cabeza sonriéndome tan radiante como siempre mientras me colocaba el anillo de plata (el mismo que aún conservaba en mi alhajero) y me juraba un destino junto.
- ¿Paola? – la voz de mi novio resonó como eco mientras se desvanecían mis recuerdos – Paola mi amor ¿Estás bien?
- ¿Eh? Lo siento – parpadeé un par de veces tratando de borrar el hermoso rostro de Ricardo – Yo... eh...
- ¿Te pusiste pálida? – se puso en cuclillas mientras examinaba mi rostro más de cerca – ¿Segura que estás bien?
- Si, sí segura sólo que... me tomaste por sorpresa – tomé aire, bastó con una mirada dulce de Iván para que todo recuerdo desapareciera por completo de mi cabeza y en su lugar aparecieran los momentos felices a su lado, Iván era ahora mi destino no había duda de eso.
- Lo siento – miró al suelo – tal vez piensas que es demasiado rápido y que debemos esperar un poco más pero es que yo estoy segur...
- No pienso nada de eso – lo interrumpí – Yo si quiero ser tu esposa.
- ¿De verdad? – alzó su rostro con una nueva ilusión pintada en su mirar.
- Por supuesto – sonreí – no existe hombre que me pueda hacer más feliz que tú.
- Guau creí que tú... que tú – titubeó nervioso – Esto es increible – se hincó de nuevo tratando de controlar su emoción y después con sus manos temblando al igual que las mías colocó el anillo sobre mi dedo – Gracias mi amor – besó mi mano – nunca te fallaré, te lo juro.
- Estoy segura que tú eres el hombre indicado para mí – aseguré mientras lo ayudaba a levantarse – Te amo Iván.
- Yo te amo mucho más preciosa – me besó fugazmente – y juro amarte y respetarte por el resto de mi vida – otro beso – viviré para ti, nunca te faltará nada mi amor – acarició mis mejillas - contigo es con quien quiero pasar el resto de mis días, quiero envejecer a tu lado, quiero formar mi familia contigo porque te amo mi amor, y no podría amar a otra mujer que no fueras tú – me dio un fuerte beso en la frente mientras de mis mejillas resbalaban las primeras lágrimas de felicidad.
- Yo también te amo mi amor, lo sabes – acaricié su mentón – para mi será más que un placer estar a tu lado el resto de mi vida, dedicaré cada día que viva para hacerte feliz – sonrió ampliamente.
- No cabe duda que eres la mujer con la que siempre soñé estar, eres más de lo que cualquier hombre merece.
- Tú eres más de lo que yo merezco, a veces me pregunto si todo tú eres real o si aún sigo soñando – reí a medias.
- Lo mejor de todo esto es que yo nací sólo para ti y tú...
- Sólo para ti – completé enredando mis brazos en su cuello.
El momento era ideal, los violines sonaban de fondo mientras nuestros rostros iluminados por la luz de las velas irradiaban felicidad. El corazón se me volcaba de gozo dentro de mi pecho y la felicidad que inundaba mi ser en estos momentos era realmente una fuente de éxtasis que se esparcía por cada parte de mi cuerpo. Iván recargo su frente contra la mía para después dar paso a un beso verdaderamente especial, pues este era nuestro primer beso como pareja comprometida, como la pareja que seríamos toda la vida, este beso era el inicio de una nueva vida a lado de mi futuro esposo. No podía pedir nada más, ahora sí lo tenía todo.
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Mi destino a tu lado - Pxndx fic
FanficCuando Paola y Ricardo se conocieron en aquel verano de su infancia, jamás imaginaron lo que el destino les tendría preparado para entrelazar la vida de ambos en un mismo camino hasta el final de sus días. La relación que desde la adolescencia comen...